TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

sábado, 30 de enero de 2016

30 DE ENERO. DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ



Desde 1964, para conmemorar la muerte de Gandhi, 
se celebra el 30 de enero el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, 
reconocido por la UNESCO en 1993.
En esta fecha, se recuerda la necesidad de la educación para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los Derechos Humanos, la no violencia y la paz.
El lema de este día es:
"Amor universal, no-violencia y paz. El amor universal es mejor que el egoísmo, la no-violencia es mejor que la violencia y la paz es mejor que la guerra".
FUENTE:

Bullying, No es cosa de niños

Gemma García. Redacción de Sapos y Princesas
Actualizado 29/01/2016 11:20

Insultos, burlas, amenazas en las redes sociales... Uno de cada cuatro alumnos sufre acoso escolar grave en España, el cual puede desembocar en peleas, trastornos de salud mental o, incluso, como tristemente sabemos, en suicidios.

El 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, un día para reflexionar sobre cómo afrontar y detectar este problema desde el punto de vista del acosado, así como para conocer y reconocer las circunstancias que rodean al acosador con el fin de combatirlo y prevenirlo desde las aulas, sí, pero también desde casa. 

El acoso escolar es un fenómeno cada vez más frecuente en nuestro país. Entre un 5% y un 10% de estudiantes adolescentes (10-15 años) sufre bullying en España. A través de un estudio publicado en el British Medical Journal, que vincula el acoso escolar con el 30% de las depresiones adultas, los expertos trataron de concienciar sobre las secuelas de estos comportamientos.

Los niños que sufren acoso presentan síntomas de ansiedad y miedo

¿Qué podemos hacer si nuestro hijo es víctima de acoso escolar? Principalmente, debemos tener conocimiento de los distintos tipos de acoso. "El bullying y ciberbullying mantienen características idénticas, pero, respecto a la persistencia o repetición en el tiempo, el ciberacoso se convierte en algo que puede ser, además, permanente: veinticuatro horas al día, siete días a la semana, treinta días al mes...", explica la Doctora Rosario Ortega-Ruiz, de la Universidad de Psicología de Córdoba. "En el caso del acoso mediante el móvil o Internet, los efectos son más devastadores, ya que la víctima no puede escapar de la situación ni siquiera cuando sale del centro escolar", añade Fuensanta Cerezo Ramírez, Doctora en Psicología de la Universidad de Murcia y autora de Violencia en las Aulas, entre otras publicaciones. Una vez que sabemos en qué consiste el acoso escolar, debemos informarnos sobre cómo detectarlo y, finalmente, cómo actuar ante él. Según Ortega-Ruiz, "los niños suelen comenzar con problemas de sueño o de alimentación, cambios de carácter, irascibilidad, se vuelven muy reservados y muy recelosos. En definitiva, presentan síntomas de ansiedad y miedo. Aun así, no es sencillo percibirlo, ya que, generalmente, tratarán de ocultarlo".

Existen varios organismos a los que podemos recurrir: el propio centro, la AMPA, delegaciones, inspecciones, fundaciones... 

La Policía Nacional ha creado un email específico para denunciar este tipo de violencia en las aulas.  

Paloma es madre de una niña de 7 años que sufre acoso escolar. "Todo comenzó el año pasado, me dijo que le pegaban y lo último fue una piedra en el ojo. Al principio no le di importancia, ya que son niños muy pequeños. Hablamos con la madre del acosador, pero responsabilizó únicamente al colegio. Me sentía culpable e impotente. Es cierto que al principio el colegio no tomó muchas medidas, por lo que decidí acudir a la Concejalía de Educación".

¿Cómo evitar que mi hijo sea agresor? 

Para Ortega-Ruiz existen factores de riesgo que pueden llevar a los jóvenes a adoptar dichos comportamientos, como "ser excesivamente mimados, haber contemplado y sufrido violencia en sus familias y/o recibido una crianza escasa en amor y protección".

Cerezo Ramírez enumera algunas pistas para detectar a posibles agresores
  • Agrede e intimida también a los hermanos pequeños
  • Llora y/o se enfada mucho casi por nada
  • No tiene motivación por ir al colegio
  • Habla de peleas en las que es el agresor o agresora. 
  • Insulta y amenaza con frecuencia
  • Muestra un comportamiento desafiante y agresivo también con adultos...
Los testigos deben ayudar al que está siendo acosado, prestando su cercanía y, a la vez, dejando sin apoyo a los agresores

Testigos y "falsos espectadores"

Además de acosador y víctima, existe otro factor que debemos tener en cuenta: el acosador pasivo, aquel que observa o conoce la situación. Puede mantenerse al margen o bien animar al agresor, en muchos casos por miedo a convertirse en la víctima. 

"Los 'espectadores' tienen mucha responsabilidad, el acoso es conocido por todos los compañeros, pero hay siempre un pequeño grupo que apoya al agresor, que le ríe al agresor lo que vende como bromas o gracias. 

Cuando tenemos buenas políticas anti-bullying, los espectadores y otros implicados que apoyan al agresor, como el mencionado pasivo, que mira para otro lado, dejan de apoyar la violencia. Hay que enseñar en las aulas y en los centros a no apoyar la violencia, a no apoyar al chulito, a que los valores compartidos incluyan la solidaridad y el apoyo mutuo y no la rivalidad, la competencia y la chulería y prepotencia. 

Cuando los compañeros apoyan a la víctima y dejan de apoyar al agresor, el acoso termina. Es la clave", advierte la psicóloga Ortega-Ruiz. 

El colegio tiene una gran responsabilidad sobre la vida social en las aulas. Sin embargo, "según los propios alumnos, solo el 55,7% de los profesores interviene en los conflictos, pero la respuesta se dirige al agresor y suele consistir en imponer una sanción, la mayoría de las veces se limitan a abrir un expediente, expulsar de clase, o expulsar del colegio durante varios días. Como vemos, no se registra ninguna intervención que persiga la restitución ni la aplicación de acciones educativas y/o terapéuticas", explica Cerezo Ramírez. 

Por ello, ante una situación de acoso o ciberacoso, Ortega-Ruiz recomienda: 
"Si estamos próximos a la víctima, hablarle de que debe y puede salir de esa situación, luego ayudarle a que movilice recursos educativos, o incluso sociales y policiales, frente a lo que le está pasando. 
Afortunadamente, tenemos recursos públicos para ello. Contamos, a este respecto, con programas policiales extraordinariamente competentes para perseguir el bullying y ciberbullying. 

Respecto a los compañeros, según Cerezo Ramírez, "no deben mirar para otro lado, sino comentarlo con sus amigos del grupo y apoyar al que está siendo acosado, prestando su cercanía y, a la vez, dejando sin apoyos a los agresores, de esta forma deja de ser un juego para convertirse en una responsabilidad social". 

En este sentido, Nora Kurtin, Fundadora de Sapos y Princesas, opina que "como padres debemos hablar del bullying a nuestros hijos y decirles que es tan responsable el que lo hace, como el que sostiene al grupo agresor. Tenemos que educarlos en la responsabilidad del grupo. Tal vez así estemos educando niños más justos y menos agresivos. Recordemos que puede tocarnos a cualquiera, que nuestros hijos estén de un lado como del otro".

 

Condiciones que contribuyen a mantener la violencia en la escuela
  • Justificar o permitir la violencia entre los chicos como forma de resolver sus conflictos.
  • No tratar de manera adecuada la diversidad y actuar como si no existiera.
  • Falta de respuesta del profesorado dejando a las víctimas sin ayuda.
Determinadas actitudes y creencias racistas, sexistas y xenófobas, ejercen una influencia decisiva en el riesgo de ejercer violencia. Según la Fundación No Al Acoso es esencial la sensibilización de los niños en torno al respeto a las personas y a las diferencias (de raza, de pensamiento, de religión, de orientación sexual, de capacidades...).

FUENTE

Cómo prevenir el bullying
20 September 2012

El acoso escolar, más conocido como bullying, es un tema de máxima actualidad. Lo que antes era “reírse del tonto” y se tomaba como algo normal, ahora es un tema que preocupa en profundidad a profesores y padres, y no sin razón, ya que los últimos datos del INJUVE afirman que en España el 1,6% de los niños y jóvenes sufren bullying de forma constante y un 5,7% lo vive de forma esporádica.
Datos alarmantes para un problema que cada vez tiene un mayor alcance entre los niños. Por suerte, también la sociedad está cada vez más concienciada y lucha por acabar con este acoso.

Cómo detectar el bullying

Que un niño sufra acoso escolar puede tener consecuencias muy graves tales como depresión, violencia, drogas e, incluso, suicidio. Como padres, debéis de estar pendientes del niño y del comportamiento de éste. 

Las claves básicas en las que os debéis fijar son las siguientes:
  • El niño de repente evita la escuela, ciertos lugares y gentes. Los sitios a los que antes iba contento, ahora no le gustan y se siente incómodo.
  • Se hace el enfermo con frecuencia para no tener que enfrentarse a las situaciones a las que teme.
  • Su personalidad cambia, cada vez es más retraído y pasivo. Aunque puede darse una situación contraria y que cada vez sea más activo y agresivo.
  • No controla su cuerpo y pierde o rompe objetos constantemente. No está centrado.
  • Está muy triste y llora de manera más habitual.
  • Se le pueden percibir contusiones o lesiones, que él intentará ocultar.
  • Sus calificaciones han bajado notablemente en la última época, no rinde de la misma manera.
  • Cambios importantes en su comportamiento: a la hora de dormir, la comida, pasa mucho tiempo a solas, maltrato a los hermanos, etc.
Tipos de bullying

Los acosadores normalmente eligen a sus víctimas de entre los menos populares, los que pasan desapercibidos. Suelen ser niños inteligentes, a los que los acosadores atacan por sentirse menores a ellos y usan su fuerza para creerse así superiores.

Los tipos más usuales de bullying son el físico, el verbal, el psicológico y el social
  • El primero implica la fuerza física, las patadas, los mordiscos o los empujones y suele darse de manera más constante en primaria que en secundaria. 
  • El maltrato verbal es el más habitual, los acosadores ponen motes a las víctimas, resaltan sus defectos físicos, cuelgan fotos de ellos en situaciones “ridículas” en las redes sociales, etc. 
  • El acoso psicológico tiene como fin anular la personalidad del otro y fomentar su miedo. 
  • Y por último, el social pretende aislar a la víctima del resto del grupo y de sus compañeros.
Cómo enfrentarse al bullying

Cuando se ha detectado que el niño sufre maltrato escolar hay que seguir una regla de pautas para evitar que éste aumente. Lo primero que se debe hacer como padres, es sentarse a hablar con el niño y lograr que éste confíe en ti. Será una situación difícil, ya que el niño estará retraído y creerá que decirlo hará que esto aumente, preferirá permanecer en silencio. Por ello, hay que tener mucho cuidado y racionar las conversaciones, intentar “sacarle” la información poco a poco para que él no se agobie y siempre dejar que se el propio niño el que guíe la conversación y vaya contando los problemas a su ritmo, cuando esté preparado para enfrentarse a ellos. Y hay que decirle que es un problema aislado, que acabará y que tiene solución, darle esperanza.

Lo primero de lo que hay que enterarse es de las preguntas que se conocen como las 5W:
  • ¿Por quién sufre el bullying?
  • ¿Qué tipo de acoso recibe?
  • ¿Dónde se producen los altercados?
  • ¿Cuándo son, a qué hora?
  • ¿Por qué piensa tu hijo que sufre acoso escolar?
Es importante no ocultar el problema a los demás, no hacer sentir al niño vergüenza por lo que sucede. La familia y los amigos son una de las claves para que el niño sea capaz de enfrentarse al maltrato, por lo que es necesario que se comparta el tema y entre todos intentar llegar a una solución.
Cuando un niño sufre acoso escolar sus sentimientos son de ira, violencia, tristeza y venganza y suele transmitirlo en su entorno. No hay que dejar que el niño focalice su rabia consigo mismo o hacia los demás, hay que intentar que lo deseche a través del arte, el deporte, la respiración, etc.

Trabajar con el colegio

Es muy importante que el colegio y la familia luchen en conjunto contra este acoso. Así, desde el momento en el que se intuye el problema, hay que concertar una reunión con los responsables del centro.
Hay que tener cuidado con cómo se hace, ya que el niño puede ser reacio a esta opción. Para él, el profesor es el “contrario”, una persona que puede hacer que el asunto vaya a peor por considerarlo un “chivatazo”. Hay que explicarle que es necesario, que el profesor está ahí para ayudarnos en todo y que la única manera de salir de este maltrato es trabajar todos juntos.

FUENTE:

Cyberbullying (Ciberacoso)
11 October 2013

El acoso entre iguales a través de las TIC: insultar, vejar, amenazar, chantajear…a través del envío o publicación de mensajes de texto, fotografías o vídeos. El acoso no siempre se expresa con un daño físico. El hostigamiento suele darse en el ámbito escolar por lo que el acosador y la víctima suelen ser menores y compañeros de colegio o instituto.
Los medios más habituales con los que se puede realizar el ciberacoso son: smartphones, chats, SMS, foros, redes sociales, juegos online, blog o a través de email.

¿Por qué se produce?
  • Los acosadores son personas con baja autoestima que solo se sienten bien cuando hacen daño a los demás. Eso les hace sentirse más fuertes.
  • El agresor carece de todo respeto por sus semejantes y no conoce los límites éticos básicos necesarios para la convivencia en sociedad.
  • El acoso escolar a través de las TIC es una agresión repetida en el tiempo, no un hecho aislado, determinada por la situación de inferioridad de la víctima frente a uno o varios agresores.
  • El acosador cree erróneamente que quedará impune ante la Ley al lanzar sus amenazas a través de las TIC por una falsa creencia de anonimato.
Riesgos
  • La principal diferencia con el acoso escolar es que la víctima no deja de ser acosada una vez se encuentra en su domicilio, sino que puede recibir las amenazas 24h al día, 365 días al año siempre que esté conectada (Smartphone, Internet, etc.) por lo que la prevalencia en el tiempo a través de las TIC aumenta su grado de incidencia en la víctima.
  • Otro riesgo diferencial con el acoso escolar tradicional, es que la audiencia del acoso ya no es local (el grupo de clase, el colegio, la comunidad educativa, el vecindario, etc.) sino planetaria por lo que la víctima se siente perseguida allá donde vaya, lo que le provoca una sensación muy grande de indefensión y puede llegar a provocar la exclusión social de la víctima.
  • Consecuencias legales para el acosador o para sus padres cuando es un menor el que acosa.
Los efectos del cyberbullying pueden afectar a tu hij@ en diferentes ámbitos de su vida:
  • En su personalidad: se muestra especialmente inquiet@ o nervios@ cuando recibe un mensaje de texto (WhatsApp, SMS, chat) o un email.
  • En las relaciones con terceros: se comporta de manera temerosa con sus amig@s. No quiere quedar con ell@s, ir al colegio o simplemente salir a la calle.
  • En el uso de las TIC: se siente enfadad@ o frustrada@ después de utilizar el ordenador, la tablet o el Smartphone. Otras veces, puede dejar de usar las TIC de forma brusca e inesperada.
  • En familia: ya no se producen discusiones familiares por el uso que hace del ordenador. Se muestra tímid@ en casa.
Síntomas 
(Fuente: Departamento de Educación (ED)  y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS)  de EE.UU)
  • Lesiones inexplicables
  • Pérdida o rotura de ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas ​
  • Dolores de cabeza o estómago frecuentes, sensación de malestar o simulación de enfermedad
  • Cambios en los hábitos alimentarios, como saltearse comidas o atracarse. Los niños pueden llegar de la escuela con hambre porque no almorzaron.
  • Dificultad para dormir, pesadillas frecuentes
  • Baja en las notas, pérdida de interés en el trabajo escolar, deseo de no ir a la escuela
  • Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales
  • Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima
  • Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, infringirse heridas o hablar de suicidio
¿Cómo evitarlo? Pautas de prevención
  • Educación en medidas de autoprotección en el uso de las TIC, aumentando el conocimiento de las herramientas y de sus posibles riesgos.
  • La primera medida de autoprotección es ignorar las amenazas para que el agresor desista al comprobar que su agresión no tiene efecto en la víctima.
  • Si las amenazas persisten, tu hij@ debe saber que no está sol@ y que te tiene a ti y a sus profesores para que os cuente, nada más se produzca, qué es lo que le hace sentirse mal, porque si no se lo cuenta a nadie, el acosador seguirá haciéndole daño. Debes transmitirle que no es culpa suya que se metan con él/ella.
  • Escúchale con atención e indaga la veracidad de los hechos. No le aísles del proceso de resolución del conflicto: hazle partícipe de los pasos que vas a seguir para acabar con esa situación.
  • Has de transmitirle que los acosadores parecen igual que los demás, pero no se comportan como los demás: les gusta hacer daño a los demás y obligarles a hacer lo que ellos digan.
  • Has de transmitirle que el anonimato en Internet no existe y que el acosador acabará pagando por ello ante la Ley. Debes alertarle sobre las consecuencias de vulnerar la privacidad de otras personas.
  • Enséñale a no devolver la agresión con otra agresión, de esta forma no solo no conseguirá atajar el problema sino que la situación empeorará.
Pautas:
  • La primera barrera de autoprotección que puedes enseñar a tu hij@ es a proteger su privacidad. Anímale a usar un nombre ficticio y una fotografía de algún personaje de ficción para los perfiles que tenga en las redes sociales. Enséñale a no compartir información personal en la Red  y a crearse contraseñas fuertes.
  • No responder nunca a una provocación: solo se conseguirá agravar la situación. Bloquear al agresor para dejar de recibir sus amenazas y denunciarlo en la propia red social.
  • Guardar las pruebas cuando el acoso persista (duplicado de pantalla, mensajes del chat, SMS, emails, etc.) ya que serán necesarias para presentar una denuncia.
  • Poner la situación en conocimiento del centro educativo y solicitar su intervención
FUENTE:

jueves, 28 de enero de 2016

REFUERZO DE LAS CONDUCTAS POSITIVAS



Reforzar las conductas positivas de los niños con TDAH puede ser muy eficaz para la mejora de la conducta, así como para motivarles. De esta forma le hacemos saber con exactitud qué es positivo y por qué lo es inmediatamente después de que haya realizado bien una tarea o se haya comportado bien durante cierto tiempo.

El aprendizaje de nuevas conductas no es inmediato, aprenderlas puede exigir paciencia y requerir alabanzas durante cierto tiempo hasta que el niño adopte el comportamiento con regularidad. Esta característica es inherente al trastorno por déficit de atención, y es importante ser consciente del vínculo que existe entre el déficit de atención y la dificultad para aprender las normas.

¿Por qué son importantes los comentarios positivos
  • Mejora de confianza del niño y de su capacidad para controlar la conducta.
  • Mejora de su autoestima.
  • Ayuda al niño a relacionar la acción o la conducta correcta con alabanzas.
  • Aumento de las probabilidades de que el niño repita la acción o conducta positiva.

Qué tipo de conductas se pueden reforzar

Puede ser que se tengan dudas sobre el tipo de conductas que se pueden reforzar. Y es que en ocasiones se olvida que los niños con TDAH tienen dificultades en elementos básicos de organización y comportamiento, y que cuando lo hacen bien es importante señalárselo para que lo repita.

Por ejemplo, alábale cuando:
  • Permanezca sentado cuando proceda estarlo.
  • Espere su turno en la cola.
  • Se mantenga tranquilo mientras alguien le está provocando o molestando.
  • Obedezca una orden de inmediato.
  • Trabaje con cuidado y de forma aplicada.
  • Mantenga su mesa bien ordenada y organizada.
  • Juegue en silencio sin alterar a todo el mundo a su alrededor.

Crear un entorno positivo

Ser positivo

Aunque es importante expresar comentarios positivos inmediatamente después de una actuación o comportamiento bueno, es muy recomendable adoptar una actitud más positiva en general. 
Los niños con TDAH están acostumbrados a recibir respuestas negativas, quejas y reproches, por lo que necesitan más comentarios positivos que los otros niños. Intentar ver las cosas buenas y hacérselas ver a él mejorará su autoestima y su actitud hacia las cosas. Tendrá más ganas de intentar hacer las cosas bien.

Concentrarse en lo positivo

Esto implica tomar cierta distancia respecto a lo que sucede en cada momento y centrarse en los avances generales que haga el niño. Darle más valor a las cosas positivas que a las negativas y compartirlas con la familia le hará sentirse valorado y apoyado por su entorno.

Prestar ayuda

Ante las dificultades que pueda tener el niño es importante estar a su lado para echarle una mano y enseñarle a afrontar esas barreras que pueda tener. Poco a poco él irá cogiendo confianza y conocimientos para hacerlo de forma autónoma. Además, aprender a pedir ayuda es una capacidad importante en la vida.

Permitir que asuma responsabilidades

No perder la oportunidad de darle responsabilidades al niño en tareas sencillas que después puedan además alabarse cuando las finalice satisfactoriamente. A medida que aumente la confianza del niño y se muestre satisfecho por el éxito se puede ir aumentando el grado de responsabilidad.

Recompensar

Considerar ofrecerle recompensas sencillas que estén relacionadas con un buen comportamiento o una actividad que haya realizado con éxito, es una forma de reconocer y recompensar el esfuerzo que haya hecho.

Recuerda que…
  • Es importante mantener el ritmo de las alabanzas. Se debe procurar que sean sencillas y estén centradas en un aspecto concreto. La repetición y la oportunidad de la ocasión son más importantes que las charlas prolongadas.
  • Las alabanzas deben estar relacionadas con acciones o comportamientos específicos. Si los elogios son indiscriminados o aleatorios, el niño no sabrá distinguir entre el comportamiento adecuado y el inadecuado. Hay que procurar ser específico sobre aquello que se elogie.
  • A algunos niños les resulta difícil aceptar elogios y tal vez sea preciso hacerlo en un ámbito más privado.
  • La alabanza puede mejorar la autoestima. Las alabanzas pueden mejorar diversas características positivas, como la autosuficiencia, la autonomía, la realización y la motivación.
  • Las alabanzas tendrán distintos efectos. Los efectos de los elogios variarán en función del sexo, los antecedentes familiares, las capacidades y la personalidad del niño.
  • La alabanza debe considerarse un estímulo y parte de un proceso continuo. Utilizar el elogio sólo cuando es merecido, de lo contrario, puede reforzar las conductas negativas.
  • Utilizar un calendario de recompensas. Será muy útil para representar gráficamente los avances del niño con TDAH. Le facilitará el seguimiento de los progresos de su comportamiento por su carácter gráfico (con pegatinas y dibujos), y pueden analizarse periódicamente. El uso de este tipo de calendarios como herramienta proporciona una buena base para una estrategia de recompensas. Es una manera de anotar todo lo que sucede de modo que puedan solucionarse posibles discrepancias.
FUENTE:
http://www.tdahytu.es/refuerzo-de-las-conductas-positivas/

jueves, 14 de enero de 2016

HIPERSENSIBILIDAD Y TDAH



Sobre TDAH sabemos muchas cosas: los síntomas derivados de la falta de atención, de la hiperactividad y de la impulsividad, las dificultades en la función ejecutiva, y las comorbilidades que pueden asociarse.

Pero, ¿qué sabemos de la hipersensibilidad que presentan los niños y adolescentes con TDAH?

Cuando atiendo a estos niños y sus familias intento abarcar todos los aspectos de su vida y, en muchas ocasiones, me encuentro que estos niños tienen una mayor sensibilidad emocional. Son más susceptibles y a veces podríamos decir que son algo melodramáticos, y capaces de pasar de una emoción a otra en poco tiempo. A los padres y profesionales esto puede preocuparnos, pero es que su cerebro funciona así. De repente reciben una mala noticia y lloran desconsolados y minutos después ven algo divertido y se ponen a reír.

Pero no sólo la hipersensibilidad ocurre a nivel emocional, sino que también presentan una mayor sensibilidad física. Es decir, una mayor sensibilidad a los estímulos de los cinco sentidos (oído, olfato, vista, gusto y tacto).

Y ¿cómo se va a manifestar esta hipersensibilidad a estímulos físicos?
Algunas de las manifestaciones que pueden presentar las personas con TDAH (no ya sólo los niños y adolescentes, sino también los adultos) pueden ser:
  • Hipersensibilidad a los ruidos: muchas de las personas con TDAH tienen esta hipersensibilidad. Cualquier ruido no sólo los distrae, sino que además les molesta. Es como si ese sonido tuviera mayor intensidad para estas personas; por ejemplo, les molesta permanecer en sitios con mucho ruido, o evitan las películas de miedo ya que cualquier grito o ruido para ellos está como amplificado (no es raro ver que ante algunos ruidos se llevan muchas veces las manos a los oídos para taparlos). Resulta paradójico que en ocasiones pensamos que los niños con TDAH pueden tener dificultades de audición y a veces dudamos en si lo que les pasa es que no atienden o si es que tienen alguna limitación auditiva. El problema no está en el oído, sino en cómo el cerebro de estos niños tiene dificultades para inhibir el ruido ambiente y centrar la atención en la conversación importante. Son capaces de oír la conversación al final de la clase y no lo que les está diciendo el profesor.
  • Hipersensibilidad táctil: algunas personas con TDAH pueden sentirse muy incómodos con determinadas prendas de vestir por esta hipersensibilidad. Ejemplos de ello podría ser los cuellos del suéter cerrados o altos, las corbatas, las prendas sintéticas, las arrugas en los calcetines o las etiquetas de las prendas. Podrían pasar por personas maniáticas, pero es que tienen una gran dificultad en inhibir estas sensaciones y centrarse “en lo que toca”.
  • Hipersensibilidad visual: generalmente las personas con TDAH son muy observadoras y resulta paradójico cuando estamos diciendo que tienen un problema de atención, pero es que pueden ver lo que otras personas no vemos, cualquier detalle que se nos ha escapado ver y en el que ellos han reparado y sin embargo no se han fijado en lo que tenían delante o les estamos mostrando.
  • Hipersensibilidad gustativa y olfativa: en la misma línea podríamos incluir otros ejemplos de hipersensibilidad, como las molestias o desagrado que pueden presentar ante determinados sabores u olores.

En todos estos casos la dificultad está en cómo funciona su cerebro y en la dificultad que tienen para inhibir los estímulos que no son importantes y lograr así centrar la atención en lo importante.
Aunque ¿estamos seguros de qué es “lo importante”?

FUENTE:

jueves, 7 de enero de 2016

VUELTA A LA RUTINA DESPUÉS DE LAS VACACIONES



Todo llega a su fin  y las vacaciones no son la excepción a la regla. El regreso a clases después de unas vacaciones suele  ser emocionante y estresante a la vez. Para muchos niños y niñas el volver a clases es una aventura que significa jugar, compartir, realizar actividades divertidas, conocer nuevas personas. Para otros niños y niñas es una experiencia traumatizante que se repite después de cada temporada de vacaciones, lejos de casa, sin papá ni mamá cerca, y en muchos de ellos provoca situaciones de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión que pueden afectar la salud. Por ello, debemos ayudarles a preparar el regreso a las clases y a la rutina.

Es importante comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo que es necesario que se vayan ajustando poco a poco. 

Estar juntos en familia, levantarse tarde, no realizar tareas, ver mucha televisión, no tener  rutinas, etc., fomentan que el regreso a clases se torne más difícil, por lo que es importante seguir las siguientes recomendaciones:
  • Recordar el lado positivo de la vuelta a clases. Es importante que los padres recuerden la importancia de volver a ver a los compañeros de clase que probablemente no hayan visto desde el último día de clases. También deberán destacar el hecho de que seguirán adquiriendo muchos conocimientos nuevos que les serán muy útiles para su futuro profesional. Siempre que los padres hablen sobre la vuelta al colegio deberán hacer comentarios positivos y nunca negativos. De esta manera el alumno comprenderá que estudiar es una etapa positiva.
  • Fomentar la ilusión por preparar los materiales escolares. Si el estudiante necesita cuadernos y lápices nuevos, puede ser divertido que toda la familia salga a comprarlos Los padres también pueden ayudar al estudiante a preparar la mochila. Debemos recordarles que son responsables del cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de sus tareas escolares, para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.
  • Preparar un próximo fin de semana  inolvidable. El primer fin de semana después de la vuelta al cole debería ser divertido. De esta manera la primera semana escolar pasará rápidamente y el estudiante estará ansioso por disfrutar de dos días entretenidos. Descubrir un restaurante nuevo o pasar todo el sábado en el parque de atracciones son tan sólo dos de las muchas ideas que pueden tener. Además de disfrutar del fin de semana también se puede disfrutar juntos del proceso de planear ese fin de semana, pues decidir qué hacer y dónde ir generará ilusión y expectativas.
  • Ser un ejemplo a seguir. Al igual que a los niños les cuesta despedirse de las vacaciones y retomar la rutina, los padres también pasan por este proceso cuando deben volver a la oficina después de las fiestas. Es importante que el estudiante comprenda que no es el único que debe adaptarse a este cambio, pero que sus padres ven el lado positivo y sienten ilusión por todo lo bueno que aporta la rutina, el esfuerzo y los momentos con los compañeros.
  • Ser comprensivos. Es completamente normal que la vuelta a clases sea difícil para algunos estudiantes. De hecho, para algunos alumnos será más difícil que para otros. Si sabe que sus padres le van a escuchar y que no le van a juzgar, ni van a criticar el hecho de que realmente no desee volver al colegio, el tiempo de adaptación será menor. Lo habitual es que después de tres o cuatro días el niño ya esté adaptado a la nueva situación. Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener en cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.
  • Reducir la ansiedad. Los padres pueden acompañarle al colegio el primer día, para que sepa que no está solo en esta etapa y que cuenta con la comprensión y ayuda de sus seres queridos. Los niños no tienen la misma capacidad de que los adultos para afrontar la frustración o adaptarse a situaciones nuevas.
  • Ser puntuales. Si los padres le recogen a la salida del colegio, es importante que estén allí cuando el niño salga de clases para evitar que tenga que esperarles. Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.
  • Tener una buena rutina. Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse. Durante las vacaciones lo último que deseará un niño es madrugar. Tampoco querrá estudiar, pero estos dos hábitos son imprescindibles durante el año escolar y es importante que no los pierda durante las vacaciones porque de lo contrario le costará más acostumbrarse a la vuelta a clases. Si durante unas semanas el niño se despierta tarde y no estudia ni lee, y de un día para otro debe retomar estos dos hábitos, no serán fáciles ni el primer día de clases, ni el segundo, ni el tercero.
  • Conversar, pero de verdad. Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlos respetuosamente en todo momento. Muchos padres cometen el error de preguntar, simplemente, “¿qué tal ha ido el primer día de clases?” Para evitar este error, el padre puede preguntarle qué ha aprendido hoy en su clase de matemáticas, qué deberes le han asignado hoy, qué sucede en la vida de los protagonistas de los libros que le han mandado leer, qué tal le ha ido con su profesor favorito y por qué. Son preguntas que no recibirán por respuesta un simple 'sí' o 'no', y que demostrarán al estudiante que sus padres están muy interesados en saber cómo le va en clase y qué está aprendiendo. Si los padres dan mucha importancia al colegio, será mucho más fácil para el estudiante interesarse por las clases y desear sacar buenas notas.
  • Preparar un desayuno muy nutritivo y delicioso. A todos nos anima comenzar el día con un desayuno riquísimo, y no solamente a los más pequeños de la casa. El primer día de clases es especial y los padres pueden conseguir que este día empiece bien desde que el niño se despierte. Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para el recreo, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.

Muchos padres enfrentan el inicio de clases de forma abrupta en relación a los horarios. Es necesario hacer una “previa” para que el niño pueda recuperar el hábito de levantarse temprano para sus actividades. Esto se logra de forma lenta y progresiva. Durante la etapa escolar, los padres deben procurar que los niños duerman entre 10 a 11 horas, ya en la pubertad y adolescencia las horas de sueños son entre 8 y 10 horas.

También debemos implicar al niño en aquello que tenga que ver con el regreso a la escuela, como la preparación de la ropa, los libros y todo el material didáctico como mochilas, bolígrafos, útiles escolares, etc. 

Lo más importante es que el niño juegue y disfrute todas sus vacaciones pero sin olvidar que tendrá que volver a la escuela pronto. Para eso, los padres pueden servir de recordatorio. 

Ya incorporados a la rutina, procura compensar el tiempo que estés separado/a de tus hijos con una compañía grata y enriquecedora cuando estéis juntos. Es normal regresar cansado del trabajo y tener pocas energías para dedicar a los hijos, pero es muy importante jugar con ellos, el juego es fundamental para su desarrollo. De vez en cuando, reflexiona sobre cuáles son tus prioridades en la vida y trata de recordar que tu hijo sólo tendrá una infancia. Ayúdale a crear bonitos recuerdos de ella y regálale un sentimiento que le acompañará para el resto de su vida: que sus padres lo quisieron mucho, le dedicaron tiempo y le dotaron de las herramientas necesarias para afrontar la vida con empatía, responsabilidad, respeto a los demás y muchas ganas de vivir y disfrutar. 

Estas son algunas estrategias para que la vuelta a clases sea exitosa.
Piensa como un niño ¿qué es lo que más te gustaría hacer cuando regreses a la escuela? ¿Cómo podrías facilitar la transición del tiempo libre y divertido a volver al trabajo y al estudio?

FUENTE:

sábado, 2 de enero de 2016

CONSEJOS PARA QUE TUS HIJOS/AS SEAN ORDENADOS



¡Pero mira que eres desordenado! Esta frase, una de las más repetidas en la historia de la educación, suele ser el principio de una serie de amenazas y castigos.

Toda actividad nueva necesita entrenamiento

Pero lo cierto es que estas técnicas rara vez funcionan, se abusa de ellas y pierden efectividad. Los padres y los hijos se agotan de vivir bajo la tensión del castigo y el grito. Mientras los padres terminan por “pasar” y tirar la toalla, los hijos se vuelven inmunes al soniquete de los padres y acaban por ignorar tanto reproche.

A lo mejor, siguiendo estos consejos, podemos poner un poco de orden para conseguir el orden.

Lo que SÍ debes hacer:

Cuanto antes empieces a educar en la responsabilidad, antes tendrán el hábito. Por prisas, porque los vemos demasiado pequeños o por no tener un conflicto, muchos padres recogen y ordenan lo que sus hijos dejan tirado. Desde que tienen dos añitos se les puede ir enseñando a meter sus juguetes en sus cajas y a que asocien recoger con orden.

Enseña el qué y el cómo. Enséñales a hacer la cama, a ordenar un armario, colocar la ropa sucia, dejar la mesa recogida después de estudiar. Hay una técnica que se llama “la sobrecorrección” que consiste en corregir y pedir que repitan la actividad, con amabilidad y con el interés de formar y no el de castigar. Toda actividad nueva necesita entrenamiento. Facilítales el material necesario como cajas, estanterías o cubos en los que puedan tener todo ordenado. Trata de hacerlo atractivo, con cajas bonitas, para que apetezca tener el cuarto en orden.

Describe de forma concreta lo que esperas de ellos/as. Lo que para ti es un cuarto ordenado puede no coincidir con lo que ellos entienden por orden. Deja por escrito lo que tienen que hacer y cuélgalo en el corcho, en la puerta del armario o en algún lugar visible. Y añade el horario en el que tiene que estar hecho. No es lo mismo ir al colegio y dejar la cama hecha, que hacerla media hora antes de acostarse.

Refuerza cada logro. Muchos padres critican lo que no se hace, pero ignoran los cambios que llevan a cabo sus hijos. Alegan que no hay nada que reforzar porque esa es la obligación que tienen. Es cierto, pero a todos nos gusta ser reconocidos cuando nos esforzamos en cambiar. El cambio incluye salir de la zona confortable y eso supone un esfuerzo. El niño disfruta cuando nos sentimos orgullosos de él porque le encanta impresionarnos. Así que cuando recojan y ordenen, házselo saber. Todo lo que se refuerza tiende a repetirse.

Según la edad, negocia. Deja que su habitación tenga algo de su personalidad. Muchos padres eligen los cuadros, quitan posters, fotos y ordenan todos los libros de mayor a menor. Hay padres que son excesivamente meticulosos y ordenados, y a veces tanto orden puede ser poco práctico. Si le pides a tu hijo que cada día después de estudiar deje su mesa despejada, igual es poco operativo sacar colores, reglas y diccionarios cada día. Permite que tengan un margen para su “desorden”.

Aprovecha el orden para educar en valores. Cuidar de las pertenencias de uno es una conducta responsable. Los niños tienen que saber el valor que tiene cada cosa y dejarla desordenada es una forma de despreciarla y no cuidarla.

Tu habitación y la casa en general son un ejemplo para ellos/as. Pedirles orden si los padres no lo son con sus cosas, es un comportamiento incoherente. Trata de cumplir con lo mismo que le exiges a ellos.

Háblales de las consecuencias positivas del orden. El orden trae armonía, equilibrio, facilita la búsqueda de ropa, juguetes, material escolar, libros, etc. El orden también se relaciona con el bienestar. Apetece más estar y disfrutar de una habitación limpia y recogida que de un lugar en el que cuesta abrirse paso.

FUENTE: http://www.elmundo.es/promociones/native/2015/12/26/