Todo llega a
su fin y las vacaciones no son la
excepción a la regla. El regreso a clases después de unas vacaciones suele ser emocionante y estresante a la vez. Para
muchos niños y niñas el volver a clases es una aventura que significa jugar,
compartir, realizar actividades divertidas, conocer nuevas personas. Para otros
niños y niñas es una experiencia traumatizante que se repite después de cada temporada de vacaciones,
lejos de casa, sin papá ni mamá cerca, y en muchos de ellos provoca situaciones
de estrés que se manifiestan con miedo, inseguridad o mucha tensión que pueden
afectar la salud. Por ello, debemos ayudarles a preparar el regreso a las clases y a la rutina.
Es importante
comprender que las vacaciones han permitido el cambio de ciertos hábitos, tanto
alimenticios como del sueño, así como en la disciplina y los horarios, por lo
que es necesario que se vayan ajustando poco a poco.
Estar juntos en familia, levantarse tarde, no realizar tareas, ver
mucha televisión, no tener rutinas, etc., fomentan que el regreso a clases se torne más difícil, por lo que es importante
seguir las siguientes recomendaciones:
- Recordar el lado positivo de la vuelta a clases. Es importante que los padres recuerden la importancia de volver a ver a los compañeros de clase que probablemente no hayan visto desde el último día de clases. También deberán destacar el hecho de que seguirán adquiriendo muchos conocimientos nuevos que les serán muy útiles para su futuro profesional. Siempre que los padres hablen sobre la vuelta al colegio deberán hacer comentarios positivos y nunca negativos. De esta manera el alumno comprenderá que estudiar es una etapa positiva.
- Fomentar la ilusión por preparar los materiales escolares. Si el estudiante necesita cuadernos y lápices nuevos, puede ser divertido que toda la familia salga a comprarlos Los padres también pueden ayudar al estudiante a preparar la mochila. Debemos recordarles que son responsables del cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de sus tareas escolares, para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.
- Preparar un próximo fin de semana inolvidable. El primer fin de semana después de la vuelta al cole debería ser divertido. De esta manera la primera semana escolar pasará rápidamente y el estudiante estará ansioso por disfrutar de dos días entretenidos. Descubrir un restaurante nuevo o pasar todo el sábado en el parque de atracciones son tan sólo dos de las muchas ideas que pueden tener. Además de disfrutar del fin de semana también se puede disfrutar juntos del proceso de planear ese fin de semana, pues decidir qué hacer y dónde ir generará ilusión y expectativas.
- Ser un ejemplo a seguir. Al igual que a los niños les cuesta despedirse de las vacaciones y retomar la rutina, los padres también pasan por este proceso cuando deben volver a la oficina después de las fiestas. Es importante que el estudiante comprenda que no es el único que debe adaptarse a este cambio, pero que sus padres ven el lado positivo y sienten ilusión por todo lo bueno que aporta la rutina, el esfuerzo y los momentos con los compañeros.
- Ser comprensivos. Es completamente normal que la vuelta a clases sea difícil para algunos estudiantes. De hecho, para algunos alumnos será más difícil que para otros. Si sabe que sus padres le van a escuchar y que no le van a juzgar, ni van a criticar el hecho de que realmente no desee volver al colegio, el tiempo de adaptación será menor. Lo habitual es que después de tres o cuatro días el niño ya esté adaptado a la nueva situación. Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener en cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.
- Reducir la ansiedad. Los padres pueden acompañarle al colegio el primer día, para que sepa que no está solo en esta etapa y que cuenta con la comprensión y ayuda de sus seres queridos. Los niños no tienen la misma capacidad de que los adultos para afrontar la frustración o adaptarse a situaciones nuevas.
- Ser puntuales. Si los padres le recogen a la salida del colegio, es importante que estén allí cuando el niño salga de clases para evitar que tenga que esperarles. Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.
- Tener una buena rutina. Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse. Durante las vacaciones lo último que deseará un niño es madrugar. Tampoco querrá estudiar, pero estos dos hábitos son imprescindibles durante el año escolar y es importante que no los pierda durante las vacaciones porque de lo contrario le costará más acostumbrarse a la vuelta a clases. Si durante unas semanas el niño se despierta tarde y no estudia ni lee, y de un día para otro debe retomar estos dos hábitos, no serán fáciles ni el primer día de clases, ni el segundo, ni el tercero.
- Conversar, pero de verdad. Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlos respetuosamente en todo momento. Muchos padres cometen el error de preguntar, simplemente, “¿qué tal ha ido el primer día de clases?” Para evitar este error, el padre puede preguntarle qué ha aprendido hoy en su clase de matemáticas, qué deberes le han asignado hoy, qué sucede en la vida de los protagonistas de los libros que le han mandado leer, qué tal le ha ido con su profesor favorito y por qué. Son preguntas que no recibirán por respuesta un simple 'sí' o 'no', y que demostrarán al estudiante que sus padres están muy interesados en saber cómo le va en clase y qué está aprendiendo. Si los padres dan mucha importancia al colegio, será mucho más fácil para el estudiante interesarse por las clases y desear sacar buenas notas.
- Preparar un desayuno muy nutritivo y delicioso. A todos nos anima comenzar el día con un desayuno riquísimo, y no solamente a los más pequeños de la casa. El primer día de clases es especial y los padres pueden conseguir que este día empiece bien desde que el niño se despierte. Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para el recreo, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo.
Muchos padres
enfrentan el inicio de clases de forma abrupta en relación a los horarios. Es
necesario hacer una “previa” para que el niño pueda recuperar el hábito de
levantarse temprano para sus actividades. Esto se logra de forma lenta y
progresiva. Durante la etapa escolar, los padres deben procurar que los niños
duerman entre 10 a 11 horas, ya en la pubertad y adolescencia las horas de
sueños son entre 8 y 10 horas.
También debemos implicar al niño en aquello que tenga
que ver con el regreso a la escuela, como la preparación de la ropa, los libros
y todo el material didáctico como mochilas, bolígrafos, útiles escolares, etc.
Lo más importante es que el niño juegue y disfrute todas sus vacaciones pero
sin olvidar que tendrá que volver a la escuela pronto. Para eso, los padres
pueden servir de recordatorio.
Ya incorporados a la rutina, procura compensar el tiempo que estés separado/a de tus hijos con una compañía grata y enriquecedora cuando estéis juntos. Es normal regresar cansado del trabajo
y tener pocas energías para dedicar a los hijos, pero es muy importante jugar
con ellos, el juego es fundamental para su desarrollo. De vez en cuando,
reflexiona sobre cuáles son tus prioridades en la vida y trata de recordar que
tu hijo sólo tendrá una infancia. Ayúdale a crear bonitos recuerdos de ella y
regálale un sentimiento que le acompañará para el resto de su vida: que sus
padres lo quisieron mucho, le dedicaron tiempo y le dotaron de las herramientas
necesarias para afrontar la vida con empatía, responsabilidad, respeto a los
demás y muchas ganas de vivir y disfrutar.
Estas son algunas estrategias para
que la vuelta a clases sea exitosa.
Piensa como
un niño ¿qué es lo que más te gustaría hacer cuando regreses a la escuela?
¿Cómo podrías facilitar la transición del tiempo libre y divertido a volver al
trabajo y al estudio?
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