TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

lunes, 31 de enero de 2011

¿QUÉ SON LOS PROFESORES? ¿TONTOS O LISTOS?

La semana pasada en el colegio, una profesora de mi hija hacía un comentario  en voz alta. Decía que se había reunido con sus antiguos compañeros de estudios y que pudo comprobar cómo “los tontos y los listos, de una forma u otra, siempre habían salido adelante, sin necesidad de tanto médico ni tanta tontería como la que, ahora, demandan los TDAH”…
No voy a comentar esta opinión a la que, por desgracia, estamos más que acostumbrados. Pero, yo sentiría un poco de vergüenza al demostrar un trasfondo tan deshumanizado, ignorante y superficial como el que deja ver esta maestra. Sobre todo,  tratándose de una profesora de la rama de Ciencias. ¿Es tan difícil de aceptar que se trata de un problema neurológico?
Un rato más tarde, esta misma profesora se quejaba del dolor de cabeza que tenía. ¡Pues seguro que se lo estaba inventando!, (como hace mi hija con su TDAH) porque ni mi hija ni ningún otro alumno podían ver su dolor de cabeza… ¿Por qué es más real su cefalea que el trastorno de mi hija?
Perdonadme que me explaye, pero me hierve la sangre cuando veo la ligereza y ausencia de consideración de personas “cultas”, “con mentes abiertas”, cuyo objetivo es la “inclusión” de todas las personas en la sociedad, con independencia de la capacidad intelectual o física que tengan. Y se supone que la educación de nuestros hijos está en manos de algunos “docentes” como ella.

Me pregunto en qué grupo meterá esta “educadora”, por ejemplo, a los niños invidentes: ¿En el de los listos o en el de los tontos? ¿Y a los que tienen dificultades auditivas?
Por suerte, aunque poco a poco, cada vez es menor el número de personas dedicadas a la educación  con esta mentalidad tan exclusiva, dispuestos a enseñar sólo a los que "dan la talla".

El desprestigio que tienen los diagnósticos da a entender que el TDAH es un cajón de sastre donde cabe todo. Sin embargo, opino que si un alumno no consigue alcanzar los objetivos educativos “todos tenemos un problema”. No sólo los padres, sino, también, los profesores, porque estos, entonces, no están consiguiendo el objetivo último de su profesión: Transmitir el conocimiento a sus alumnos… Y, si no alcanzan los objetivos… ¿Qué son los profesores?, ¿Tontos o listos?

Hay que asumir que lo bueno del uso de estrategias metodológicas en el aula es que, aun  cuando el diagnóstico fuera erróneo, tampoco perjudicaría al alumno, incentivando su autoestima y aprendizaje. Luego, ¿qué se pierde al aplicarlas?
Hace poco, asistí a una conferencia del Dr. Bauermeister, especialista en TDAH. Le preguntaban qué ocurría si se le aplicaban los tratamientos para TDAH a un niño con un diagnóstico erróneo. Su respuesta fue: “Ante la duda, saluda…”

Para terminar, me gustaría añadir que mi hija no es tonta: “Sólo es diferente”.

miércoles, 26 de enero de 2011

Normativa canaria para estudiantes con TDAH


Canarias es la primera comunidad autónoma que define medidas específicas para los estudiantes con necesidad de apoyo educativo, un colectivo amplio y complejo que incluye estudiantes con discapacidad, déficit de atención, dislexia o trastornos graves de conducta. Las familias lo consideran un paso "relevante".
25/ene/11 01:11. M. GÓMEZ, S/C de Tenerife
Canarias se ha convertido en la primera comunidad autónoma española en establecer las medidas para el alumnado con necesidad de apoyo educativo que prevé la Ley Orgánica de Educación (LOE), algo que ha sido celebrado por asociaciones como Dislecan -que agrupa a las familias de niños con dislexia- como un paso "relevante" que acerca a las Islas al trato que se dispensa a estos estudiantes en otros países europeos.
La Dirección General de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa ha publicado recientemente la resolución que dicta las instrucciones concretas que han de seguirse para proporcionar una atención adecuada a los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo, un colectivo complejo, constituido por estudiantes con distintas particularidades -discapacidades intelectuales, motoras, visuales y auditivas, trastornos generalizados del desarrollo, trastornos de conducta, déficit de atención, dificultades específicas de aprendizaje- que requieren de distintas respuestas.
La nueva normativa incluye medidas de carácter general, como la que da a estos alumnos -salvo a los que presentan altas capacidades intelectuales- un 50% más de tiempo que al resto para la ejecución de las diferentes pruebas o exámenes.
En el caso del alumnado con discapacidad intelectual, la resolución del Gobierno recoge que la información debe ser "simple, concreta, precisa, organizada y secuenciada" y proporcionarse en distintos formatos, para así "facilitar que el escolar la perciba por el mayor número de vías posible, procurando no excederse en la exposición oral en detrimento del resto". También se recomienda que las tareas sean cortas, fraccionadas en pequeños pasos y que se modifiquen con frecuencia para "mantener la motivación".
Para los discapacitados motóricos, el texto aconseja a los docentes velar por que estos alumnos se encuentren "correctamente posicionados" -con una adecuada movilidad, buen campo de visión y cerca de la puerta- y establece que deberán "conocer sus necesidades y limitaciones", facilitarles un sistema de comunicación alternativo, respetar su ritmo de trabajo y evitar que "actitudes de autocompasión, por parte del alumnado, o de sobreprotección o impaciencia, por parte de los educadores, propicien el abandono en la autoexigencia necesaria para avanzar en el conocimiento".
En cuanto a los visuales, el profesorado debe "respetar el orden y la ubicación de los diferentes elementos del aula y del centro" y comunicar cualquier cambio en este sentido. También ha de colocar a estos estudiantes en primera fila y de espaldas a la luz, evitar gesticular y ofrecer descripciones precisas, entre otras medidas.
Reducir el ruido ambiental, colocar al estudiante junto a un compañero que le pueda orientar, articular claramente, adaptar los libros de texto o usar abundantes recursos gráficos son algunas de las instrucciones que se dan al profesorado para trabajar con alumnos con discapacidad auditiva.
Respecto a los estudiantes con trastorno generalizado del desarrollo, el docente ha de establecer "rutinas estables y funcionales", facilitar la interacción social y la comunicación y propiciar redes de apoyo en clase que favorezcan la participación. También "se debe vigilar el comportamiento del resto de los escolares del centro hacia estos alumnos y alumnas, ya que por su comportamiento y estilo de comunicación singulares pueden propiciar las bromas de sus compañeros y compañeras, ser objeto de burlas o acoso escolar".
Para los alumnos con trastornos graves de conducta, el profesor tiene que fomentar un clima positivo, elogiar los comportamientos que se desean -esfuerzo, terminar las tareas, hablar con amabilidad-, afrontar los "desafíos" con tranquilidad y garantizando la seguridad del estudiante o entrenarse en estrategias que permitan al alumno "autorregular" su actitud.
Para los estudiantes que presentan déficit de atención asociado o no a la hiperactividad (TDAH), se recomienda sentarlos cerca del docente, reducir o fragmentar las tareas para clase, verificar que comprende lo explicado y permitir que realice los exámenes de forma oral o a través de ordenador.
En cuanto a los alumnos en centros de educación especial y aulas enclave, se recomienda emplear "estrategias individualizadas y adaptadas a sus capacidades, intereses y motivaciones", hacer uso de las nuevas tecnologías, aplicar el "refuerzo positivo", establecer rutinas y recurrir a técnicas como el juego simbólico y a la utilización de agendas, indicadores o claves visuales.
Una grabadora en el aula
Cerca de 34.000 alumnos canarios presentan problemas que les impiden un correcto aprendizaje de la lectura, la escritura o el cálculo, según las estimaciones de Dislecan, la asociación que agrupa a este colectivo, uno de los incluidos en la resolución emitida por el Gobierno regional. "El profesorado que en su aula tenga un alumno o alumna con dislexia, disgrafía o discalculia deberá considerar que estos estudiantes presentan dificultades inherentes para leer, escribir o calcular", por lo que es conveniente "potenciar otras capacidades donde el escolar destaque con la finalidad de mejorar su autoestima y motivación". Así, el docente debe evitar la exposición de sus carencias ante el resto de compañeros para no perjudicar su autoestima, simplificar las instrucciones que se dan por escrito, posibilitar el uso del ordenador en el aula para hacer sus producciones y proporcionar un tiempo extra para realizar las actividades y tareas en clase, así como reducir y fraccionar éstas. Una de las novedades que introduce la normativa es la posibilidad de que el estudiante utilice la grabadora en el aula para tomar las instrucciones del profesorado o una explicación, además de disponer de libros de textos grabados y evitar hacerles copiar los enunciados de las preguntas. Las pruebas escritas se desarrollarán en dos o más sesiones y se ampliará el tiempo necesario para ejecutarlas.
Fuente:

sábado, 22 de enero de 2011

Un niño "malo" y "vago" no tiene por qué tener TDAH

Madrid acoge al IV Congreso sobre el Trastorno por Déficit de Atención
MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS)
El Trastorno por Déficit de Atención (TDAH) es una patología, generalmente diagnosticada en la edad infantil, reconocida por la hiperactividad, que afecta a entre un 6 y un 10 por ciento de los niños. El problema es que, aunque se sigue dando un infradiagnóstico, según ha explicado el jefe de la Unidad de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Ramón y Cajal de Madrid, el Dr. Javier San Sebastián, en muchos casos, se confunde que sea "malo" y "vago" con la enfermedad.
"En este momento, hay una situación paradójica porque en unos ámbitos se infradiagnostica y, en otros, se sobrediagnostica, ya que se piensa que un chico que es perezoso y no trabaja es hiperactivo", ha explicado San Sebastián, quien señala a las familias como las primeras que se apoyan en este diagnóstico ante ciertas actitudes.
Este problema genera "una demanda elevada" que, en ocasiones, provoca que los "pediatras no sean capaces de absorberla y, en consecuencia, hay una derivación al servicio de Salud Mental con sospechas de casos de TDAH que son tal, que puede ser excesiva".
"Las familias deben asumir que no todo chico que es vago, perezoso o inatento tiene que tener TDAH; que la vagancia no es un problema psiquiátrico, es un problema que afecta a mucha gente, sin que por ello se tenga que acudir al especialista", aclara.
No obstante, la realidad es que estos niños suelen mostrar desde temprana edad un acusado fracaso escolar, suelen ser, además, niños muy impulsivos lo que, en consecuencia, lleva a los profesores y compañeros a etiquetarlos de "malos, molestos y gamberros", lo que como resultado les provoca "problemas de autoestima, de conducta y emocionales".
Por otra parte, ha lamentado el estigma que diariamente sufren los jóvenes con TDAH, ya que se les tacha de "malos" y "gamberros", cuando la realidad es que padecen una enfermedad de origen biológico con influencia genética y que tiene un tratamiento muy eficaz en el ámbito clínico, sobre todo, cuando el diagnóstico es precoz.
En este sentido, insiste en que "pocos trastornos tienen un pronóstico tan bueno cuando es precoz"; sin embargo, cuando no se produce el tratamiento o éste no es el adecuado los resultados pueden ser "destructivos". Aunque, aclara, el tratamiento debe ser multidisciplinar, no solamente farmacológico.
Por tanto, en el peor de los casos, "si la enfermedad se mantiene a lo largo de la vida del chico y adolescente, a veces, de adulto puede tener complicaciones bastante graves", como el abuso de drogas.
EL DIAGNÓSTICO DEPENDE DE LA CCAA
Este fin de semana se celebra el IV Congreso sobre el Trastorno por Déficit de Atención en Madrid, concretamente en el Hospital Universitario Ramón y Cajal. La novedad es que en esta edición, ha explicado, "se enfatizan mucho más en las cuestiones sociales, escolares y familiares".
Respecto al presente, pasado y futuro sobre el conocimiento de la enfermedad, San Sebastián explica que, "en síntesis, se ha avanzado bastante en el conocimiento y en la toma de conciencia por parte de las Administraciones" pero, añade, "queda mucho trabajo".
El infradiagnóstico sigue siendo claro en áreas donde menos se ha divulgado la enfermedad, esto suele coincidir con las comunidades autónomas que tienen un mayor atraso asistencial.
No obstante, "ha habido una gran influencia en los servicios de salud y de atención social de las comunidades autónomas y también por parte del Ministerio de Sanidad", concluye.
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jueves, 20 de enero de 2011

TDAH y MOTIVACIÓN

CÓMO MOTIVAR A LOS NIÑOS CON TDAH
Factores a tener en cuenta para entender el funcionamiento de la motivación y del cerebro de un niño con TDAH. Entender estos conceptos puede ayudarnos a escoger una actividad apropiada e interesante para nuestro hijo:
1.      NOVEDAD: los niños con TDAH se aburren con facilidad, enseguida pierden el interés, ya sea con los juguetes, la tele o el juego que esté realizando. El cerebro del niño con TDAH necesita una “novedad” constantemente. Hay que recordar que, para estos niños, todos los estímulos que reciben tienen el mismo valor. No saben distinguir o aislar el evento principal de los secundarios; no saben diferenciar lo que es importante de lo irrelevante.  Para compensar esto, inconscientemente, se fijan y enfocan su atención, por ej., en el ruido más alto, en lo más excitante, en lo más novedoso o en lo que tiene más colores.
2.      ATEMPORALIDAD: El niño con TDAH no sabe manejar el concepto de “tiempo”. “El pasado ya ha pasado”, no tiene ningún valor y no repara en él, lo que les dificulta el aprendizaje de errores anteriores. Es como si olvidara inmediatamente lo que le acaba de ocurrir. Por otra parte, el futuro está demasiado lejos. Sólo valora las situaciones que ocurren en el presente, el “ahora”. No le prometas que, si estudia, le llevarás al cine dentro de un mes, porque es un objetivo demasiado distante  e inalcanzable para su pobre constancia.
3.      ÉXITO: Tener éxito, reconocimiento y aceptación, son motivadores muy poderosos para el niño con TDAH. Si el niño no consigue estos objetivos en ningún momento, se aísla y margina del grupo. Como consecuencia de la rabia y frustración por sus fracasos, el niño tendrá comportamientos disruptivos y desafiantes y se meterá en problemas con sus amistades, las cuales, a su vez tenderán a rechazarle, aislándole.  El reconocimiento, las amistades y las  actividades de grupo han de tener un lugar predominante en la vida del niño
4.      PREMIO. La dopamina  (neurotransmisor o sustancia química que transmite la comunicación de una neurona a otra) tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, el sueño, el humor, la atención, el aprendizaje, la motivación y la recompensa. Contrario a lo que se piensa, las personas con TDAH están más enfocadas a conseguir el éxito que las que no tienen TDAH. Sin embargo, la hiperactividad, la impulsividad, la falta de control de su conducta, su inatención, dificultan que lo consigan, con la consecuente frustración al no conseguir lo que se les pedía. Hay que recordar que el niño busca recompensa y apoyo. Los elogios, el reconocimiento y los premios inmediatos son la forma de premiar al niño para motivarle y fomentar la autoestima y la adaptación a su entorno.
5.      DIFICULTAD.  Con frecuencia, los niños con TDAH son torpes, tienen problemas para expresarse con exactitud, verbalizar sus pensamientos, controlar la ira o sus cambios de humor, leer, seguir instrucciones o comportarse apropiadamente. El aislamiento, el enfado y la negativa a participar son formas comunes que el niño utiliza, cuando no es capaz de alcanzar sus objetivos, para disimular las dificultades que tiene en vez de afrontarlas. Por eso, es importante que los adultos estemos alerta para detectar cuándo ocurre esto, para ayudarle de manera positiva y afectuosa, estableciendo objetivos que pueda cumplir y aplicando la recompensa y el reconocimiento cuando su conducta sea la deseada.
6.      MOVIMIENTO. Los niños hiperactivos tienen que estar moviendo alguna parte de su cuerpo. ¡Permitid que se mueva! El movimiento ayuda a que el cerebro de los niños con TDAH se normalice, se incremente la habilidad para concentrarse y mantenga la calma. No debemos hacer que permanezcan sentados, sin moverse, mirando hacia nosotros cuando, por ejemplo, hablamos con él o le leemos un cuento.
7.      DESVIAR. Si queremos que el niño cambie de actividad, pero está muy concentrado haciendo algo que le gusta o si está muy enfadado e irascible, lo mejor es distraerle, hacer que centre su atención en otra cosa, por unos minutos, para que olvide. Esto es mucho más efectivo que las discusiones, críticas negativas o correcciones. Con suerte, en unos momentos, el niño habrá olvidado la causa de su enojo. La meta es minimizar lo negativo y construir sobre lo positivo. 
8.      DIVERSIÓN. Los niños con TDAH, por lo general, necesitan más tiempo para terminar sus deberes o para terminar sus obligaciones en casa. Esto les produce la sensación de estar trabajando continuamente, incluso en el tiempo que otros niños utilizan para divertirse. Debemos asegurarnos, pues, que no falte algún momento de esparcimiento y actividades divertidas en su agenda, como ir al cine una vez a la semana o salir a comprar un helado.
Gloria López

martes, 18 de enero de 2011

Los niños con TDAH tienen un cerebro distinto


Una investigación realizada por un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff, en Gales, ha constatado por vez primera una condición genética directamente relacionada con el llamado trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
En su estudio, los investigadores descubrieron, en concreto, que los niños que padecen TDAH son más propicios que otros niños a tener duplicados pequeños segmentos de su ADN o a carecer de dichos fragmentos.
Por otro lado, los investigadores constataron una significativa imbricación entre dichos fragmentos de ADN, conocidos como “variantes de número de copias” (CNVs), y otras variantes genéticas relacionadas con el autismo y la esquizofrenia.
Todos estos hallazgos evidencian, según ellos, que el TDAH es un trastorno del desarrollo neurológico o, en otras palabras, que los cerebros de niños con TDAH son diferentes a los cerebros de otros niños.
Un trastorno muy prevalente
La profesora Anita Thapar, directora de la investigación, espera que la constatación de la causa genética del trastorno por déficit de atención con hiperactividad “ayude a superar el estigma social asociado al TDAH”.
Según declara la investigadora en un comunicado de la Universidad de Cardiff: “Demasiado a menudo, la gente cree que este trastorno es causa de una mala educación o de una dieta pobre. Ahora se puede afirmar con confianza que el TDAH es una enfermedad genética, y que los cerebros de los niños que padecen esta condición se desarrollan de manera distinta”.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad es un trastorno muy prevalente cuya sintomatología se caracteriza por la distracción de moderada a severa, periodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.
El TDAH se da con mayor frecuencia en varones que en niñas, pero su incidencia no presenta diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos.
Actualmente, se estima que el TDAH afecta a entre un 5% y un 10% de la población infantil y juvenil, y que representa entre el 20% y el 40% de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.
A pesar de la expansión de este trastorno, hasta ahora no se habían recopilado evidencias directas de que esta condición fuera genética, y existía una gran controversia sobre sus causas.
Relación con otras enfermedades
En el estudio realizado, Thapar y sus colaboradores analizaron el genoma de un total de 366 niños, todos ellos diagnosticados clínicamente con TDAH, en comparación con otras 1.000 muestras de control, para tratar de establecer qué variaciones en la constitución genética eran las más comunes en niños con TDAH.
De esta forma, se descubrió que los niños con este trastorno presentan una tasa significativamente mayor de segmentos de ADN duplicados o ausentes, en comparación con otros niños.
Los científicos constataron, concretamente, que los CNVs atípicos eran casi el doble de comunes en niños con TDAH que en la muestra de control, e incluso más del doble de comunes en el caso de niños con dificultades de aprendizaje.
Asimismo, el análisis permitió establecer una clara relación genética entre las variaciones en la presencia o ausencia los segmentos CNVs relacionados con el TDAH y otros trastornos cerebrales.
Por último, también se constató una relación significativa entre los CNVs identificados en niños con TDAH y regiones del genoma que se sabe influyen en la susceptibilidad al autismo y a la esquizofrenia.
Evaluación clínica rigurosa
La imbricación genética más importante fue descubierta en una región particular del cromosoma 16 que había sido vinculada anteriormente con la esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos severos, y que abarca a una serie de genes entre los que se encuentra uno que juega un papel clave en el desarrollo del cerebro.
En lo que se refiere a la relación entre el autismo y el TDAH, los investigadores explican que, aunque estos dos trastornos se dan por separado completamente, lo cierto es que existen ciertas concomitancias entre ellos en lo que a sintomatología y dificultades de aprendizaje se refiere.
La investigación sugiere que dichas concomitancias podrían explicarse desde el punto de vista genético y que, por tanto, habría una base biológica compartida por ambas condiciones.
Todos estos descubrimientos ayudarán a entender los cambios cerebrales que provocan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, explican los científicos.
De momento, se puede afirmar que el TDAH no se produce por un cambio genético sencillo, sino que más bien es consecuencia de diversos cambios genéticos, incluyendo los cambios en los CNVs fruto de la relación del niño con su entorno.
Los investigadores afirman, asimismo, que el conocimiento de las diferencias genéticas constatadas permitirá diagnosticar el TDAH, a partir del análisis de los CNVs identificados. Esto supone contar con una herramienta de evaluación clínica rigurosa de este trastorno.
Contaminación y TDAH
Anteriormente, el TDAH había sido relacionado con otras causas. En 2009, por ejemplo, científicos coreanos estudiaron la vinculación del trastorno por déficit de atención con hiperactividad con la concentración de ftalatos (compuestos químicos de uso muy extendido, presentes en muchos productos del mercado, como juguetes, productos de limpieza, plásticos y cosméticos) en la orina de niños.
Entonces comprobaron que, cuanto más altos eran los niveles de estos compuestos en la orina de los pequeños, mayores síntomas presentaban éstos de hiperactividad.
Por otra parte, hace unos años, la organización WWF advirtió de la peligrosidad para el desarrollo cerebral de los niños europeos de los productos químicos que componen los elementos de nuestra vida cotidiana. Los científicos demostraron en un informe que ciertos rasgos como el autismo, la hiperactividad o la incapacidad de concentración aumentan año tras año en los niños, como consecuencia de su exposición a estos elementos.
Fuente:

domingo, 16 de enero de 2011

¿CREATIVIDAD VS EDUCACIÓN?

Me ha gustado mucho este video de Sir Ken Robinson y quiero compartirlo con vosotr@s

LA AUTOESTIMA

Lo que os escribo a continuación son consejos, no pretendo que sean dogmas. Sólo son estrategias que a nosotros nos han funcionado:

1.      Premia a tus hijos. Señálales las cosas buenas que hacen y no insistas en lo que hacen mal.
2.      Acepta sus éxitos y sus fracasos.
3.      Ten expectativas razonables, dentro de lo que ellos puedan hacer. No esperes muchos buenos resultados demasiado pronto y ayúdales dándoles metas alcanzables, de acuerdo con su edad.
4.      No te burles nunca de tus hijos ni los desprestigies.
5.      No les juzgues con dureza para evitar que teman decirte cómo se sienten y lo que les ocurre.
6.      Discute los problemas con ellos sin culpar a nadie. Busca y acuerda con ellos las soluciones.
7.      Define los límites y las reglas de casa/escuela claramente. Déjales claro que cada acto tiene sus consecuencias. Haz que se cumplan las normas. Aunque tampoco es recomendable una educación demasiado rígida o punitiva.
8.      Los castigos no son recomendables ni pedagógicos. Es más efectivo, reforzar las conductas deseables para fomentarlas
9.      Sé un buen modelo. Deja que tus hijos vean que practicas lo que enseñas.
10.  Da responsabilidades a tus hijos. Ellos se sentirán útiles y valorados.
11.  Deja que tus hijos, en algún momento, puedan tomar sus propias decisiones y considéralas.
12.  Estate disponible y apoya a tus hijos cuando lo necesiten.
13.  Pasa tiempo con tus hijos y comparte  con ellos sus actividades favoritas.
14.  Demuestra a tus hijos que lo que hacen es importante para ti. Concierta citas con sus profesores e interésate por su evolución escolar.
15.  Muéstrales mucho cariño y quiéreles por ser como son. Abrázales; el contacto físico acerca a las personas. Usa con frecuencia el elogio.

sábado, 15 de enero de 2011

TRATAMIENTO MULTIDISCIPLINAR

El TDAH es un trastorno neurobiológico, muy heterogéneo, que afecta a la inhibición de la conducta, a los neurotransmisores y a las Funciones Ejecutivas de ciertas regiones cerebrales, que permiten que podamos desenvolvernos en la vida diaria. Las manifestaciones más evidentes del TDAH son: incapacidad para mantener la atención de forma sostenida, exceso inapropiado de actividad e impulsividad. Estos síntomas están presentes las 24 horas del día en el afectado. El Déficit de atención se convierte en trastorno cuando produce una desadaptación seria en el ámbito familiar, social y escolar, no sólo del niño sino también de las personas que conviven en su entorno y que, igualmente, se verán afectadas. En el 60% de los casos, el TDAH persiste en la edad adulta y, si no se trata, puede tener consecuencias devastadoras para el afectado y su familia (fracaso escolar, baja autoestima y motivación, dificultad en las relaciones sociales, consumo de tóxicos, embarazos adolescentes, pérdida de empleo, ruptura en el matrimonio, lesiones, accidentes de tráfico, conductas delictivas, etc.)  
La asistencia que necesitan estos niños y niñas y sus allegados ha de ser individualizada y multidisciplinar: tratamiento farmacológico (si procede), psico-conductual, psicopedagógico para los afectados y psicoeducación para padres y profesores para que aborden con éxito el control de las situaciones mediante estrategias. En cuanto uno de estos pilares falle, la terapia se tambalea, perdiendo su efectividad conjunta. Debe  tenerse en cuenta, en todo momento, que ninguno de los tratamientos recomendados es único, ni exclusivo, ni pueden (ni deben) sustituir a los demás. De igual manera, la combinación de todos ellos potencia e incrementa  los buenos resultados en los diferentes ámbitos.
El entorno escolar es dónde surgen las mayores dificultades, con el consecuente estrés, desgaste y baja autoestima para toda la familia. Los niños con Tdah no sólo pueden tener problemas de comportamiento sino, también, otros impedimentos inherentes al propio TDAH que complicarán su aprendizaje (dificultades de lectoescritura, de comprensión, en ortografía, a la hora de redactar, de memorizar y de recordar, en matemáticas, etc.) La solución no está en un cambio de colegio ni en la repetición del curso, sino en la aplicación de estrategias metodológicas individualizadas en el aula y en la cooperación y el diálogo de padres y docentes. Y, sobre todo, en el reconocimiento de los logros, grandes o pequeños que el niño con TDAH vaya consiguiendo.
Gloria López

viernes, 14 de enero de 2011

TDAH ¿ESTUDIANTES VAGOS O CON DIFICULTADES?

Muchas veces leo y oigo que hay que tener cuidado, porque se puede confundir a los niños con TDAH con niños que sólo son nerviosos, inquietos o, simplemente, vagos: ¡Os aseguro que no!. Cuando unos padres tienen un hijo o hija con TDAH saben que tienen un problema. No es que miremos a nuestros hijos con lupa, con el único fin de encontrarles algún tipo de "patología-excusa" para hacerles la vida más fácil y conseguir que los profesores les aprueben por la cara. ¡Ya nos gustaría que nuestros hijos destacaran en el colegio por sus buenas notas y por su comportamiento y que fueran capaces de estudiar solos!
Se dice que el Déficit de Atención e Hiperactividad se convierte en trastorno cuando afecta al niño de tal modo que repercute en la mayoría de los aspectos de su vida. Pero, no sólo trastorna la vida del niño o la niña, sino que, también, desbarajusta totalmente la vida de sus padres y hermanos. El día a día se convierte en una larga y empinada cuesta llena de pedruscos que se despeñan alrededor.
Tu hija llega a casa: sacas la agenda y te das cuenta de que viene en blanco. Te toca llamar a la amiga de turno para pedirle, por décima vez en esa semana que, por favor, te diga los deberes del día siguiente. Y aguantas sus comentarios:
- Tu hija no se entera de nada. Está todo el día "en las nubes”.
Tú sabes que tu hija lo intenta aunque, de pronto, está inmersa en las arenas movedizas de sus pensamientos de las que no puede salir. Cuando suena la campana, vuelve a la realidad: no ha apuntado los deberes y recoge lo que tiene a la vista, dejándose, la mayoría de las veces, el libro que necesita para preparar el examen del día siguiente, los cuadernos de los deberes y la agenda en la cajonera. Y cuando tu hija llega a casa, se da cuenta de que todo ese material tan necesario se ha quedado en el colegio y te mira, con expresión sorprendida y desesperada, esperando que tú le des una solución. Y, entonces, una vé que no lo ha hecho a propósito, que ella ha estado en un "agujero negro" y que no sabe lo que ha pasado.
Al revisar la agenda, observas que no hay deberes escritos, pero sí una nota negativa del profesor que te notifica que tu hija no ha hecho ninguno de los ejercicios que tenía que hacer en clase. ¡Pues claro que no! Porque tú sabes que tu hija no tiene la autonomía para iniciar una tarea, ni para continuarla hasta que consigue terminarla.
Entonces, respiras profundamente e intentas recopilar información de los amigos que te dicen que, además de la tarea de clase sin hacer, tiene otro número infinito de ejercicios para casa y no sabes por dónde empezar. Al día siguiente, también tiene un examen de matemáticas, con conceptos tan etéreos para ella, que no sabes cómo hacer para que los entienda y debe presentar un resumen de un libro de lengua que tenía que haber leído. La profesora tampoco comprende que leer le resulta sumamente complicado. Primero, porque no se concentra y sus pensamientos revolotean como mariposas por su cabeza y, segundo, porque tiene dificultades para retener lo que lee y poder comprenderlo, relacionando toda la información. Es como lo que te está pasando a ti en ese momento, aunque no tengas TDAH, que estás tan cansada leyendo que no te enteras y tienes que releer varias veces para entender de qué va.
Luego tienes que conseguir que tu hija mantenga la atención y comprenda lo que le estás explicándole y, además (y esto es lo más complicado) que se lo aprenda para el día siguiente. Y “la machacas”, haciéndole repetir una vez tras otra, la tercera declinación de latín o las obras de García Lorca, que hasta este instante te encantaban pero que, a partir de ese momento, irán siempre unidas a la sensación de impotencia y al sentimiento de frustración y dolor de tu hija.
Así habéis pasado seis horas, desde que llegasteis del colegio. Y eso que le diste de merendar en el coche. Son las diez y media: más de las tres cuartas partes de las tareas están sin terminar; no se sabe, ni medio bien, el examen del día siguiente ya que, cuando se lo has vuelto a preguntar, no se acordaba de nada y, por supuesto, tampoco lleva el resumen de lengua porque además, no es capaz de ordenar sus ideas para redactarlo.
Parece que el tiempo se te ha ido entre los dedos y no habéis avanzado casi nada. ¡Ya no dais pie con bola! Finalmente, cuando se va a la ducha, te quedas desesperada pensando lo mal que te has organizado esa día y lo mal que te ocupas de ella y de su hermana pequeña, a la que ni has visto en toda la tarde...
...Al día siguiente, los deberes tampoco estarán apuntados en la agenda, aunque sí que tendrás escritas las quejas de tres profesores diciéndote que tu hija no ha hecho nada en clase y que vive del cuento.
Gloria López