Un minuto para meditar. Elsa Punset.
El mundo en tus manos.
Tengas la
edad que tengas, tu vida transcurre en un momento apasionante. No lo dudes. Nunca
como hoy habíamos tenido acceso a tanta información y tantas posibilidades de
conectar y colaborar con los demás. Si sabes aprovecharlas, tienes el mundo en
tus manos.
Todos sentimos
de vez en cuando una sensación pasajera de bienestar que nos descansa y nos da
energía. ¿Sabéis entrar en ese estado a voluntad?
Hoy quería
compartir con vosotros una técnica sencilla para saber hacerlo.
Compartirla,
regalarla y disfrutarla. Porque vais a aprender a desconectar y recuperar
fuerzas en solo un minuto.
Los humanos
tenemos una mente maravillosa. Nos sirve para aprender, crear, inventar y
recordar, pero también tiene una cara oscura: nos agobiamos, nos preocupamos y
nos atascamos en pensamientos poco productivos o angustiosos.
Recuperar fuerzas en un minuto
Puedes aprender
a entrenar tu mente para que no se atasque en esa parte oscura.
Para ello,
vamos a aprender lo que el psicoterapeuta Martin Boroson llama la "meditación en un momento”.
¿Qué es
meditar? Es simplemente lograr que tu mente no divague hacia el futuro o el
pasado, que no se atasque en pensamientos negativos. Enseñar a tu mente a estar
en el presente sin juzgar ni agobiarse requiere un entrenamiento muy sencillo.
Aunque esta
técnica que vamos a ver se llama “Meditar en un momento”, Martin Boroson recomienda aprenderla dedicándole un minuto. Porque un momento es un espacio de
tiempo tan corto que nos cuesta medirlo. Un minuto, en cambio, tiene un
principio y un final mucho más definido.
Así que vamos
a empezar con un minuto.
Ponte cómodo
Ponte cómodo
y, mientras practicas, asegúrate de que nadie te moleste durante tu minuto.
Siéntate recto,
pero no rígido.
Si quieres, imagina que de tu cabeza tira un hilo hacia arriba.
Y tus manos las puedes poner como prefieras, pero simétricas.
Y, en breve,
cuando escuches una campana, empezará tu meditación de un minuto. 60 segundos
solo.
Y te pediré que durante ese tiempo te centres en tu respiración.
Y vas a
intentar, ese es tu reto, que tu mente no se disperse con pensamientos. Pero si
lo haces, es muy normal, simplemente vuelve a traerla hacia tu respiración. Céntrate
ahí, todas las veces que haga falta durante un minuto.
Si tu mente
se distrae, vuelve a centrarla en tu respiración.
Bien, ya
puedes cerrar los ojos, puedes sonreír o no, según te apetezca.
¿Estás cómodo?
Atento a la campana…
Hemos terminado
la meditación ¿Cómo te sientes?
Si te ha
costado centrar tu atención en la respiración, es normal. Pero, poco a poco, a
medida que practiques, se te hará cada vez más fácil.
Al principio,
aplica esta técnica para meditar cuando estés estresado, enfadado, cuando te
cueste dormir, cuando necesites tener una mente más clara o más creativa…todas
las veces que quieras recuperar sosiego y tranquilidad. Y, poco a poco, verás
cómo logras reducir ese minuto de meditación a un momento de meditación, que
podrás utilizar cuando quieras, en cualquier sitio.
Y así,
llenarás tu vida de serenidad, sin ocupar lugar ni tiempo.
¡Disfrútalo! Sé
pionero. Entrena tu mente.
¿Quieres meditar otro minuto?
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