Aplicar sencillas pautas les ayudará a
solucionar el 80% de su problema y aumentar hasta en dos puntos sus notas
finales.
Según algunos estudios, el TDAH
(trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es el trastorno
psiquiátrico de mayor prevalencia en la infancia y llega a afectar hasta a un
5% de los niños en nuestro país.
«En los colegios es donde se suelen
detectar los problemas y donde está el origen de las soluciones»
16/12/2013
Los primeros síntomas, por lo general,
se manifiestan entre los 5 y 6 años: se distraen con gran facilidad, son
impulsivos, dan respuestas poco reflexivas, tienen exceso de actividad
motora... Todo ello hace que, en muchos casos, sean difíciles de tratar tanto
por los padres en casa, como por los profesores en el colegio.
Ángel Terrón y Alberto Jiménez, socios
fundadores de Educ-at, tienen gran experiencia en el tratamiento de este
trastorno y afirman que «en la mayoría de las ocasiones es en los colegios
donde empiezan los problemas y afortunadamente, cada vez más, el origen de las
soluciones».
Según datos de Javier Cabanyes,
especialista en Neurología, doctor en Medicina-Cirugía y director del curso de
experto en TDAH en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en cada
clase puede haber entre uno y dos niños con este trastorno. «Es necesario que
haya un experto en TDAH en cada centro escolar con una triple función:
identificar, asesorar y reforzar la intervención multidisciplinaria para ayudar
a estos alumnos. Que se sepa manejar bien a estos niños en el aula es casi el
80% de la solución al problema», apunta este especialista.
La dificultad consiste, tal y como
explica Fulgencio Madrid, presidente de la Federación Española de Asociaciones
de Ayuda al TDAH, en que «cuando se detecta a un niño con este trastorno y
salta la alarma, a los profesores se les escapa el asunto de las manos porque
no saben cómo actuar al no disponer de una formación suficiente para tratar
estos casos».
Por este motivo Javier Cabanyes añade
que «lo primero que se necesita es formar al profesorado para que sepa qué es
este trastorno y qué hacer con el niño que lo padece para generar entornos más
apropiados. Esto, aunque no es suficiente, ya es mucho», puntualiza.
HABLAR TAMBIÉN DE LOS ÉXITOS
Fulgencio Madrid explica que en Murcia
se puso en marcha un «Protocolo de diagnóstico y tratamiento» en las aulas en
colaboración entre Sanidad y Educación. Los resultados han sido muy positivos:
en Primaria, el porcentaje de aprobados en junio ha sido del 43%, y del 25% en
alumnos con menos de dos suspensos. «Es decir, la tasa de éxito escolar está en
el 70%, equiparable al de los alumnos que no tienen TDAH. Al hablar de este
trastorno siempre se menciona el fracaso, ya es hora de que hablemos también de
los éxitos», asegura Fulgencio Madrid.
UN COLEGIO DEDICADO A ESTOS ALUMNOS
En el colegio Nuevo Velázquez de Madrid
saben muy bien cómo sacar rendimiento a los alumnos que padecen TDAH. Sus aulas
tienen un máximo de 15 alumnos, por lo que el contacto con los estudiantes que
padecen este trastorno es muy cercano.
Para aumentar su rendimiento en los
estudios «enviamos cada día a los padres una agenda con lo que han hecho en
clase y con los deberes que deben hacer en casa —explica el director de este
centro, Carlos González—. Además, al final de cada semana el profesor habla
directamente con los padres para evaluar sus avances y así analizar si va por
el camino correcto. El contacto escuela-familia es esencial para lograr el
éxito en sus avances».
Esta involucración es posible gracias a
que el profesorado del colegio Nuevo Velázquez tiene formación específica para
atender los casos de TDAH. González asegura que hay padres que traen a sus
hijos al centro desesperados porque creen que son unos vagos, pero en realidad
los docentes descubren que no es así, que padecen este trastorno.
«Los profesores han aprendido a poner en
práctica una metodología que facilita mucho a estos alumnos la asimilación de
conceptos. Además, en los exámenes que realizan al final de cada mes, les
entregan cada pregunta en una hoja diferente, de manera que cuando la
contestan, se les da la siguiente y se evita que se bloqueen.
También se les ayuda a comprender lo que
se les pregunta para que no se queden en blanco, porque su dificultad no es la
asimilación de conocimientos, sino cómo expresarlos, —apunta González—. «Lo
primero que mejora es la propia autoestima de estos chicos».
¿QUÉ PUEDE HACER EL PROFESORADO?
De lo que no hay duda, es que los
docentes tienen una situación privilegiada por su posibilidad de estar con
muchos niños, observarles y detectar cualquier anomalía que haga sospechar de
un posible TDAH.
Pero, ¿qué puede hacer el profesorado
para favorecer el aprendizaje de estos alumnos?
- No se puede olvidar que este trastorno se caracteriza fundamentalmente por déficit de atención, lo que dificulta en ocasiones el entendimiento de conceptos. Por ello, Ángel Terrón señala que es muy útil que el profesor utilice ejemplos prácticos que complementen la teoría, que secuencie la información o emplee medios dinámicos, como el uso de un proyector o nuevas tecnologías, para suplir el déficit atencional, lo que obviamente exige un esfuerzo adicional de los centros y profesores.
- Otra medida muy sencilla y eficaz —según José Ramón Gamo, director pedagógico de CADE (Centro de Atención a la Diversidad Educativa)— es seccionar el texto en unidades cortas y más simples e, incluso, destacar con otro color la información principal.
- Cuando llega la hora del examen «es habitual— añade Gamo— que el niño TDAH se bloquee en la primera pregunta, no porque no sepa responder, sino porque le cuesta entender el planteamiento. Por ello es esencial que se le entregue la primera pregunta, se le ayude a comprenderla y que la responda.
- De manera secuencial se le entregará la segunda pregunta y así sucesivamente. Es una pequeña ayuda para hacer lo que su cerebro no es capaz de realizar. Con esta práctica se consigue que mejoren la nota final entre un 1,5 y 2 puntos. Sí además no se le pone límite de tiempo y se le ayuda a planificarlo, los resultados mejoran hasta en 1,8 puntos».
- También es importante reforzar las aportaciones. «Es decir, si el niño no consigue su objetivo, pero se está esforzando en ello, el profesor debe valorarlo», apunta Ángel Terrón.
- Terrón también señala que debe evitarse que el niño salga en mitad de la clase para acudir a sesiones con su orientador porque, ante la mirada del resto de los niños, daña su moral y debilita su motivación».
- Otra práctica muy acertada es la «tutorización» dentro del aula por parte de otro compañero «puesto que aceptará mucho mejor de sus iguales sugerencias o preguntas como ¿te has apuntado bien los deberes de mañana? «Esta medida cada vez está siendo más adoptada por algunos centros y suele tener buena aceptación», señala Ángel Terrón.
- El esfuerzo de los estudiantes con TDAH se ve muy potenciado por el aprendizaje cooperativo; es decir, por el trabajo en grupo que permite el intercambio de información entre los alumnos. «El fin no es la competitividad, sino que entiendan los conceptos tratados y puedan elaborarlos pasando a ser una parte activa del aprendizaje. Por otro lado —prosigue Terrón—, mejora las relaciones sociales entre compañeros».
No hay comentarios:
Publicar un comentario