La semana pasada en el colegio, una profesora de mi hija hacía un comentario en voz alta. Decía que se había reunido con sus antiguos compañeros de estudios y que pudo comprobar cómo “los tontos y los listos, de una forma u otra, siempre habían salido adelante, sin necesidad de tanto médico ni tanta tontería como la que, ahora, demandan los TDAH”…
No voy a comentar esta opinión a la que, por desgracia, estamos más que acostumbrados. Pero, yo sentiría un poco de vergüenza al demostrar un trasfondo tan deshumanizado, ignorante y superficial como el que deja ver esta maestra. Sobre todo, tratándose de una profesora de la rama de Ciencias. ¿Es tan difícil de aceptar que se trata de un problema neurológico?
Un rato más tarde, esta misma profesora se quejaba del dolor de cabeza que tenía. ¡Pues seguro que se lo estaba inventando!, (como hace mi hija con su TDAH) porque ni mi hija ni ningún otro alumno podían ver su dolor de cabeza… ¿Por qué es más real su cefalea que el trastorno de mi hija?
Perdonadme que me explaye, pero me hierve la sangre cuando veo la ligereza y ausencia de consideración de personas “cultas”, “con mentes abiertas”, cuyo objetivo es la “inclusión” de todas las personas en la sociedad, con independencia de la capacidad intelectual o física que tengan. Y se supone que la educación de nuestros hijos está en manos de algunos “docentes” como ella.
Me pregunto en qué grupo meterá esta “educadora”, por ejemplo, a los niños invidentes: ¿En el de los listos o en el de los tontos? ¿Y a los que tienen dificultades auditivas?
Por suerte, aunque poco a poco, cada vez es menor el número de personas dedicadas a la educación con esta mentalidad tan exclusiva, dispuestos a enseñar sólo a los que "dan la talla".
El desprestigio que tienen los diagnósticos da a entender que el TDAH es un cajón de sastre donde cabe todo. Sin embargo, opino que si un alumno no consigue alcanzar los objetivos educativos “todos tenemos un problema”. No sólo los padres, sino, también, los profesores, porque estos, entonces, no están consiguiendo el objetivo último de su profesión: Transmitir el conocimiento a sus alumnos… Y, si no alcanzan los objetivos… ¿Qué son los profesores?, ¿Tontos o listos?
Hay que asumir que lo bueno del uso de estrategias metodológicas en el aula es que, aun cuando el diagnóstico fuera erróneo, tampoco perjudicaría al alumno, incentivando su autoestima y aprendizaje. Luego, ¿qué se pierde al aplicarlas?
Hace poco, asistí a una conferencia del Dr. Bauermeister, especialista en TDAH. Le preguntaban qué ocurría si se le aplicaban los tratamientos para TDAH a un niño con un diagnóstico erróneo. Su respuesta fue: “Ante la duda, saluda…”
Para terminar, me gustaría añadir que mi hija no es tonta: “Sólo es diferente”.
Gloria, te entiendo perfectamente. Yo siento la misma impotencia cada vez que la profesora me dice que mi hija lo entiende todo muy bien pero lo que le pasa es que no tiene ganas de trabajar..! Deberíamos de poder conseguir que a nuestr@s hij@s se les tuviera la consideración que se merecen. Las que nos merecemos todos por el simple hecho de ser "seres humanos". Mi pequeña trabaja muchísimo más que cualquiera de su clase. Para hacer una sola ficha tarda más de una hora. Sus compañeros pueden hacerla en algo más de quince minutos si se lo proponen. Pero por mucho que trabaje, por mucho, mucho, que se esfuerce SIEMPRE ES LA ULTIMA en todo...!
ResponderEliminarEs muy duro ver la carita triste de mi hija cuando habla del cole. Yo intento animarla todo lo que puedo, pero es una constante lucha lo que tenemos por delante.
Debería de existir alguna forma de conseguir que en el momento que en algún colegio hubiera tan sólo un alumno con TDAH se enviara a algún experto en la materia para "asesorar" de alguna manera al profesorado. Y que también ayudara de alguna manera a los alumn@s con este problema, ya sea con técnicas de relajación, con talleres de habilidades sociales o incluso clases especiales de las materias escolares.
Gloria, habría alguna manera de conseguir eso? Si la hubiera desde luego que me apuntaría a la lucha por conseguirlo.
Un abrazo y gracias por tu blog..!
Hola Gloria, comparto contigo esta opinión, de hecho, yo soy maestra, es muy común ver como en el Claustro de los centros, cuando se adjudican las tutorias oir que tal o cual curso son peores, por que tienen un alumno con problemas (con TDAH, retraso madurativo, o cualquier otro)
ResponderEliminarIncluso a veces oyes "Menuda me ha caido, tengo un acnee"
Cuando vivo estas situaciones, tan horribles, lo unico que me queda es acordarme de los buenos maestros (que tambien los hay) que se dejan la piel buscando la forma de ayudar a los niños acnees o no, que tienen problemas.
Solo deseo que podamos hablar de los buenos profesionales de la enseñanza (los que se preocupan, o sea hacen su trabajo), y que cada vez haya menos "profesores" que quieren alumnos perfectos (por cierto, si alguien conoce a un alumno perfecto me lo cuenta)
Un saludo y felicidades por tu bloq
Una vergüenza como centros docentes tratan a nuestros hijos, somos capaces de aguantar lo inaguantable porque ha día de hoy se ha perdido profesionalidad y porque en muchos centros es más importante el ranking que sacar un alumno adelante. Luego se quejan del fracaso escolar, pero gran parte de ello está motivado por esos docentes sin vocación que lo único que vieron, fue una salida económica a la gran virtud de enseñar!!
ResponderEliminarPersonas como tú, hacen de estos trastornos tan invisibles, la muestra fehaciente de la necesidad de abrir nuestras mentes a lo diferente.
ResponderEliminarMil gracias!!