Gracias a la
inclusión en la LOMCE del Trastorno por Déficit de Atención con o sin
Hiperactividad (TDAH) dentro de las necesidades educativas especiales que
requieren de un apoyo dentro del aula, se pusieron en relieve la importancia de
aplicar unas medidas dentro del mismo para el beneficio de dichos alumnos/as. La
promoción de protocolos de intervención a nivel educativo hacen hincapié en
cuáles deben ser esas medidas.
Pero, ¿qué son y qué tipos hay?
Se entiende
por medidas a aquellas adaptaciones a modo de estrategia educativa que consiste
en la adecuación de los contenidos, tipo de evaluaciones o factores ambientales
con el objetivo de hacer que los objetivos propuestos en cada curso escolar
sean más accesibles al alumno.
Se trata de tener en cuenta las características
individuales del alumno y las particularidades propias del trastorno a la hora
de planificar la metodología, los contenidos y, sobre todo, la evaluación.
Se
dice que existen dos tipos de medidas a tomar: las medidas significativas y las
no significativas:
- Las medidas significativas son aquellas que están destinadas a eliminar, reducir o priorizar determinados contenidos, objetivos y criterios de evaluación. Este tipo de adaptaciones, en nuestra opinión, no deben ser nunca la primera vía a tomar, pues podemos estar frenando el desarrollo de nuestro hijo, provocando que no aprendan ciertos contenidos y afectando a su aprendizaje. Si bien, en algunos casos puede ser necesario en algún apartado a asignatura en concreto consideramos que antes se deben proponer medidas no significativas.
- Por medidas no significativas nos referimos a aquellas modificaciones en las que no se interfiere en el currículo, sino en los factores ambientales dentro del aula, en la interrelación entre profesor-alumno o en determinados cambios durante los exámenes. Estas medidas creemos que deben ser de aplicación obligatoria (no tienen porqué ser todas pero si las mas beneficiosas) ya que no tienen un coste económica, pero si que implican sensibilización y conocimiento del trastorno.
Algunas de estas medidas pueden ser:
- Sentarle en las primeras filas de clase y alejado de estímulos distractores como puede ser las ventanas. De esta manera esteremos fomentando una menor frecuencia de distracciones durante las clases.
- Refuerzo positivo de sus aportaciones en clase o de cualquier logro conseguido aunque ya tuviera que tenerlo instaurado por la edad biológica que tiene.
- Secuenciación de las preguntas durante un exámen. Porqué vamos a ponerle en una misma cara 6 preguntas cuando podemos ponerle 3 más espaciadas. Los niños con TDAH tienden a pasar de una pregunta a la otra sin haberla completado la anterior. Si reducimos el número de preguntas por cara estaremos fomentando que esto no ocurra.
- Simplificar o resaltar en negrita las partes importantes de los enunciados. En muchas ocasiones se hacen enunciados muy largos, o con varias preguntas, en las cuales los niños con TDAH tienden a no responderlas completamente o a perderse en lo qué preguntan. Si subrayamos en negrita aquellas palabras importantes estaremos ayudándole a entender y a centralizar la pregunta para que pueda demostrar sus conocimientos.
- Aumentar el tiempo en los exámenes. Una de las medidas más importantes es ampliar en un 35% el tiempo del exámen. Esto implica unos 15 minutos más, que pueden ser suficientes para que le de tiempo a terminar de rellenar la prueba. Esta medida está aprobada para que se adopte desde hace un tiempo en los exámenes de selectividad.
- No penalizar en exceso las faltas de ortografía, muy comunes en los niños con TDAH sobre todo debido a omisiones de letras (poner “siepre” en vez de “siempre”)
- Reducción de las tareas para casa. Como hemos hablado, el sistema de estudio tradicional que tienen los niños basada en la lectura repetida para estos niños no es suficiente y deben dedicar más tiempo a reelaborar la información, hacer una lectura comprensiva, un buen subrayado para terminar con un esquema o resumen que le ayude a jerarquizar la información y suplan sus déficits (principalmente atencionales). Si le mandamos una gran carga de trabajo, no le estaremos brindando ese tiempo que necesitan, lo que les penalizará.
- Centrarnos más en los esfuerzos que en la nota objetiva. Estos chicos tienden a realizar muchos más esfuerzos que el resto de sus compañeros para obtener la misma nota o, incluso, una nota menor, por lo que focalizar nuestra atención en sus esfuerzos y en sus logros nos ayudará a objetivizar el trabajo que realizan.
- Realizar diferentes formatos de exámen: oral, por escrito, tipo test, etc.
Están son
algunas de las medidas no significativas. Existen otro tipo de medidas que
aunque no se encuadren dentro de las medidas típicamente consideradas como no
significativas puede ser muy beneficiosas para los niños con TDAH como son:
- Impulsar un aprendizaje cooperativo, mucho más dinámico y activo.
- Dar responsabilidades dentro del aula para que adquieran un rol relevante dentro de sus compañeros y potenciemos su autoestima.
- Tener un mayor control sobre él con el tema de la agenda, ayudarle a organizarse o planificarse. Existe tutorizaciones en este aspecto de otro compañero pero este punto hay que saber llevarlo pues puede darle la impresión al niño que tiene otro “profesor” más que le vigila, lo que no le beneficiaría.
- Crear con él unas señales para cuando se distraiga ayudarle a refocalizar su atención.
- Fragmentar la tarea si es muy larga.
- Tener un seguimiento con el niño, preguntándole y motivándole.
Estas son
sólo algunas, se pueden tomar muchas otras, para ello se debe tener un
conocimiento y una gran capacidad didáctica y creativa para saber ajustar qué
modificaciones pueden ser beneficiosas para cada alumno. Pero con estas medidas
generales se pueden conseguir grandes avances, grandes mejores que impulsan la
motivación y autoestima de los niños.
Para
demostrároslo queremos poneros un ejemplo:
Se trata de un niño diagnosticado
con TDAH en etapa primaria, cuya motivación y autoestima era baja puesto que
consideraba que hacía grandes esfuerzos para luego no verse recompensado. En el
apartado escolar, se ha trabajado con él en ofrecerle unas técnicas adecuadas
que le ayuden a suplir su déficit, un cambio en sus rutinas y unas competencias
en organización y planificación. A su vez, junto con el centro educativo, se
llegaron a acuerdos para ver qué medidas no significativas se podían aplicar.
Para los exámenes se decidieron además de dar más tiempo, simplificar y adecuar
las preguntas, hacerlo más visible y espaciado. Las mejoras fueron clarísimas.
Ahora nos encontramos con un colegio y un profesorado con una mayor
sensibilidad y, sobre todo, un niño con una mayor confianza en si mismo, una
mayor autoestima y motivación, mejorando su actitud tanto en casa como en el
colegio.
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