Recuerdan
que la mayoría de los partidos apoyó en el Senado una enmienda que insta al
apoyo educativo a los alumnos con trastorno por déficit de atención.
Día 15/10/2015
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Las
Asociaciones dan sus razones por las que el trastorno debería tener adaptación
curricular de la LOMCE.
Ningún niño con TDAH sin una enseñanza de calidad
"Ningún niño con TDAH sin una enseñanza de calidad". Esa es la última reclamación de las
asociaciones vinculadas al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad,
más conocido por sus siglas. Es verdad que FEAADAH, la Federación que agrupa
estas organizaciones a nivel nacional, celebra su inclusión en el artículo 14
(alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo) de la LOMCE, pero es
una realidad que, según Fulgencio Madrid, su presidente, no se aplica por igual
en todas las regiones.
De hecho, solo diez comunidades autónomas las que han
aprobado protocolos de actuación para el TDAH en el ámbito educativo. «Sigue
habiendo muchos puntos de España en los que el TDAH y otros trastornos de
carácter psíquico no están contemplados en los planes de estudio, lo que supone
una enorme traba para los alumnos que, con una simple adaptación de sus métodos
de estudio, podrían lograr los mismos objetivos académicos que el resto, y
alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales», asegura
Madrid.
Por eso, desde
FEAADAH se quiere hacer un llamamiento para que el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH) no se vea afectado por el debate político que
se ha creado en torno a la aplicación de la LOMCE en las diferentes comunidades
autónomas. La LOMCE, recuerda el presidente de FEAADAH, «se refiere de forma
explícita al TDAH e incluye la necesidad de otorgar "una atención
educativa diferente a la ordinaria" entre aquellos alumnos con
"dificultades específicas de aprendizaje, TDAH" o, entre otras,
"altas capacidades intelectuales"».
La inclusión
del TDAH en una ley educativa como la LOMCE, apunta Fulgencio Madrid, «supuso
el reconocimiento al que es uno de los trastornos conductuales más frecuentes
de la infancia y la adolescencia, además de tratarse de una de las principales
causas de fracaso escolar y de incapacidad para mantener y desarrollar
relaciones sociales». Y el reconocimiento de las necesidades específicas de
apoyo educativo del alumnado con TDAH, recuerda, «contó con el apoyo de una mayoría
muy cualificada del Congreso de los Diputados, que incluyó a todos los grupos
parlamentarios de ámbito estatal, y solo se emitieron nueve votos en contra y
doce abstenciones».
Un problema real con tratamiento
Pero el
reconocimiento del TDAH va más allá de su inclusión en la LOMCE. El mensaje que
FEAADAH quiere trasladar a la sociedad es que el TDAH es real. «Seguimos
encontrándonos con un debate en torno al TDAH que pone en duda su existencia. Y
queremos recordar que es un trastorno real de tipo neurobiológico, un problema
médico como la diabetes, el asma o cualquier otro», señala el presidente de
FEAADAH. «Es un debate mediático, no científico», añadió.
Lo corrobora la
doctora María Jesús Mardomingo, psiquiatra Infantil, pediatra y presidenta de
honor de AEPNYA (Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del
Adolescente): «El TDAH no es un trastorno ni mucho menos de reciente aparición,
de hecho fue definido por primera vez en 1902 en la revista científica “The
Lancet”. Y hoy ya disponemos de evidencias de que el TDAH es un trastorno del
funcionamiento cerebral. Cada vez vamos conociendo más sobre él, porque es una
de las enfermedades psiquiátricas mejor estudiadas».
PET
(Tomografía por Emisión de Positrones): Actividad metabólica cortical con y sin TDAH
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También,
prosigue Mardomingo, «disponemos de herramientas para diagnosticarlo incluso de
forma precoz, y de tratamientos de tipo multidisciplinar que mejoran la calidad
de vida de las personas que lo sufren y su entorno. Porque la familia en estos
casos sufre muchísimo. Los padres de un niño o un adolescente con TDAH tienen
más dificultad para educar a esos hijos. ¿De dónde emanan los problemas? De las
propias características del trastorno. Son niños que no atienden, no escuchan,
no van bien en el colegio, son reivindicativos... y en la adolescencia la
dialéctica alcanza grados inconmensurables».
Hay que superar los prejuicios de tener un hijo con un problema psiquiátrico
Hay que superar los prejuicios de tener un hijo con un problema psiquiátrico
Esta situación,
continua la psiquiatra, «llega a afectar incluso los sentimientos de los padres
por ese niño. Son progenitores que se sienten frustrados, fracasados, y que se
preguntan una y otra vez qué han hecho mal. Aunque también pueden sentir
cólera, porque ese niño perturba la relación con los otros hijos, con sus
hermanos. Incluso hay padres que niegan el problema del hijo, lo cual complica
mucho su educación. En otras ocasiones surgen los reproches mutuos, las
discusiones, los conflictos...». ¿Qué deben hacer los padres, entonces? A su
juicio, «superar los perjuicios de tener un hijo con un problema psiquiátrico».
«Deben superar este prejuicio medieval de cuando la epilepsia era obra del
diablo».
También deben
saber que si los síntomas perduran en el tiempo —recomienda Mardomingo—, deben
acudir al psiquiatra, para que este realice un diagnóstico correcto. «Si no se
diagnostica ni se trata, las repercusiones a largo plazo pueden ser realmente
importantes», advierte. Dichas repercusiones, insiste esta psiquiatra, se
pueden evitar o minimizar mediante un tratamiento de tipo multidisciplinar. «Se
trata de una combinación de tratamiento psicológico, intervención
psicopedagógica en el entorno escolar y tratamiento farmacológico, que no se
suele dar antes de los 6 años. Pero con la combinación de todos ellos se
consigue disminuir e incluso eliminar los síntomas centrales del TDAH y de las
enfermedades psiquiátricas coexistentes», asegura.
Terapia cognitiva-conductual
Respecto al
tratamiento psicológico del trastorno, se utiliza la psicoterapia
cognitivo-conductual, que ha demostrado evidencia empírica en niños,
adolescentes e incluso en adultos. El tratamiento psicopedagógico, por su
parte, «supone ayudar al niño o adolescente a comprender los procesos de
enseñanza y aprendizaje para intervenir eficazmente en su mejora», señala Ana
Cobos, orientadora, doctora en ciencias de la educación y presidenta de COPOE
(Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España).
Según los distintos
estudios de los que dispone FEAADAH, el TDAH afecta en España alrededor del 5%
de los niños y adolescentes, lo que significaría que en casi todas las aulas
habrá un niño con TDAH. Pero la realidad es que en muchos centros educativos
—apunta esta orientadora— «todavía tienden a pensar que estos niños que
presentan unas conductas disruptivas son niños maleduados, hijos de padres que
no lo han sabido hacer. No llegan a comprender que el TDAH es un trastorno
neurobiológico que está ahí y que tiene unas repercusiones incontrolables para
los niños. Que es algo orgánico. Por eso es tan importante decir alto y claro
que el problema existe. Que son niños muy inquietos, que no paran, que tienen
pautas de comportamiento distintas... y que hay que hacer diagnósticos desde
educación recabando información desde el ámbito de la salud, de los servicios
sociales, y cuando son más mayores, incluso desde justicia. Lo ideal sería que
la administración educativa y los servicios institucionales estuvieran
coordinados, y con protocolos estables», matiza la presidenta de COPOE «Con un
tratamiento multidisciplinar se consigue optimizar el rendimiento académico y
adecuar el funcionamiento social del paciente, dos puntos vitales para
facilitar la transición a la vida adulta de ese niño o adolescente», concluye
la doctora Mardomingo.
Diagnóstico en función de evidencias
Con motivo de
la VIII Semana Europea de Sensibilización del TDAH, FEAADAH recuerda que el
diagnóstico de este trastorno se realiza en función de criterios clínicos. Para
ello los especialistas han elaborado la Guía de Práctica Clínica del TDAH, que
ha tenido en cuenta todos los aspectos fundamentales que rodean a este
trastorno y que no se basa en creencias u opiniones, sino en evidencias
científicas. «Evidencias científicas como las que se tienen en cuenta en
cualquier otra patología de índole psiquiátrica, como ocurre con la depresión,
el trastorno de ansiedad o cualquier otro», finaliza la doctora Mardomingo.
Razones por las que exigen que el TDAH tenga una adaptación curricular
1. El TDAH es
real, es un trastorno neurobiológico, lo que supone un problema médico como lo
son la diabetes y el asma, y no debe dudarse de su presencia. Las personas con
este trastorno suelen tener dificultades para concentrarse en tareas que
requieren esfuerzo, se distraen fácilmente, tienen problemas para permanecer
quietos y con frecuencia actúan sin pensar.
2. El TDAH no
es un trastorno de reciente aparición, fue definido por primera vez en 1902 en
la revista científica «The Lancet». Hoy disponemos de evidencias de que el TDAH
es un trastorno del funcionamiento cerebral y de herramientas para
diagnosticarlo incluso de forma precoz.
3. El TDAH es
frecuente y condiciona la calidad vida: afecta alrededor del 5% de los niños en
edad escolar y genera dificultades de adaptación en la vida del niño, del
adolescente y de su entorno, tanto a nivel personal como académico. Se estima
que alrededor del 50% siguen presentando problemas en la adolescencia y en la
vida adulta.
4. El niño con
TDAH necesita ayuda: no es un niño nervioso que molesta a los compañeros, sino
una persona muy vulnerable a la que hay que ayudar a explotar al máximo sus
capacidades desde todos los ámbitos de la sociedad para evitar que con los años
se convierta en una persona frustrada e insatisfecha de sí misma, y una carga
para su familia y la sociedad.
5. El TDAH
condiciona en mayor o menor grado todos los aspectos de la vida del niño o
adolescente, sin embargo el aspecto educativo se ve especialmente condicionado,
caracterizado por:
a. Bajo rendimiento
escolar
b. Relación
conflictiva con compañeros de clase y profesores
6. La detección
temprana y recibir un tratamiento adecuado son dos elementos decisivos: las
personas que padecen TDAH y no son atendidas, presentan impactos negativos a lo
largo de la vida en el ámbito personal y laboral (Thompson et al., 1996) como
fracaso escolar, inadaptación laboral, accidentes, etc. Por ello el abordaje
del TDAH debe ser siempre desde un enfoque multidisciplinar.
7. El que
alumnos con TDAH no tengan acceso a una adaptación curricular, conllevará una
inequidad en el sistema educativo que dejará a cientos de niños sin esta
cobertura tan importante para su calidad de vida presente y futura
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