Entrevista
con Rosa García Bermejo, orientadora de Infantil y de Primaria del colegio
Sagrado Corazón
Carlota
Fominaya
MADRID.
Actualizado: 11/04/2018 21:42h
El
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, más conocido por sus siglas
TDAH, no es un caballo de batalla imbatible para el equipo de profesionales del
madrileño colegio Sagrado Corazón (C/Don Pedro, 14), uno de los centros
escolares con más sensibilidad hacia la integración de niños con dificultades
escolares de la capital. Para su equipo de orientación, estos pequeños pueden
salir adelante si les ofrecen las suficientes herramientas y estrategias. «Creo
firmemente en la atención a la diversidad, porque somos diferentes», afirma
Rosa García Bermejo, orientadora de Infantil y de Primaria del centro. De
hecho, ella calcula que hay cerca de un 10% de niños con dificultades por
clase, una cifra que «crece año tras año».
¿A qué achaca que
aumente la cifra de niños con dificultades?
Creo
que se debe a que estamos exigiendo en la Etapa de Infantil contenidos para los
cuales los niños no están preparados. Por ejemplo, cada vez exigimos leer
antes, en algunos colegios hacia los cuatro años, sin embargo, es necesario
trabajar los prerrequisitos. Pienso que nuestros alumnos tienen excesivas
actividades extraescolares, les estamos sobrecargando, viven estresados… y
también todo esto puede estar influyendo en el aumento de la cifra de niños con
dificultades.
¿Cómo detectan el TDAH
en sus aulas? ¿Quién da la primera señal de alarma?
A
veces son los padres los que en Primaria se dan cuenta de que el niño tarda en
hacer deberes, no le gusta leer, hay discusiones continuas para que se siente,
suspensos... Otras veces es el docente es el que pone al departamento de
orientación sobre la pista, porque tiene sospechas ante determinadas
dificultades del niño en su día a día, porque no sigue el ritmo de la clase. Los maestros están en una situación privilegiada porque están viendo al niño en
el contexto del aula enfrentándose a la tarea escolar, donde se necesita
atención para realizar el aprendizaje.
Los
orientadores vemos al menor, y le aplicamos pruebas estandarizadas para valorar
la capacidad, el proceso de lecto-escritura, competencia matemática... Con los
resultados, elaboramos un informe para que la familia lo presente a su
pediatra, y este le derive a Neurología o Psiquiatría Infantil. No podemos
diagnosticar, pero si ayudar a detectar dónde falla el niño con una prueba
objetiva. Después es el especialista el que tiene que valorar y el colegio ver
qué medidas curriculares se adoptan. En nuestro centro si vemos que el niño
necesita ayuda, lo hacemos de «motu proprio» porque tenemos ciertos recursos
para ello.
El diagnóstico clínico
de un trastorno por déficit de atención se realiza a partir de los 6 años
pero... ¿se puede detectar un TDAH ya en infantil? ¿Y sí fuera así, qué medidas
se tomarían al respecto?
Se
pueden observar los síntomas de TDAH en un niño de Infantil pero no un
diagnóstico (salvo en casos excepcionales), por lo que desde el Departamento de
Orientación hacemos una valoración de su nivel de desarrollo en las diferentes
áreas (verbal, perceptivo-manipulativa, numérica y memoria) y así tener un
seguimiento en la Etapa de Primaria. Como estrategias, el profesor puede dar
instrucciones individualmente al niño, también aislarle de ambientes ruidosos,
utilizar imágenes en las explicaciones, etc.
Nuestro
centro cuenta con un Proyecto de Logopedia que su objetivo principal es
prevenir desde la Etapa de Infantil las dificultades del lenguaje realizando
una valoración a los alumnos que presentan dificultades en el lenguaje oral y
también facilita pautas a las familias para trabajar desde casa. Las
dificultades del lenguaje, en algunas ocasiones, van asociadas al Trastorno por
Déficit de Atención.
¿Y en los ciclos de
Primaria y Secundaria, ¿cuáles serían las principales medidas a adoptar con
estos niños?
En
estas etapas las recomendaciones son elaboradas por el orientador de etapa. Se
les hacen exámenes más recortados, se les regula el tiempo, les nombramos
secretarios (para que borren la pizarra, repartan el material, se les supervisa
la agenda, hacemos que algún compañero de clase la revise también...). Es muy
importante aumentar los elogios, la aprobación y el reconocimiento. Tenemos que
aumentar la autoestima de estos alumnos, que no su ego. Pero no podemos perder
de vista que tienen que aprender. Si se equivocan, por ejemplo, han de borrar
lo que esté mal e intentarlo de nuevo... pero también se les puede decir: «lo
has hecho bien, pero ¿a que lo puedes mejorar? Tú sabes y puedes».
Además
de estas medidas, en la Etapa de Primaria, desde el Proyecto de Logopedia,
desarrollamos un programa de Estimulación del lenguaje mediante una metodología
dinámica, interactiva y lúdica realizando diferentes talleres (pronunciación,
razonamiento verbal, lectura y escritura creativa y educación emocional). Es
frecuente que niños con dificultades de lecto-escritura tengan también
dificultades de atención. Utilizamos recursos digitales de
https://changedyslexia.org
También
ayuda a nuestros alumnos con TDAH el programa de estimulación temprana,
Entusiamat en el área de matemáticas y aprendizaje cooperativo.
¿Cómo son las relaciones
sociales de estos niños?
Sus
compañeros los ven dentro de la normalidad. Los aceptan tal y como son. Que un
niño tenga TDAH no quiere decir que no respete a sus compañeros, ni que sea un
maleducado. Es un niño impulsivo, inquieto, que no piensa antes de actuar. Son
niños que quieren a sus compañeros, y que son queridos por ellos. Son además
pequeños muy sensibles, y por todo esto pueden ser pequeños más vulnerables de
caer en la adolescencia en temas conflictivos. Pero si se comienza de pequeños
y se realiza una buena intervención, no tiene por qué pasar.
De ahí la importancia de
detectarlo cuanto antes.
Esto
tiene que quedar muy claro. Si se pone en situación de éxito al niño en
Infantil y Primaria, cuando llegue a Secundaria sabrá que es capaz de adquirir
el aprendizaje. Pero si solo ha tenido fracaso, pensará «soy el tonto de la
clase que todo lo hago mal». Hay que ponerles en situación de éxito. Hoy en día
se habla mucho, por ejemplo, sobre la importancia de desarrollar las inteligencias
múltiples en el aula.
Sería
muy interesante y necesario potenciar y fomentar las inteligencias que
predominan en cada uno de nuestros alumnos, pero para ello necesitamos la ayuda
de las Administraciones Públicas. Atendiendo a la Teoría de las Inteligencias
Múltiples sería muy bueno desarrollar programas en el sistema educativo que
desarrollen cada una de las inteligencias ya que el sistema se centra en el
desarrollo de la inteligencia verbal y lógico-matemática.
Un
niño/a con TDAH puede manifestar dificultades para organizar su discurso oral
y/o escrito, cálculo numérico..., pero seguro que tiene otras inteligencias
(musical, cinética-corporal, naturalista, interpersonal, intrapersonal,
visual-espacial, verbal...) que podríamos potenciar y fomentar.
¿Cómo viven las familias
la necesidad de medicación?
Las
familias a veces son reacias porque cuesta aceptar que un hijo tiene
dificultades, y también se preguntan por los efectos a largo plazo en el
desarrollo de sus hijos. Pero hay niños para los que no son suficientes las
medidas pedagógicas y tienen que medicar. También hay padres que optan por no
medicar aun teniendo un diagnóstico propuesto por un neurólogo o un psiquiatra.
Nosotros en el Sagrado Corazón somos partidarios de empezar en los primeros
cursos con las medidas pedagógicas.
La comunicación con las
familias, ¿es mayor cuando se dan estos casos?
Sí,
atiende a la familia siempre que lo demande. Con los especialistas externos
también hay disponibilidad de los profesores para hablar o cambiar impresiones.
Es fundamental que exista coordinación entre todas las partes implicadas.
Los padres de niños con
TDAH, ¿tienen que trabajar con estos niños en casa de una forma especial?
Si
el niño necesita ayuda, uno de los dos tendrá que estar, y poco a poco se irá
retirando, con el objetivo de que cuando vaya pasando a cursos superiores sea
más autónomo. Pero en los primeros años les da seguridad.
¿Qué consejo les daría a
estos padres?
Los
padres tienen que tener paciencia, y estar relajados para llevar a cabo esta
labor académica, pero no es fácil. Llegan del trabajo, pendientes de la cena,
de las labores del hogar, del resto de hijos.... Los niños suelen estar
cansados... Así que, si tienen paciencia para realizar este trabajo y pueden,
perfecto. Si se crea un conflicto, es mejor que les ayude en esta tarea una
persona externa. Porque de otra forma el conflicto puede trascender a otros
ámbitos, como es la hora del baño, la cena... y se puede llegar a entrar en un
círculo vicioso nada recomendable.
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