Desde 1964, para conmemorar la muerte de
Gandhi,
se celebra el 30 de enero el Día Escolar de la No Violencia y la Paz,
reconocido por la UNESCO en 1993.
se celebra el 30 de enero el Día Escolar de la No Violencia y la Paz,
reconocido por la UNESCO en 1993.
En esta fecha, se recuerda la necesidad de la
educación para la tolerancia, la solidaridad, el respeto a los Derechos Humanos,
la no violencia y la paz.
El lema de este día es:
"Amor universal, no-violencia y paz. El amor
universal es mejor que el egoísmo, la no-violencia es mejor que la violencia y
la paz es mejor que la guerra".
FUENTE:
Bullying,
No es cosa de niños
Gemma García. Redacción de Sapos y Princesas
Actualizado 29/01/2016 11:20
Insultos, burlas, amenazas en las redes
sociales... Uno de cada cuatro alumnos sufre acoso escolar grave en España, el
cual puede desembocar en peleas, trastornos de salud mental o, incluso, como
tristemente sabemos, en suicidios.
El 30 de enero se celebra el Día Escolar de
la No Violencia y la Paz, un día para reflexionar sobre cómo afrontar y
detectar este problema desde el punto de vista del acosado, así como para
conocer y reconocer las circunstancias que rodean al acosador con el fin de
combatirlo y prevenirlo desde las aulas, sí, pero también desde casa.
El acoso
escolar es un fenómeno cada vez más frecuente en nuestro país. Entre un 5% y un
10% de estudiantes adolescentes (10-15 años) sufre bullying en España. A través
de un estudio publicado en el British Medical Journal, que vincula el acoso
escolar con el 30% de las depresiones adultas, los expertos trataron de
concienciar sobre las secuelas de estos comportamientos.
Los
niños que sufren acoso presentan síntomas de ansiedad y miedo
¿Qué podemos hacer si nuestro hijo es víctima
de acoso escolar? Principalmente, debemos tener conocimiento de los distintos
tipos de acoso. "El bullying y ciberbullying mantienen características
idénticas, pero, respecto a la persistencia o repetición en el tiempo, el
ciberacoso se convierte en algo que puede ser, además, permanente: veinticuatro
horas al día, siete días a la semana, treinta días al mes...", explica la
Doctora Rosario Ortega-Ruiz, de la Universidad de Psicología de Córdoba.
"En el caso del acoso mediante el móvil o Internet, los efectos son más
devastadores, ya que la víctima no puede escapar de la situación ni siquiera
cuando sale del centro escolar", añade Fuensanta Cerezo Ramírez, Doctora
en Psicología de la Universidad de Murcia y autora de Violencia en las Aulas,
entre otras publicaciones. Una vez que sabemos en qué consiste el acoso
escolar, debemos informarnos sobre cómo detectarlo y, finalmente, cómo actuar
ante él. Según Ortega-Ruiz, "los niños suelen comenzar con problemas de
sueño o de alimentación, cambios de carácter, irascibilidad, se vuelven muy
reservados y muy recelosos. En definitiva, presentan síntomas de ansiedad y
miedo. Aun así, no es sencillo percibirlo, ya que, generalmente, tratarán de
ocultarlo".
Existen varios organismos a los que podemos
recurrir: el propio centro, la AMPA, delegaciones, inspecciones,
fundaciones...
La Policía Nacional ha creado un email específico para denunciar este tipo de violencia en las aulas.
Paloma es madre de una niña de 7 años que
sufre acoso escolar. "Todo comenzó el año pasado, me dijo que le pegaban y
lo último fue una piedra en el ojo. Al principio no le di importancia, ya que
son niños muy pequeños. Hablamos con la madre del acosador, pero responsabilizó
únicamente al colegio. Me sentía culpable e impotente. Es cierto que al
principio el colegio no tomó muchas medidas, por lo que decidí acudir a la
Concejalía de Educación".
¿Cómo evitar que mi hijo sea agresor?
Para
Ortega-Ruiz existen factores de riesgo que pueden llevar a los jóvenes a
adoptar dichos comportamientos, como "ser excesivamente mimados, haber
contemplado y sufrido violencia en sus familias y/o recibido una crianza escasa
en amor y protección".
Cerezo Ramírez enumera algunas pistas para
detectar a posibles agresores:
- Agrede e intimida también a los hermanos pequeños
- Llora y/o se enfada mucho casi por nada
- No tiene motivación por ir al colegio
- Habla de peleas en las que es el agresor o agresora.
- Insulta y amenaza con frecuencia
- Muestra un comportamiento desafiante y agresivo también con adultos...
Los testigos deben ayudar al que está siendo
acosado, prestando su cercanía y, a la vez, dejando sin apoyo a los agresores
Testigos
y "falsos espectadores"
Además de acosador y víctima,
existe otro factor que debemos tener en cuenta: el acosador pasivo, aquel que observa o conoce la situación. Puede
mantenerse al margen o bien animar al agresor, en muchos casos por miedo a
convertirse en la víctima.
"Los 'espectadores' tienen mucha
responsabilidad, el acoso es conocido por todos los compañeros, pero hay
siempre un pequeño grupo que apoya al agresor, que le ríe al agresor lo que
vende como bromas o gracias.
Cuando tenemos buenas políticas anti-bullying, los
espectadores y otros implicados que apoyan al agresor, como el mencionado
pasivo, que mira para otro lado, dejan de apoyar la violencia. Hay que enseñar
en las aulas y en los centros a no apoyar la violencia, a no apoyar al chulito,
a que los valores compartidos incluyan la solidaridad y el apoyo mutuo y no la
rivalidad, la competencia y la chulería y prepotencia.
Cuando los compañeros
apoyan a la víctima y dejan de apoyar al agresor, el acoso termina. Es la
clave", advierte la psicóloga Ortega-Ruiz.
El colegio tiene una gran
responsabilidad sobre la vida social en las aulas. Sin embargo, "según los
propios alumnos, solo el 55,7% de los profesores interviene en los conflictos,
pero la respuesta se dirige al agresor y suele consistir en imponer una
sanción, la mayoría de las veces se limitan a abrir un expediente, expulsar de
clase, o expulsar del colegio durante varios días. Como vemos, no se registra
ninguna intervención que persiga la restitución ni la aplicación de acciones
educativas y/o terapéuticas", explica Cerezo Ramírez.
Por ello, ante una
situación de acoso o ciberacoso, Ortega-Ruiz recomienda:
"Si estamos
próximos a la víctima, hablarle de que debe y puede salir de esa situación,
luego ayudarle a que movilice recursos educativos, o incluso sociales y
policiales, frente a lo que le está pasando.
Afortunadamente, tenemos recursos
públicos para ello. Contamos, a este respecto, con programas policiales
extraordinariamente competentes para perseguir el bullying y ciberbullying.
Respecto a los compañeros, según Cerezo Ramírez, "no deben mirar para otro
lado, sino comentarlo con sus amigos del grupo y apoyar al que está siendo
acosado, prestando su cercanía y, a la vez, dejando sin apoyos a los agresores,
de esta forma deja de ser un juego para convertirse en una responsabilidad
social".
En este sentido, Nora Kurtin, Fundadora de Sapos y Princesas,
opina que "como padres debemos hablar del bullying a nuestros hijos y
decirles que es tan responsable el que lo hace, como el que sostiene al grupo
agresor. Tenemos que educarlos en la responsabilidad del grupo. Tal vez así
estemos educando niños más justos y menos agresivos. Recordemos que puede
tocarnos a cualquiera, que nuestros hijos estén de un lado como del otro".
Condiciones
que contribuyen a mantener la violencia en la escuela
- Justificar o permitir la violencia entre los chicos como forma de resolver sus conflictos.
- No tratar de manera adecuada la diversidad y actuar como si no existiera.
- Falta de respuesta del profesorado dejando a las víctimas sin ayuda.
Determinadas actitudes y creencias racistas,
sexistas y xenófobas, ejercen una influencia decisiva en el riesgo de ejercer
violencia. Según la Fundación No Al Acoso es esencial la sensibilización de los
niños en torno al respeto a las personas y a las diferencias (de raza, de
pensamiento, de religión, de orientación sexual, de capacidades...).
FUENTE
Cómo prevenir el bullying
20 September 2012
El acoso escolar, más conocido como bullying,
es un tema de máxima actualidad. Lo que antes era “reírse del tonto” y se
tomaba como algo normal, ahora es un tema que preocupa en profundidad a
profesores y padres, y no sin razón, ya que los últimos datos del INJUVE
afirman que en España el 1,6% de los niños y jóvenes sufren bullying de forma
constante y un 5,7% lo vive de forma esporádica.
Datos alarmantes para un problema que cada
vez tiene un mayor alcance entre los niños. Por suerte, también la sociedad
está cada vez más concienciada y lucha por acabar con este acoso.
Cómo detectar el bullying
Que un niño sufra acoso escolar puede tener
consecuencias muy graves tales como depresión, violencia, drogas e, incluso,
suicidio. Como padres, debéis de estar pendientes del niño y del comportamiento
de éste.
Las claves básicas en las que os debéis fijar son las siguientes:
- El niño de repente evita la escuela, ciertos lugares y gentes. Los sitios a los que antes iba contento, ahora no le gustan y se siente incómodo.
- Se hace el enfermo con frecuencia para no tener que enfrentarse a las situaciones a las que teme.
- Su personalidad cambia, cada vez es más retraído y pasivo. Aunque puede darse una situación contraria y que cada vez sea más activo y agresivo.
- No controla su cuerpo y pierde o rompe objetos constantemente. No está centrado.
- Está muy triste y llora de manera más habitual.
- Se le pueden percibir contusiones o lesiones, que él intentará ocultar.
- Sus calificaciones han bajado notablemente en la última época, no rinde de la misma manera.
- Cambios importantes en su comportamiento: a la hora de dormir, la comida, pasa mucho tiempo a solas, maltrato a los hermanos, etc.
Tipos
de bullying
Los acosadores normalmente eligen a sus
víctimas de entre los menos populares, los que pasan desapercibidos. Suelen ser
niños inteligentes, a los que los acosadores atacan por sentirse menores a
ellos y usan su fuerza para creerse así superiores.
Los tipos más usuales de bullying son el
físico, el verbal, el psicológico y el social.
- El primero implica la fuerza física, las patadas, los mordiscos o los empujones y suele darse de manera más constante en primaria que en secundaria.
- El maltrato verbal es el más habitual, los acosadores ponen motes a las víctimas, resaltan sus defectos físicos, cuelgan fotos de ellos en situaciones “ridículas” en las redes sociales, etc.
- El acoso psicológico tiene como fin anular la personalidad del otro y fomentar su miedo.
- Y por último, el social pretende aislar a la víctima del resto del grupo y de sus compañeros.
Cómo
enfrentarse al bullying
Cuando se ha detectado que el niño sufre
maltrato escolar hay que seguir una regla de pautas para evitar que éste
aumente. Lo primero que se debe hacer como padres, es sentarse a hablar con el
niño y lograr que éste confíe en ti. Será una situación difícil, ya que el niño
estará retraído y creerá que decirlo hará que esto aumente, preferirá
permanecer en silencio. Por ello, hay que tener mucho cuidado y racionar las
conversaciones, intentar “sacarle” la información poco a poco para que él no se
agobie y siempre dejar que se el propio niño el que guíe la conversación y vaya
contando los problemas a su ritmo, cuando esté preparado para enfrentarse a
ellos. Y hay que decirle que es un problema aislado, que acabará y que tiene
solución, darle esperanza.
Lo primero de lo que hay que enterarse es de
las preguntas que se conocen como las 5W:
- ¿Por quién sufre el bullying?
- ¿Qué tipo de acoso recibe?
- ¿Dónde se producen los altercados?
- ¿Cuándo son, a qué hora?
- ¿Por qué piensa tu hijo que sufre acoso escolar?
Es importante no ocultar el problema a los
demás, no hacer sentir al niño vergüenza por lo que sucede. La familia y los
amigos son una de las claves para que el niño sea capaz de enfrentarse al
maltrato, por lo que es necesario que se comparta el tema y entre todos
intentar llegar a una solución.
Cuando un niño sufre acoso escolar sus
sentimientos son de ira, violencia, tristeza y venganza y suele transmitirlo en
su entorno. No hay que dejar que el niño focalice su rabia consigo mismo o
hacia los demás, hay que intentar que lo deseche a través del arte, el deporte,
la respiración, etc.
Trabajar
con el colegio
Es muy importante que el colegio y la familia
luchen en conjunto contra este acoso. Así, desde el momento en el que se intuye
el problema, hay que concertar una reunión con los responsables del centro.
Hay que tener cuidado con cómo se hace, ya
que el niño puede ser reacio a esta opción. Para él, el profesor es el
“contrario”, una persona que puede hacer que el asunto vaya a peor por
considerarlo un “chivatazo”. Hay que explicarle que es necesario, que el
profesor está ahí para ayudarnos en todo y que la única manera de salir de este
maltrato es trabajar todos juntos.
FUENTE:
Cyberbullying (Ciberacoso)
11 October 2013
El acoso entre iguales a través de las TIC:
insultar, vejar, amenazar, chantajear…a través del envío o publicación de
mensajes de texto, fotografías o vídeos. El acoso no siempre se expresa con un
daño físico. El hostigamiento suele darse en el ámbito escolar por lo que el
acosador y la víctima suelen ser menores y compañeros de colegio o instituto.
Los medios más habituales con los que se
puede realizar el ciberacoso son: smartphones, chats, SMS, foros, redes
sociales, juegos online, blog o a través de email.
¿Por qué se produce?
- Los acosadores son personas con baja autoestima que solo se sienten bien cuando hacen daño a los demás. Eso les hace sentirse más fuertes.
- El agresor carece de todo respeto por sus semejantes y no conoce los límites éticos básicos necesarios para la convivencia en sociedad.
- El acoso escolar a través de las TIC es una agresión repetida en el tiempo, no un hecho aislado, determinada por la situación de inferioridad de la víctima frente a uno o varios agresores.
- El acosador cree erróneamente que quedará impune ante la Ley al lanzar sus amenazas a través de las TIC por una falsa creencia de anonimato.
Riesgos
- La principal diferencia con el acoso escolar es que la víctima no deja de ser acosada una vez se encuentra en su domicilio, sino que puede recibir las amenazas 24h al día, 365 días al año siempre que esté conectada (Smartphone, Internet, etc.) por lo que la prevalencia en el tiempo a través de las TIC aumenta su grado de incidencia en la víctima.
- Otro riesgo diferencial con el acoso escolar tradicional, es que la audiencia del acoso ya no es local (el grupo de clase, el colegio, la comunidad educativa, el vecindario, etc.) sino planetaria por lo que la víctima se siente perseguida allá donde vaya, lo que le provoca una sensación muy grande de indefensión y puede llegar a provocar la exclusión social de la víctima.
- Consecuencias legales para el acosador o para sus padres cuando es un menor el que acosa.
Los efectos del cyberbullying pueden afectar a tu hij@ en diferentes
ámbitos de su vida:
- En su personalidad: se muestra especialmente inquiet@ o nervios@ cuando recibe un mensaje de texto (WhatsApp, SMS, chat) o un email.
- En las relaciones con terceros: se comporta de manera temerosa con sus amig@s. No quiere quedar con ell@s, ir al colegio o simplemente salir a la calle.
- En el uso de las TIC: se siente enfadad@ o frustrada@ después de utilizar el ordenador, la tablet o el Smartphone. Otras veces, puede dejar de usar las TIC de forma brusca e inesperada.
- En familia: ya no se producen discusiones familiares por el uso que hace del ordenador. Se muestra tímid@ en casa.
Síntomas
(Fuente: Departamento de Educación (ED)
y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EE.UU)
- Lesiones inexplicables
- Pérdida o rotura de ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas
- Dolores de cabeza o estómago frecuentes, sensación de malestar o simulación de enfermedad
- Cambios en los hábitos alimentarios, como saltearse comidas o atracarse. Los niños pueden llegar de la escuela con hambre porque no almorzaron.
- Dificultad para dormir, pesadillas frecuentes
- Baja en las notas, pérdida de interés en el trabajo escolar, deseo de no ir a la escuela
- Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales
- Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima
- Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, infringirse heridas o hablar de suicidio
¿Cómo
evitarlo? Pautas de prevención
- Educación en medidas de autoprotección en el uso de las TIC, aumentando el conocimiento de las herramientas y de sus posibles riesgos.
- La primera medida de autoprotección es ignorar las amenazas para que el agresor desista al comprobar que su agresión no tiene efecto en la víctima.
- Si las amenazas persisten, tu hij@ debe saber que no está sol@ y que te tiene a ti y a sus profesores para que os cuente, nada más se produzca, qué es lo que le hace sentirse mal, porque si no se lo cuenta a nadie, el acosador seguirá haciéndole daño. Debes transmitirle que no es culpa suya que se metan con él/ella.
- Escúchale con atención e indaga la veracidad de los hechos. No le aísles del proceso de resolución del conflicto: hazle partícipe de los pasos que vas a seguir para acabar con esa situación.
- Has de transmitirle que los acosadores parecen igual que los demás, pero no se comportan como los demás: les gusta hacer daño a los demás y obligarles a hacer lo que ellos digan.
- Has de transmitirle que el anonimato en Internet no existe y que el acosador acabará pagando por ello ante la Ley. Debes alertarle sobre las consecuencias de vulnerar la privacidad de otras personas.
- Enséñale a no devolver la agresión con otra agresión, de esta forma no solo no conseguirá atajar el problema sino que la situación empeorará.
Pautas:
- La primera barrera de autoprotección que puedes enseñar a tu hij@ es a proteger su privacidad. Anímale a usar un nombre ficticio y una fotografía de algún personaje de ficción para los perfiles que tenga en las redes sociales. Enséñale a no compartir información personal en la Red y a crearse contraseñas fuertes.
- No responder nunca a una provocación: solo se conseguirá agravar la situación. Bloquear al agresor para dejar de recibir sus amenazas y denunciarlo en la propia red social.
- Guardar las pruebas cuando el acoso persista (duplicado de pantalla, mensajes del chat, SMS, emails, etc.) ya que serán necesarias para presentar una denuncia.
- Poner la situación en conocimiento del centro educativo y solicitar su intervención
FUENTE:
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