Una de las
estrategias que Juan Cruz, autor de este artículo, plantea en su libro “Estudiar
y hacer la tarea. Alumnos de la ESO”, es hacer un plan de trabajo para
planificar el rato de estudio y de tareas que la mayoría de los estudiantes
tienen que realizar en casa por la tarde.
Esta
estrategia es muy útil para los niños, niñas y adolescentes con TDAH, por las
dificultades que algunos de estos/as estudiantes tienen para planificar sus
tareas y gestionar el tiempo eficazmente.Como
herramienta para plasmar esos planes se propone una hoja en la que anotar las
diferentes cosas que hay que hacer a lo largo de la tarde, y el objetivo que se
plantea para cada una de ellas.
Este plan se
prepara cada día antes de empezar a hacer el trabajo escolar de fuera del colegio.
Para hacerlo correctamente es muy importante que el alumno esté siguiendo un
sistema de agenda-calendario.
El sistema
agenda-calendario consiste en llevar al colegio una agenda en la que
diariamente el alumno/a apunta las tareas que tiene que hacer de cada
asignatura y las fechas de examen y los trabajos.
En su lugar de estudio debe
ubicarse un calendario en el que vaya colocando las fechas de examen y de
entrega de trabajos, aprovechando para desglosarlos colocando en los días
anteriores las partes necesarias para prepararlos correctamente (hacer un
esquema de la sección 1, aprender la lista de…, buscar información sobre…,
redactar la introducción de…, buscar unas fotos para…).
PASOS
Lo primero
que se hace con la hoja del plan es colocar la lista de tareas apuntadas previamente
en el centro escolar, incluyendo la parte que hay que entregar al día siguiente
de lo que se ha anotado.
Además de las
tareas diarias, hay que consultar el calendario para introducir, siempre que
sea posible, una parte de estudio para los próximos exámenes, y una parte de
elaboración de trabajos que se deban entregar dentro de unos días o semanas.
Cuando se
tiene soltura con el manejo de la hoja del plan, es posible utilizar técnicas
para establecer prioridades, y colocar la lista de tareas en orden estratégico.
Pero al principio bastaría con ponerlas en cualquier orden o que, si alguien
supervisa al alumno, le indique un orden para colocarlas.
El siguiente
paso es establecer los objetivos para cada una de las tareas. Los objetivos
tienen que ser concretos y evaluables. Algunos ejemplos de este tipo de
objetivos pueden ser:
- Escribir una redacción de más de 25 líneas.
- Hacer los cuatro ejercicios de la actividad en menos de 15 minutos.
- Hacer la redacción preparando un borrador previo.
- Sin mirar, ser capaz de nombrar más de 7 de los 10 elementos de la lista.
- Sin mirar, ser capaz de hacer un esquema del tema de… en el que aparezcan todas las ideas importantes que señaló el profesor.
Además, los
objetivos no tienen que ser muy fáciles de alcanzar, ni muy difíciles, ya que
en ambos casos perderían eficacia y no servirían para su propósito que es
animar el trabajo del alumno.
En la
herramienta se han colocado dos columnas para poner los objetivos del alumno y
los del instructor, es decir, el padre, madre, profesor, o persona que
supervisa al alumno mientras estudia y realiza sus tareas, algo muy
recomendable en el caso de niños, niñas o adolescentes con TDAH. El instructor
propone un objetivo cuando le parece que el del alumno no es adecuado, por ser
muy vago, no medible, excesivamente fácil o difícil o poco relacionado con el
trabajo que se está haciendo.
La siguiente
columna es la estimación del tiempo que se va a tardar en hacer cada una de las
tareas. Esto podría hacer que haya tareas en las que no se incluya objetivo,
que sería terminarlas en el tiempo propuesto. De cualquier modo, recomendaría
controlar los tiempos si hay un instructor que supervise al alumno y pueda
medir lo que tarda en hacer cada tarea. Si no, puede suponer una carga
adicional para el estudiante.
Algo obvio con los tiempos es que si se refuerza
al alumno por acabar antes del tiempo marcado, tenderá a poner tiempos
exageradamente largos para acabar siempre antes de lo previsto. Algunas formas
fáciles de gestionar eso son que la suma de los tiempos tiene que ajustarse a
un periodo fijado para los trabajos escolares, por ejemplo, no puede superar
las dos horas, de modo que si da mucho tiempo a unas tareas tiene que
quitárselo a otras. Otra alternativa sería reforzarle por la precisión, es decir
por hacer las cosas en tiempos similares a los previstos.
Por último,
según va progresando el trabajo, se marca en una columna si se ha alcanzado el
objetivo o no. De forma intencionada, he dejado en blanco las casillas para que
cada uno lo señale como prefiera. Algunas alternativas podrían ser:
- Marcar con una X o una marca de verificación “V” la casilla cuando se alcanza el objetivo de una tarea.
- Escribir “SÍ” o “NO”. En este caso, una casilla en blanco es un trabajo no realizado, una casilla con “NO” es una tarea hecha pero en la que no se ha alcanzado el objetivo, y una casilla con “SÍ” indica una tarea hecha y en la que se ha alcanzado el objetivo.
- Dividir la casilla y utilizar una parte para marcar si se ha alcanzado el objetivo y otra para señalar si se ha hecho en el tiempo disponible.
- Señalar si se cumple los objetivos de tiempo en la propia casilla de tiempo (se divide y se anota en una parte el tiempo previsto y en otra el tiempo empleado).
El autor
recomienda que cada uno haga su propio plan de trabajo, con aquellas
características del ejemplo que puedan ser de utilidad.
FUENTE:
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