Isabel Orjales, doctora en Psicología y
Pedagogía y profesora de la Facultad de Psicología de UNED Madrid, impartió
ayer una serie de conferencias sobre TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad) en las que abogó por una coordinación entre familia, colegios y
sanitarios para beneficiar a los menores.
Gorka Alonso - Sábado, 22 de Junio de 2013
-
PAMPLONA. La jornada de ayer fue
frenética para esta doctora en Pedagogía, que llegó a Pamplona para participar
en dos actividades paralelas relacionadas con el TDAH:
Por la mañana impartió
una conferencia en la VII Jornada de Actualización en Psiquiatría Infantil y
Adolescente, celebrada en el CIMA y organizada por la Sociedad Vasco-Navarra de
Psiquiatría, la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica
Universidad de Navarra y el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, donde se
dieron cita más de 140 expertos en salud mental.
El día concluyó con otra
conferencia orientada a padres con TDAH, a quienes les aconsejó y resolvió
dudas y temores sobre el diagnóstico y tratamiento dentro de una jornada
pionera organizada por las asociaciones ADHI, TDAH-Sarasate y Andar en Civican.
¿Cuáles
son los 'puntos calientes' del TDAH?
Son aquellas preocupaciones que tienen
los padres a la hora de afrontar la vida con un hijo con TDAH. Tienen que
entender que se han cambiado los criterios, la intervención psicoeducativa
empieza antes del diagnóstico. Está muy extendido en el ámbito educativo que
hasta que no se sabe de forma fiable si tiene o no TDAH, no se empiezan a dar
pasos en la intervención.
¿Qué
es lo que inquieta a los padres?
Me suelen pedir mensajes para los padres
que se asoman por primera vez al TDAH con el miedo de que les diagnostiquen.
Están en la montaña rusa de afrontar el trastorno, sobrellevarlo, organizar los
colegios, qué pasa con el niño que tiene TDAH, la importancia de la medicación,
si puede o no prescindir de ella...
¿Cuándo
es conveniente empezar con el tratamiento?
Tiene que empezar cuando se detectan en
el niño unos síntomas que generan problemas y que no remiten con las medidas
educativas habituales en la familia y en el colegio. No podemos esperar a que
se produzca el anuncio y el diagnóstico en determinadas situaciones con
factores estresantes, como puede ser el divorcio de los padres, que incide y
agrava el trastorno y no lo generan. Por prudencia, se puede retrasar el
diagnostico final hasta que se hayan podido aclarar estos aspectos, pero no se
puede retrasar y esperar a la atención psicoeducativa.
¿El
tratamiento es efectivo?
Si tiene TDAH va a seguir manifestando
la sintomatología pero mucho más moderada. Se mejoran los síntomas y mientras
el especialista va abordando el problema, también va recogiendo datos de
seguimiento que ayudarán al clínico a determinar un diagnóstico diferencial más
efectivo.
¿Se
consigue normalizar con la madurez?
Aunque se da mucha importancia a la base
neurobiológica, realmente el curso del trastorno depende muchísimo de la
exigencia del entorno y de las medidas de compensación y apoyo desarrolladas.
Luego hay variables con niños con buenas capacidades que sobrellevan el TDA,
aunque entre el 30% y 50% de los casos, además de TDAH tiene dislexia, y es un
trastorno específico del aprendizaje que va mas allá. Cuando se diagnostica el
TDA hay veces que se olvida diagnosticar más y se llega a secundaria con otros
problemas.
¿Cómo
se pueden vincular el ámbito educativo y el ámbito sanitario en caso de niños
con TDAH?
"Aunque se dan muchos cursos para
explicarlo, todavía pesan muchos tópicos sobre el trastorno"
Hay que hacer un acercamiento a los
médicos sobre qué tipo de intervenciones se hacen en el ámbito socioeducativo,
porque la idea que se tiene, en general, es que el niño con TDAH requiere
adaptaciones metodológicas. Hay un gran desconocimiento de que realmente es
necesaria una intervención específica en el ámbito cognitivo, de la misma
manera que un niño disléxico necesita adaptaciones en el aula, como exámenes
orales, que no tengan en cuenta las faltas de ortografía... La sintomatología
requiere una intervención para enseñar a estos niños estrategias para integrar
su trastorno, gestionar mejor las relaciones sociales... Hay que aunar
esfuerzos en la detección.
Precisamente
la detección temprana es uno de los factores más importantes, ¿no?
Por supuesto. Para que a los médicos les
llegue un paciente al que evaluar como TDAH, es necesario que padres y
profesores conozcan y comprendan el trastorno. Aunque se les dan muchos cursos,
pesan todavía muchos tópicos, como que si el niño con TDAH puede estar quieto viendo
la televisión no es TDAH; o que si el niño puede estar leyendo dos horas Harry
Potter no puede tener déficit de atención; o, por ejemplo, que el niño
hiperactivo es el niño nervioso y lo que hay que hacer es ponerles muchas
actividades, cuando eso hace que se sobreestimulen...
¿Cómo
se lleva a cabo esa detección?
Hasta ahora se hace con cuestionarios,
que se cumplimentan mal y de forma incompleta. Hay que ahondar en la
cumplimentación de los cuestionarios para que se dé una información más
completa. Hay que plantear y alertar a los médicos de que en algunos ámbitos se
están interpretando los criterios en base a lo que dicen los profesores en los
cuestionarios. Incluso cuando a un psicólogo le planteas que tienes tres
valoraciones de diferentes profesores que no parecen tener concordancia,
tienden a interpretar que uno es más objetivo, pero no caen en cosas obvias
como que el profesor de Gimnasia detecta hiperactividad y el de Matemáticas
déficit de atención.
¿Los
cuestionarios son suficientes?
Hay que dar un feedback de un
diagnóstico psicológico distinguiéndolo de la pura cumplimentación de un test.
Los padres demandan al psicólogo y al colegio que hagan los test que ha dicho
el médico, con la misma impresión de quien encarga análisis médicos. Tienen que
entender que no es lo mismo la valoración psicológica de la médica. Detrás de
simples puntuaciones de cociente intelectual hay más datos. Hay veces que niños
con perfiles de temperamento moldelables, muy dependientes del evaluador,
pueden dar resultados que enmarcaran el trastorno.
¿Cómo
se trata el TDAH en el aula?
Las medidas son de sentido común. El
niño con TDAH se fatiga más manteniendo la atención, no sólo se distrae. Pierde
información y cuando el profesor dice que algo es muy importante y todos
entienden que va a entrar en el examen, él no se entera. Las medidas que
necesita un niño con TDAH son las medidas lógicas que necesita un niño que
tiene que hacer el aprendizaje como si fuera dos o tres años más pequeño. Puede
ser tan inteligente o incluso más que el resto, con altas capacidades, pero en
su capacidad para mantener la atención, para perseverar en la persecución de un
objetivo, organizarse en las tareas, mantener el cuaderno limpio... La
inconsistencia entre lo que ellos saben y reflejan en el examen es muy alta, y
se arregla entrenando a lo largo de todo el curso.
¿Hay
reticencia a aceptarlo?
Algunos profesores no entienden que
tienen una inmadurez crónica. Cuando ves que a los dos minutos del examen aún
no ha empezado porque no se ha organizado, o los padres te aseguran que el niño
se lo sabía oralmente y el examen es deplorable... Eso quiere decir algo. Es
importante que los profesores entiendan que es un niño inmaduro, como si en una
clase de 12 años hubiera uno de 8 años. El profesor no se plantearía si está
bien diagnosticado o no, si lo sobreprotege o no, sino que lo protegería y
vigilaría si se integra. El niño con TDAH es tan inteligente o más que el
resto, pero es más inmaduro.
La
coordinación y el seguimiento de un protocolo son importantes. ¿Cómo ve la
situación de Navarra?
Navarra es una comunidad pionera. La
asociación ADHI fue la primera en organizar jornadas de concienciación de TDA y
que fue un modelo para otras asociaciones. Genera un gran movimiento entre las
familias y entre los médicos. El protocolo es bueno, pero hay que entender qué
cosas hay que profundizar para minimizar el protocolo.
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