TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

jueves, 28 de junio de 2012

TDAH: ANTE UN FUTURO CADA VEZ MÁS PROMETEDOR



Rocío Mayoral 25/06/2012  

¿Qué tienen en común Britney Spears, conocida y “alocada” cantante y alguien como Luis Rojas Marcos, catedrático de Psiquiatría y miembro de la Academia de Medicina de Nueva York?
“Nada”, pensaran muchos. Pues se equivocan. Tienen algo en común; un trastorno que probablemente marcó su infancia.  Ambos padecen Déficit de Atención con Hiperactividad.
Pero han pasado muchos años, sobre todo para el profesor. Y hoy el conocimiento y la atención dedicada a este trastorno son muy diferentes a cuando era niño. En los últimos tiempos se han hecho muchos avances. Porque sin duda, el TDAH es uno de los trastornos infantiles sobre el que más se investiga y que mayor interés popular y científico sigue suscitando en la actualidad.
Pero ¿es más fácil hoy la vida para un hiperactivo? Debiera serlo, pero en el fondo siguen teniéndolo difícil.
Son muchos los afectados y familias que se encuentran desorientados; reclaman mejores respuestas escolares, sociales, clínicas… Pero, ¿conocen realmente las opciones terapéuticas que tienen? ¿Saben dónde acudir, dónde pedir ayuda? ¿Conocen los avances de los últimos tiempos? Realmente, aún falta mucho por hacer. La divulgación es el primer paso.
¿Hay opciones para la esperanza? Pues sí. A pesar de todo, existen diversas razones para el optimismo. Hemos avanzado mucho.
  • Ha mejorado el conocimiento del trastorno y el número de personas correctamente diagnosticadas. Gracias a ello, tendrán un futuro con muchas más oportunidades de éxito.
  • Hoy tenemos claro que también afecta a los adultos. En nuestro país, todavía pocos adultos solicitan ayuda. Trabajar en este ámbito es un gran asunto pendiente.
  • Comprendemos cada vez mejor el funcionamiento cerebral de los TDAH. Este conocimiento ha determinado el diagnóstico y también el tratamiento. Contamos con pruebas cada vez más eficaces para evaluar el control inhibitorio, procesamiento atencional, funciones ejecutivas y emociones. AULA es la más reciente. Hoy sabemos que evaluar todos estos ámbitos es imprescindible. Además, tenemos claro que la medicina y la psicología tienen un papel esencial en el diagnóstico. Son pasos cruciales… y muy recientes.
  • Los avances médicos son también destacados. El metilfenidato lleva años mostrando su eficacia. Pero es un fármaco estimulante que ha generado reticencias. Desde 2007 contamos con medicación no estimulante: atomoxetina, que hoy se utiliza en muchos casos.
  • Pero se sigue avanzando. En breve, tendremos nuevos fármacos: clonidina, lisdexanfetamina y guanfacina. Aumentarán las opciones para tratar síntomas principales y efectos secundarios. También se trabaja en nuevos medicamentos para mejorar los cuadros que habitualmente coexisten con el TDAH, como la dislexia. El futuro en este campo es muy esperanzador. Sin embargo, queda mucho por hacer. Aún existe mucho sobrediagnóstico, muchas personas medicadas sólo a partir de una entrevista. Pero las mejoras son evidentes.
  • También existen notables progresos en tratamientos psicológicos y pedagógicos. Hoy contamos con programas muy eficaces para la mejora de síntomas como auto-organización, resolución de problemas, mejora de la inhibición, impulsividad, auto-regulación de emociones, contención, auto-motivación, mejora de la adaptabilidad... Entre el 87% y 98% de TDAH presentan alguno de estos problemas. ¿Pedimos ayuda de este tipo? Debiéramos. Los riesgos que conllevan los síntomas de este cuadro son altos. R. A. Barkley, autoridad mundial en TDAH perdió a su hermano hiperactivo por su impulsividad al volante. Es sólo un ejemplo pero muestra la realidad tal y como es. Todos los esfuerzos son pocos cuando se trata de acabar con el descontrol y el resto de síntomas.
  • Pero ¿adivinan dónde se sitúa uno de los principales focos de descontento de las familias? Está claro. En la escuela. En parte es lógico. El TDAH es un trastorno de ejecución, de rendimiento, pero no de aprendizaje. Sin embargo, los actuales modelos escolares complican bastante el éxito escolar de estos niños. Barkley trabajó con niños con TDAH en colegios públicos americanos. Los resultados demuestran que la intervención en la escuela es altamente beneficiosa y factible. En nuestro país se están dando pasos. En estos días sin ir más lejos se ha presentado en el Parlamento Catalán un protocolo educativo para atención del TDAH. La Comunidad Andaluza tiene aprobado otro protocolo de actuación educativa. En muchas zonas se empieza a contar incluso con adaptaciones para la prueba de selectividad. Hay razones para el optimismo.
  • Uno de los avances más importantes de los últimos tiempos se sitúa en la intervención y ayuda a familias. Muchos especialistas trabajan intensamente en ello. Hoy contamos con muchas guías para familias. Destaca entre otras la realizada por el grupo de trabajo europeo para la sensibilización del TDAH.
  • Está claro. El saber sobre este trastorno progresa a pasos agigantados. Estamos en la obligación de estar al día. No hacerlo sería una pena. Porque algo está cada vez más claro. El logro de una vida plena para los TDAH es posible. Contamos con medios para ello.
Dicen que Churchill o Eisenhower también tuvieron TDAH. ¡Quién sabe!... si fuese así, ellos también serían muestra evidente de que el TDAH no impide una vida de éxito. Aunque sin duda, el logro más importante de un hiperactivo es mantener a su lado a una familia que les acompañe. Para algunos, esto será muy difícil de conseguir… Si no, que se lo pregunten a Britney.
FUENTE:

viernes, 22 de junio de 2012

NAVARRA: ORDEN FORAL PARA EL TDAH EN LOS CENTROS EDUCATIVOS

Los colegios navarros establecerán cómo tratar a los menores hiperactivos. Educación regulará con una orden foral la atención y detección de la enfermedad en Infantil, Primaria, ESP y FP.
Irene Villafranca - Sábado, 16 de Junio de 2012 -

Pamplona. Los centros de Infantil, Primaria, ESO y Formación Profesional tendrán que establecer un protocolo de actuación sobre cómo atender a niños y niñas con trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y con trastornos de aprendizaje (TA: dificultades  para la adquisición y uso de habilidades de lenguaje, lectura, escritura, razonamiento o matemáticas), según establece el borrador de orden foral que ya ha sido aprobado por el Consejo Escolar y cuyo texto está pendiente de firmar por el consejero, según informó el departamento de Educación.  El consejero de Educación José Iribas, al presentar la iniciativa en enero de este año 2012, acompañado por el director de Salud Mental, Víctor Peralta, y el director del servicio de Igualdad de Oportunidades, Participación y Apoyo al profesorado, Andrés Jiménez, anunció la elaboración de un "Protocolo de derivación y traspaso de información ante el TDAH", por parte de una comisión asesora técnica Infanto-Juvenil, en la que han intervenido los departamentos de Salud y Educación.
El actual borrador completa, de este modo, el actual marco legal que ya prevé las medidas de atención especiales que los centros escolares aportan al alumnado con necesidades educativas especiales, altas capacidades, incorporación tardía o condición sociocultural desfavorecida.
Hasta ahora, las medidas de apoyo especiales que necesitaba el alumnado con hiperactividad no estaban enmarcadas en un marco legal. Por tanto, no había una normativa común que estableciese qué hacer para ayudar a los alumnos hiperactivos o con déficit de atención, un plan de acción que las asociaciones navarras TDAH-Sarasate, Andar y la Asociación Navarra para el Tratamiento y el estudio del Déficit de Atención, Hiperactividad e Impulsividad (ADHI), llevaban pidiendo mucho tiempo puesto que, según señalaron, es una enfermedad que afecta a más de 1.500 menores en Navarra.
Con el objetivo de facilitar al profesorado el desarrollo de esta labor, se ha procedido a articular la respuesta educativa que incluye la elaboración de sendas guías dirigidas al profesorado sobre el alumnado con TDAH y con DEA (Dificultades Específicas de Aprendizaje) con pautas de actuación y estrategias metodológicas; la redacción de materiales de apoyo y recursos didácticos para utilizar en el aula, trabajo en el que ha colaborado el centro de recursos Creena; por último, la creación, como novedad, de una normativa que regule la atención educativa y la evaluación del alumnado con TDAH y con DEA.
Iribas subrayó que "prácticamente en ninguna comunidad autónoma se ha desarrollado una regulación de las medidas de atención educativa al alumnado con este tipo de necesidades. Aquí en Navarra se hace a través de una orden foral que vincula jurídicamente y otorga derechos al alumnado, exigibles por ellos o sus representantes legales a través de los medios de impugnación previstos en el ordenamiento".
Las medidas
Según el borrador de orden foral, los centros educativos establecerán en su Plan de Atención a la Diversidad las decisiones referentes al apoyo específico que recibirán los alumnos con hiperactividad y trastornos de aprendizaje. Entre otras cosas, ofrecerán una atención personalizada y adecuarán los procesos educativos a las características y necesidades del alumno afectado por alguno de estos trastornos. El texto señala que en Educación Infantil comenzarán los programas de detección, intervención y prevención dirigidos a mejorar síntomas como problemas en la lectura, el cálculo o la escritura. En Primaria se identificará a los escolares que no hayan superado sus dificultades en Infantil, pero el diagnóstico médico de hiperactividad se realizará a partir de los seis-siete años.
Por su parte, el equipo docente, especialmente el tutor del menor, decidirá qué medidas de ajuste educativo llevar a cabo. La atención, en cada caso, será personalizada y, por ello, el tutor llevará a cabo un seguimiento sistemático del escolar con hiperactividad o con trastorno de atención. Para ayudar a los alumnos afectados a seguir las clases y superar los exámenes, el profesorado modificará, si es necesario, la organización de las aulas, la distribución del alumnado, la manera de evaluar y las estrategias didácticas, con el objetivo de motivar al alumno.
Por último, el texto también señala que Educación y Salud deberán coordinarse para detectar, identificar y atender a los escolares lo más pronto posible.
Con estas medidas de apoyo, según apunta el borrador de orden foral, el alumno alcanzará "el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional y conseguirá con éxito su desarrollo integral en la igualdad de oportunidades a partir de una enseñanza adecuada, apoyo y seguimiento durante su escolarización".
FUENTE:

jueves, 14 de junio de 2012

HIPERACTIVIDAD Y CONSUMO DE DROGAS DEPENDEN DE DISTINTAS REDES NEURONALES


Pese a la impulsividad que caracteriza al TDAH y al consumo de sustancias, ambos no comparten redes neuronales
Foto: Huadi 

La impulsividad: algo más que una ventaja evolutiva
Casi ningún experto discute que la impulsividad es beneficiosa en algunas situaciones y que tal vez haya desempeñado un papel positivo en términos evolutivos. Cuando la vida es breve y peligrosa y los recursos son escasos, la respuesta rápida obtiene su premio. En estudios realizados con babuinos y monos se observó que los animales que son impulsivos en la adolescencia suelen convertirse en adultos dominantes cuando moderan sus impulsos belicosos.
En los humanos, la conducta impulsiva tiene su punto más alto en la adolescencia, cuando las áreas prefrontales del cerebro aún están en desarrollo o, poco más tarde, en los primeros años de la edad adulta, cuando se espera culturalmente que las personas prueben sus límites.
Sin embargo, nuevas investigaciones han sugerido que el gusto por el peligro o el conflicto no basta para producir un grado de impulsividad persistente y ruinoso.
En un estudio publicado en The Journal of Psychiatric Research, un equipo de investigadores evaluaron a 351 adultos sanos y a otros 70 con desórdenes relacionados con la impulsividad. Los participantes fueron sometidos a una batería de tests destinados a medir la inhibición, el deseo de riesgo y la tendencia a planificar. Los investigadores descubrieron que el gusto por el riesgo se asociaba con los fumadores de ambos grupos y que los hábitos menos reflexivos se relacionaban con individuos que bebían considerablemente.
En los individuos con desórdenes de personalidad, el déficit en la planificación se asociaba también con intentos reiterados de suicidio. La combinación de búsqueda de sensaciones y falta de reflexión caracteriza a millones de personas, pero parece ser extrema en aquellas cuya impulsividad desemboca en problemas crónicos o enfermedades mentales.

La ciencia busca las causas de la impulsividad

Estudios recientes  hallaron algunos de los genes que ayudan a explicarla.
Hacer novillos en la escuela, desaparecer el fin de semana o  echar una cana al aire: la espontaneidad eludiendo ciertas responsabilidades puede ser una manera saludable de desafiar la rutina, dicen los psicólogos. Sin embargo, para los científicos que estudian las enfermedades mentales y las adicciones, la conducta impulsiva (la tendencia a actuar o reaccionar sin pensar demasiado) es algo muy común.
En los últimos años, numerosos estudios han relacionado la impulsividad con altos riesgos de tabaquismo, alcoholismo y drogadicción. Las personas que intentan suicidarse tienen una alta puntuación en las mediciones de impulsividad, al igual que las adolescentes con problemas alimentarios. La agresión, el juego compulsivo, los desórdenes severos de personalidad y el déficit de atención se asocian con altos niveles de impulsividad.
Ahora, los investigadores han empezado a resolver la naturaleza contradictoria de la impulsividad, identificando los elementos que diferencian entre los aspectos benignos de la impulsividad de los actos autodestructivos. Los últimos trabajos en investigación cerebral y psicología ayudan a explicar cómo se desarrollan las tendencias impulsivas y en qué casos pueden llevar por mal camino a las personas.
Una potente combinación de genes y experiencias tempranas emocionalmente desorientadoras colocan a los individuos en situación de alto riesgo, al igual que ciertos instintos personales muy bien conocidos.
"Lo que estamos viendo -dijo Charles Carver, psicólogo de la Universidad de Coral Gables, Florida- son pruebas que indican que cuando las áreas prefrontales corticales del cerebro, donde se asienta su sistema de supervisión, no funcionan bien, interfierne con la conducta reflexiva y las consecuencias suelen ser negativas".
Sin medir el peligro
La gente que puede jugar con dinero, irse de parranda o probar drogas duras y salir bien librada tiene una capacidad innata para el riesgo, según sugieren todos los estudios realizados al respecto. Están preparados para los peligros o simplemente corren riesgos controlando su conducta de manera semiconsciente; manteniendo un pie en el borde del abismo por si deben retirarse.
Por el contrario, los individuos dominados por sus impulsos suelen confiar en sus primeras impresiones de manera implícita y absoluta.
Los expertos afirman que esta diferencia en la capacidad de autorregulación se basa, en parte, en la variación genética. En un estudio, investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental tomaron muestras de sangre de 142 voluntarios sanos y analizaron un gen llamado MAOA, que induce la producción de una enzima que reduce la actividad de una sustancia química cerebral llamada serotonina, que ejerce gran influencia sobre el estado anímico.
Los investigadores realizaron tomografías del cerebro de los participantes para medir el control de sus impulsos y hallaron que los hombres que tenían una variante común de MAOA, conocida como "de alto riesgo", manifestaban una activación significativamente menor que sus pares que tenían la versión "de bajo riesgo" del gen, en la parte del área prefrontal del cerebro donde se origina la conducta reflexiva.
Los participantes con el gen de alto riesgo también tenían déficit en áreas del cerebro destinadas a moderar la emoción, respaldando de este modo los hallazgos de estudios anteriores que revelaron diferencias semejantes relacionadas con los genes.
"Por un lado, estos déficit de regulación emocional predisponen a las personas a intensas reacciones emocionales en la infancia y las hacen más vulnerables a los traumas -dijo el doctor Andreas Meyer-Lindenberg, director del estudio-. Por otra parte, el déficit de la función cognitiva inhibitoria crea cierta propensión a actuar a partir de esas emociones en períodos posteriores de la vida."
Y la vida nunca deja de poner a prueba esa capacidad de supervisión mental. Según Carver, soportar mucho tiempo estrés, a cualquier edad, puede sobrecargar la región prefrontal, dejando menos recursos disponibles para controlar las emociones.
Diferencias en las redes cerebrales asociadas con la impulsividad
La conducta impulsiva es una de las características de cualquier adolescente y, en especial, de aquellos que sufre trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Este tipo de comportamiento también se asocia a patrones de abuso en el consumo de drogas y/o alcohol.
Igualmente, los adolescentes que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y los que comienzan a fumar o a tomar drogas y/o alcohol tienden a compartir, por lo menos, este rasgo de la personalidad: la impulsividad.
Sin embargo, pese a que la impulsividad caracteriza a ambos factores, hiperactividad y consumo de drogas dependen de distintas redes neuronales. Los científicos de la Universidad de Vermont, en Estados Unidos, han descubierto que, en contra de lo que se pensaba, la impulsividad asociada tanto al déficit de atención con hiperactividad (TDAH) como al consumo de estupefacientes o alcohol, tiene un origen neuronal distinto y las redes cerebrales asociadas con la impulsividad en ambos grupos no son las mismas.
Así se desprende de este estudio publicado en la edición online del 29 de abril de la revista 'Nature Neuroscience', Lo que esta investigación sugiere es que existen múltiples mecanismos subyacentes que fomentan la impulsividad. En otras palabras, la impulsividad que lleva a los menores a no hacer la tarea y la impulsividad que lleva a los jóvenes a darle una calada a un cigarrillo de marihuana no son iguales, en términos neurológicos.
En concreto, y según ha explicado el doctor Robert Whelan, autor de la investigación, se utilizó el test de la señal de detención, una prueba psicológica que permite investigar la capacidad inhibitoria o de autocontrol de una persona. Mientras se escaneaba el cerebro de los adolescentes para medir el autocontrol y la inhibición se les pidió que presionaran un botón cuando veían aparecer en una pantalla una flecha que apuntaba a la derecha o a la izquierda y que no lo presionaran cuando la flecha apuntaba hacia arriba. A los adolescentes con TDAH y a los que habían probado varias sustancias no les fue peor en la prueba que a los demás participantes. Sin embargo, en las personas impulsivas, consumidoras de drogas y/o con TDAH, el tiempo de reacción es más largo de lo normal.
De la misma manera, se encontraron patrones de actividad cerebral en el grupo con TDAH diferentes a los hallados en los que habían probado alcohol, cigarrillos o drogas (sobre todo marihuana).
En los primeros, distintas redes se iluminaron durante la prueba y mostraron diferencias en el lóbulo frontal bilateral y los ganglios basales.
En el segundo grupo, aparecieron patrones distintos de actividad cerebral en el giro frontal inferior y en la corteza frontal orbital.
Esto sugiere que las diferencias cerebrales no son provocadas por las sustancias, sino que ya están presentes y tienen que ver con lo que hace que algunos adolescentes experimenten con el alcohol y que otros se abstengan, señaló Whelan.
"Hemos identificado por primera vez las distintas redes neuronales que contribuyen a los aspectos clínicos y conductuales de la impulsividad", ha afirmado Whelan.
 De este modo, los resultados del estudio demostraron que estas conexiones son distintas en el TDAH que en el consumo de drogas y que, por lo tanto, conductas similares pueden tener un origen neuronal completamente distinto. Según La Dra. Lukshmi Puttanniah, directora de psiquiatría infantil y adolescente del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, el estudio indica que la impulsividad puede tener muchas explicaciones subyacentes.
El TDAH es un trastorno neuroconductual caracterizado por niveles excesivos de actividad, falta de atención e impulsividad más allá de lo normal para la edad del niño.
Las personas con TDAH están en mayor riesgo de abuso de sustancias y alcoholismo. Se pensaba que la explicación la daba una falta de autocontrol o una incapacidad de controlar los impulsos que son parte del trastorno, planteó Whelan.
Aunque se ha demostrado que no hay relación directa, estas conclusiones "no significan necesariamente que los síntomas del TDAH no potencien el consumo de drogas", ha advertido el científico, ya que "la relación entre estas dos conductas también puede aparecer más tarde durante la adolescencia".
Adolescencia y riesgo
"El comportamiento de riesgo que tienen muchos jóvenes es una fase normal del desarrollo de los mamíferos y es necesario para adquirir las habilidades que nos permiten independizarnos en la edad adulta", comentan los autores de este trabajo.
No obstante, Whelan y su equipo están convencidos de que entender las bases neurológicas del autocontrol será clave para mejorar la salud pública de los adolescentes, ya que es en este período vital cuando acostumbran a emerger desórdenes psicológicos, muchos relacionados con la impulsividad, ya que “los estudios sobre el funcionamiento del cerebro en adolescentes son muy escasos”, señala Whelan.

FUENTES:

http://www.lanacion.com.ar/795716-algo-mas-que-una-ventaja-evolutiva  

martes, 5 de junio de 2012

HIPERACTIVIDAD INFANTIL: Información simple sobre un tema complejo



Desde 2007, uno de cada diez niños ha sido diagnosticado con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en EE.UU. Investigadores pediatras de Escuela de Medicina de Universidad de Indiana no encuentran relación causal entre consumo de azúcar y TDAH.

Los niños que tienen TDAH pueden:
  • Distraerse fácilmente y olvidar las cosas con frecuencia
  • Cambiar rápidamente de una actividad a otra
  • Tener problemas para seguir instrucciones
  • Soñar despiertos/fantasear demasiado
  • Tener problemas para terminar cosas como la tarea y los quehaceres domésticos
  • Perder juguetes, libros y útiles escolares con frecuencia
  • Estar muy inquietos y retorcerse mucho
  • Hablar sin parar e interrumpir a las personas
  • Tocar y jugar con todo lo que ven
  • Ser muy impacientes
  • Decir comentarios inadecuados
  • Tener problemas para controlar sus emociones
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH, por sus siglas en inglés), el TDAH es un trastorno neurobiológico común que se detecta, principalmente, en niños entre las edades de 3 y 6 años y que puede continuar en la adolescencia e incluso, en la edad adulta.
Los principales síntomas son la incapacidad para concentrarse y prestar atención, la hiperactividad y la impaciencia e impulsividad, entre otros.
Según expertos de la Administración de Alimentos y Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), el número de niños diagnosticados con TDAH va en aumento. Explican que el incremento de casos de este trastorno puede ser debido a una mayor conciencia pública de la enfermedad y de las enfermedades psiquiátricas en general.
Además, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos indican que, a partir del 2007, alrededor del 9,5 % de los niños de 4 a 17 años de edad ha sido diagnosticado alguna vez con TDAH.
Principales causas
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos indica que la evidencia científica ha demostrado que el TDAH tiene una fuerte base neurobiológica. Agrega que, aunque no se han identificado las causas exactas, la genética posiblemente contribuye fuertemente a la manifestación del trastorno en la población.
En los casos en que la genética no parece tener influencia, se ha descubierto que las dificultades durante el embarazo, la exposición prenatal al alcohol y al tabaco, el parto prematuro, un peso muy bajo al nacer, niveles excesivamente altos de plomo en sangre y una lesión posparto en las regiones prefrontales del cerebro, contribuyen al riesgo de padecer TDAH en diversos grados.
El Instituto, además, menciona que la evidencia científica no respalda las opiniones populares de que el TDAH es consecuencia de un consumo excesivo de azúcar o de aditivos alimentarios, ver demasiada televisión, un mal control y mala educación del niño por parte de los padres o a factores ambientales y sociales como la pobreza y el caos familiar.
El azúcar no causa hiperactividad
Se dice que los niños no deben consumir alimentos ricos en azúcar porque se vuelven hiperactivos. Esta creencia, que ha circulado en el mundo durante generaciones, es falsa, según informa una investigación publicada en la British Medical Journal (Revista Médica Británica).
Los investigadores, Rachel Vreeman y Aaron Carroll, ambos pediatras y profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Indiana, decidieron analizar la evidencia científica de mitos ampliamente aceptados como verdaderos, entre ellos que el azúcar contribuye a la hiperactividad de los niños.
Según el estudio, no existe prueba alguna de que el consumo de azúcar ponga a los niños fuera de control. Para demostrarlo, citan hasta 12 estudios científicos que examinan cómo reaccionan los niños a las dietas con diferentes niveles de azúcar. De acuerdo con los investigadores, ninguno de estos estudios, ni siquiera los específicos centrados en niños con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, detectaron diferencias de comportamiento después de haber consumido azúcar.
De acuerdo con el pediatra neonatólogo panameño, Enrique Ruidíaz, "no hay evidencia científica que confirme que un alimento por sí solo cause TDAH. La base para la nutrición adecuada de un paciente con este trastorno es una alimentación equilibrada. Para lograr esto, el individuo debe incluir en su dieta una variedad de todos los grupos alimentarios, incluido el azúcar".
El especialista agrega que "un excelente complemento a una alimentación equilibrada es la actividad física dirigida y supervisada (deportes formales y juegos informales) ya que requiere de ordenación de las ideas, seguir instrucciones, coordinación de la motora gruesa y fina, además de criterio formal para tomar decisiones instantáneas. Por lo tanto, obliga al sistema nervioso central a acostumbrarse a utilizar patrones constantes y maduros para lograr una buena ejecución en el deporte, generando satisfacción personal por el éxito alcanzado en el mismo, con mejora de la autoestima. Además, la práctica de actividad física genera endorfinas (sustancias químicas que dan la sensación de bienestar y disminuyen la ansiedad) lo cual se traduce en interés por rendir cada vez mejor en esos campos y esto se traslapa a su vida escolar, social y familiar".
Aditivos como colorantes son seguros
De acuerdo con la FDA, desde la década de los setenta, ha surgido una hipótesis que relaciona el consumo de aditivos alimentarios, particularmente los colorantes, con la hiperactividad. Sin embargo, los resultados sobre este tema han sido inconsistentes, inadecuados y difíciles de interpretar debido a las deficiencias en los diseños de los estudios.
Por ejemplo, en el año 2007, un estudio de la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido investigó si ciertos aditivos de color causaban hiperactividad en los niños. Sin embargo, tanto la FDA como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, han concluido que el estudio no confirma una relación entre los aditivos de color que fueron estudiados y los efectos de comportamiento.
"Los aditivos alimentarios, entre ellos los colorantes y saborizantes, pueden formar parte de una dieta equilibrada, siempre que hayan sido aprobados por las autoridades de salud (FDA y Codex Alimentarius). El exceso de cualquier alimento o bebida no es recomendable, independientemente de su fuente, ya que no hay alimentos buenos o malos, solo dietas mal equilibradas", menciona el Dr. Ruidíaz.
El experto concluye que, "el TDAH es un trastorno complejo, cuyos síntomas están presentes en muy distinto grado en cada persona. Si consideran que el niño podría tener el trastorno, deben llevarlo donde un médico experto en TDAH para que lo evalúe y lo trate adecuadamente. Además, cuanto más sepan, lean y pregunten sobre el TDAH, mejor podrán los padres, familiares y maestros ayudar a estos niños, niñas y adolescentes".
FUENTE: