TRASTEANDO EN LA ESCUELA.
Hola. Esto que vais a
escuchar es el capítulo 17 de "Trasteando en la Escuela" del 8 de diciembre de
2017. Yo soy Marta Ferrero y este es el podcast que acompaña al proyecto "Trasteando en la Escuela".
Nuestro protagonista hoy
es doctor en Educación y psicólogo. Se llama Rafael Guerrero y dirige el Centro
Darwin Psicólogos. Con él vamos a hablar del Trastorno de Déficit de Atención e
Hiperactividad o TDAH.
Vamos
con la entrevista de Trasteando
Queríamos hablar contigo
de muchos asuntos, a ver de cuánto nos
da tiempo.
Lo primero cuéntanos un
poquito a qué se dedica el centro Darwin.
En
nuestro centro lo que hacemos es atender a niños, adolescentes y adultos que
van atravesando por un momento difícil de su vida, niños y adolescentes con
algún conflicto que puede ser de tipo académico, alguna dificultad de
aprendizaje, por ejemplo, o también hay niños que tienen alguna situación de
tipo emocional, de tipo social, También hay veces que nos encontramos con
dificultades con los padres, sobre todo una vez llegada la adolescencia, que
suelen surgir muchos conflictos, y eso es lo que solemos trabajar. Trabajamos
con TDAH, también con depresión, ansiedad, situaciones traumáticas,...Intentamos,
desde el cariño, la paciencia y el tiempo, acompañar a estas personas que están
pasando por un momento delicado de su vida.
Cuéntanos cómo
definirías o cómo le explicas a una familia que llega y a la que le tienes que
contar el diagnóstico de su hijo como TDAH. Cómo les explicas qué es
exactamente.
El
TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, que es como lo define el DSM5, que es
el manual que clasifica todos los trastornos mentales como los trastornos
psiquiátricos. De una manera así muy sencilla, es decir, que el TDAH es un
problema de inmadurez mental. Esto quiere decir que el nivel de procesamiento de
la información en un cerebro con TDAH es mucho más lento e, incluso, en algunas
ocasiones, más deficitaria que si comparamos a ese niño, o a ese adolescente o
a ese adulto, también con personas de su misma edad. Lo que nos encontramos en
el caso del TDAH es que la capacidad para procesar la información, para pensar,
para relacionar ideas, gestionar las emociones, los impulsos, es mucho más lento
que si lo comparamos con otros niños o adolescentes de su misma edad. Y todo
eso desemboca en lo que todos conocemos del TDAH: mi hijo tiene dificultades
para concentrarse, para prestar atención, tiene dificultad para gestionar bien
sus emociones, tiene muchos conflictos a nivel social, dificultades también con
su memoria operativa, impulsivo, muy hiperactivo, no puede parar quieto… Eso es
todo lo que se ve, de forma observable, más externo, eso es lo que podemos ver
todos pero, en realidad, la raíz del TDAH es un cerebro que va mucho más lento
en su maduración que lo se supone que debería ir.
¿Y es una cosa que se
puede corregir o hay que aprender a vivir con ese problema?
El
TDAH es un trastorno crónico. Esto quiere decir pues que el TDAH nace y se
desarrolla con esta patología, con este trastorno, es un trastorno
psiquiátrico. Los profesionales que trabajamos con personas con TDAH vemos que
lo que tiene que aprender un niño, un adolescente o un adulto con TDAH, lo que
tiene que aprender a hacer es adaptarse de una manera mejor, de una manera más
adaptativa a su entorno. La patología está ahí, la patología va a estar ahí
toda la vida, no es algo que uno entre
comillas “se pueda curar”. No es como un esguince que durante un tiempo, está
convaleciente y, pasado unos días unas semanas o unos meses, uno ya puede volver
a su actividad normal. El TDAH es un trastorno crónico, no tiene cura, no es
que me guste el concepto de cura, pero para que nos entendamos, y entonces lo
que tenemos que hacer nosotros como profesionales, lo que tienen que hacer los
padres y, por supuesto, los maestros, el entorno más cercano al niño, es dotarle
de estrategias, de herramientas y de apoyo, como darle las muletas durante el
tiempo que lo pueda necesitar, pero vamos, es un trastorno crónico, y lo que
hay que hacer es dotarle de herramientas, recursos, para que se pueda gestionar
lo mejor posible. Es verdad que en cuanto les damos lo que ellos realmente necesitan,
en aquellas áreas en las que ellos tienen un déficit la respuesta de los
chavales con TDAH es extraordinaria. Eso es lo que nos demuestra tanto la
investigación como la clínica, en cuanto les damos las muletas metafóricas de
las que estamos hablando, los niños con TDAH salen adelante sin ningún tipo de
problema. Hay dificultades cuando no están recibiendo lo que ellos realmente
necesitan. Si no tengo lo que necesito, si no tengo agua si no tengo comida,
difícilmente puedo salir adelante.
Vamos a empezar con
algunos de los problemas o de las cosas que suelen resultar polémicas cuando se
habla de este trastorno. Para empezar, ¿es fácil diagnosticarlo?, ¿se confunde o
se puede confundir con otro tipo de problema de aprendizaje?
Sí,
hoy nos encontramos con dificultades a la hora de diagnosticar el TDAH como con
cualquier otro trastorno. Encontrarnos en consulta con un niño o con un
adolescente que está viviendo una situación problemática, consecuentemente, su
familia también. La familia te llega a la consulta sufriendo, pasándolo mal en
un momento de máxima alarma y máxima dependencia. Te necesitan, te necesitan sí
o sí, por eso están ahí sentados en esa primera consulta. Hoy en día es algo
que venimos denunciando desde hace bastante tiempo es que se están haciendo
evaluaciones muy rápidas, están haciendo lo que se denomina evaluaciones exprés
que no van a ningún sitio. Son evaluaciones que se hacen así un poco por encima
en quince minutos, y esto conlleva unas repercusiones bastante importantes y
bastante negativas.
Como
decías, a veces el TDAH se confunde con otras patologías. E incluso a veces el
TDAH se confunde con algo a veces tan natural como es ser niño. Pero es
importante que esta patología, este TDAH sea diagnosticado a partir de los
primeros cursos de primaria. Es una auténtica burrada el estar diagnosticando a
niños con TDAH antes de la etapa de primaria, niños de infantil que están
diagnosticados con esta patología.
Y
sí, hay otros trastornos, como puede ser el síndrome de alcoholismo fetal o por
ejemplo, trastornos del apego, e incluso ansiedad o depresión, o momentos
vitales que está viviendo el niño, que está viviendo la familia, que cursan con
una inatención, con problemas para controlar su conducta, con hiperactividad,
impulsividad, etcétera y, a veces, eso se confunde con TDAH. Por eso, es muy
importante que hagamos una muy buena valoración con tiempo. No podemos evaluar
el TDAH ni ningún otro trastorno en minutos, tenemos que dedicarle horas, mucho
tiempo, mucho cariño para poder discriminar bien si se trata de un TDAH o de un
Gilles de la Tourette o si se trata de una depresión. A veces los síntomas se
confunden. Es más, el TDAH en un 70, 80 por ciento de los casos aparece con un
segundo trastorno, por tanto, ahí se complica mucho más. Tenemos que dedicar
tiempo, cariño y tenemos que respetar al paciente, no podemos hacer
diagnósticos a la ligera.
Puede suceder que haya
muchos niños que simplemente son nerviosos, son niños, como explicabas, que los
han metido en ese cajón, en esa etiqueta del TDAH y un montón de niños que
tengan de verdad ese problema y a los que no se haya detectado, puede pasar las
dos cosas.
Claro,
nosotros solemos decir que ni están todos los que son, ni son todos los que
están. Nos encontramos con niños que están siendo diagnosticados con TDAH que
están mal diagnosticados, que no se les ha dedicado el tiempo y el cariño
suficiente, y luego también nos encontramos con niños que están funcionando
como buenamente pueden por los distintos contextos escolares y familiares que
tienen un TDAH y no se les están dando las herramientas, las estrategias que
realmente necesitan. Por tanto, tanto en una dirección como en otra, ahí
tenemos que afinarnos los clínicos y los profesionales que estamos en relación
con el TDAH, tenemos que afinar porque se nos están escapando algunos niños y
otros estamos diagnosticando mal.
Y desde el punto de
vista del tratamiento, ya que no hay curación porque es una cosa crónica como
nos explicabas, ¿tiene que pasar siempre por el tema de fármacos, por las
pastillas, o solamente terapia o les hace falta una ayuda para el aprendizaje
en la escuela y otra diferente para adaptarse al resto de los factores de la
vida?¿Cuál es el tratamiento de estos niños?
Tratamientos
hay muchos, cuanto más multidisciplinar mejor. Como decíamos antes, el TDAH es
un trastorno crónico, eso implica que el TDAH es TDAH en todos los contextos.
Igual que la persona que es ciega es ciega en su puesto de trabajo, que cuando
llega a casa de repente no ves, sino que sigue siendo ciega, el TDAH o
cualquier otro trastorno psiquiátrico le pasa exactamente lo mismo.
Tratamientos
hay muchos. Lo que reconocen hasta los propios psiquiatras es que solamente el
tratamiento medicamentoso, el tratamiento farmacológico, no es suficiente. En
ocasiones es verdad que los niños necesitan ese trampolín, esa ayuda para que
se centre, para que esté más tranquilo, a veces, eso es necesario, y ahí están
los médicos los neurólogos, los pediatras, los psiquiatras, para medicar esa
farmacología, pero es insuficiente. Todos llegamos a esta misma conclusión. Podemos
abogar por medicación sí, medicación no, pero el profesional veremos qué es lo
que piensa, pero lo que está claro es que la medicación sola no enseña y lo que
tenemos que dar al alumno, al niño son estrategias y la medicación no te cura,
la medicación es una ayuda, un trampolín. Tratamientos, muchos… tratamiento
psicológico seguro. Tanto la familia como el niño tienen que llevar a cabo un
tratamiento psicológico, en algunos casos, como decíamos, el tratamiento
farmacológico, y luego hay otro tipo de intervenciones que se pueden llevar a
cabo. Lo que está claro es por ejemplo, la psicoeducación, explicar a la
familia y al propio niño la dificultad que tienen: esto se llama TDAH, tiene
esto, por eso te comportas de esta manera, reaccionas así ante otras
situaciones... Explicarle al niño y a la familia qué es lo que le pasa. También es
muy importante, que los padres estén informados. Tratamientos existen muchos,
lo que está claro es que el tratamiento psicológico tiene que estar en todos
los casos y, bueno, que todos estemos formados, tanto los padres como los
profesores, como el propio niño que sepan qué es esto del TDAH y qué
implicaciones tiene, para ajustar bien las expectativas.
Y ya para terminar, hace
30 años ya nadie había oído hablar del TDAH no sé si es una cosa que ahora oímos
hablar mucho y hay muchas personas diagnosticadas porque sabemos lo que es, o
hay más. Quiero decir, hace 30 años también había mucha gente que tenía TDAH y
no lo sabíamos o ¿está subiendo por algún motivo el número de personas
afectadas por esto?
Bueno,
los números son más o menos estables, es decir, nos estamos encontrando con que
ahora mismo vivimos en la era de la información, la era del clic y todos
estamos informados. Hace décadas o incluso, hace siglos, nos encontrábamos con
que solamente la Iglesia era la que tenía el conocimiento, toda la información.
Hoy en día, nos encontramos con que la información está a golpe de un clic y
todos podemos acceder a muchísima información y además muy variada. Esto es
como si últimamente nos hacemos la pregunta de, bueno, últimamente se escucha mucho
el concepto de bullying y el concepto de niños que están siendo abusados, por
ejemplo, abusados sexualmente. Bueno, esto ha existido siempre, pero un día
estamos mucho más concienciados, estamos más con la alerta puesta y se
diagnostica no solamente más TDAH sino que también se diagnostica otro tipo de
dificultades, patologías o situaciones. Hoy en día estamos muy alerta con muchas
situaciones a nivel social, cultural y educativo, pero los números no han
variado, las ayudas, las muletas que tenemos hoy en día no son las que había
hace 30 o 40, ni 50 años.
Es verdad que hablamos
mucho de niños con TDAH y no se habla mucho de adultos con TDAH.
Claro,
esto viene un poco a reforzar lo que comentábamos ahora. Ahora lo que nos
estamos encontrando es que muchos papás y muchas mamás nos están consultando a
raíz de que han llevado a su hijo o a su hija al pediatra, al psicólogo, lo han
diagnosticado al hijo o a la hija de TDAH y entonces bueno como sabemos que un
peso importante del TDAH tiene que ver con la parte genética. El profesional les
habrá preguntado: y usted cuando era pequeño… vemos que los síntomas coinciden
que yo cuando era pequeño, pequeña era exactamente igual como ahora se está comportando
mi hijo o mi hija. Entonces ahora se está empezando a diagnosticar mucho más el
TDAH en adultos, por esa parte genética que decíamos y por toda la información
que tenemos hoy en día. Estamos diagnosticando a personas tardíamente, a
adultos tardíamente a raíz de que sus hijos están siendo diagnosticados de
TDAH.
Claro,
y te dicen pues si yo era así y a mí no me hicieron ni caso, ni me prestaron
atención, ni me ayudaron ni nada.
No
me hicieron ni caso y no me ha pasado nada. Sí, efectivamente, si muchas veces
pasar no pasa nada, pero si podemos dotar de estrategias y de herramientas a
nuestros chicos pues mejor que mejor. Si me hago un esguince y resulta que no
hay ninguna muleta para que lleve pues lo llevaré como buenamente pueda y salgo
adelante, claro, si siempre salimos adelante. El cerebro, la mente humana está
preparada siempre y está dirigida hacia la sanación, hacia la curación, entonces
adelante siempre salimos, pero bueno si podemos facilitarlo y dar unos recursos
que hagan que ese trayecto, ese paso por el desierto sea más agradable, pues
bienvenido sea.
Pues terminamos ya y nos
quedamos con lo principal que no se debe diagnosticar a la ligera, ni con un
test de 5 minutos, que hay que tomarse esto en serio y porque a estos niños les
hace falta ayuda, si de verdad les hace falta, y hay muchos que a lo mejor nos
pasan desapercibidos con este tipo de test.
Rafael Guerrero, ¡muchísimas gracias!
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