El Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad (TDAH), es un trastorno neuroconductual caracterizado por la
falta de atención, el comportamiento impulsivo y una hiperactividad que son
inadecuados para la edad del niño y afectan significativamente a sus
actividades cotidianas, entre ellas la escuela.
Los estudios dicen que hasta un 40% de
los niños con TDAH tiene también problemas en la lectura, y en cualquier caso,
la adquisición de esta capacidad suele presentar dificultades para muchos de
estos niños.
La lectura es un proceso difícil, ya que
depende del adecuado rendimiento en otras funciones cognitivas. Entre ellas
destacan el procesamiento fonológico, la atención, la memoria y las funciones ejecutivas. Muchas de estas funciones están alteradas en el TDAH.
Uno de los problemas comunes en TDAH es la mala
comprensión de lo que se lee. Para comprender un texto, debemos decodificar los
símbolos que componen el material escrito, es decir, las letras y sílabas, y a
la vez ir dándoles un significado.
El cerebro dispone de un mecanismo
fundamental en la comprensión lectora: El bucle fonológico. Este es un
componente de la memoria de trabajo que nos permite almacenar temporalmente
cantidades limitadas de información como palabras o números, que pasados unos
segundos se desvanecen.
El bucle fonológico es fundamental para
aprender vocabulario, para hacer cálculos y para mantener en la memoria lo que
vamos leyendo de forma que podamos interpretarlo. En múltiples investigaciones
se ha encontrado que el bucle fonológico funciona peor en personas con TDAH.
Sin embargo, este fenómeno no es exclusivo
de las personas con TDAH. En el año 2000, un estudio de la Universidad de
British Columbia realizado con 966 personas de distintas edades, mostró que los
déficits en la memoria de trabajo eran característicos de personas con
alteraciones en la lectura a cualquier edad.
¿Cómo mejorar la lectura?
Una de las conclusiones fundamentales de
los estudios dicen que si no se tratan estas dificultades en la infancia,
posiblemente persistan hasta la adolescencia y la edad adulta.
Por eso, se plantea como una vía de
intervención la mejora de aquellas capacidades cognitivas que son
prerrequisitos para la lectura.
Entrenar la memoria de trabajo y la
atención en los niños resulta básico para favorecer los procesos lectores. Y
por supuesto, a leer mejor se aprende leyendo mucho, por eso es fundamental
practicar con los niños, motivar la lectura con contenidos que les gusten y
desarrollar una actitud positiva hacia esta tarea que con frecuencia les
disgusta.
Hablar de memoria parece muy general,
pero en realidad existen diferentes tipos de memoria y una de ellas, como hemos visto, es la
memoria de trabajo. Esta es fundamental para afianzar el aprendizaje, por ello
es interesante conocer qué es y cómo fortalecerla.
Según la definición de memoria, está es la
capacidad que tienes de retener y evocar eventos pasados. Para ello el cerebro
pone en funcionamiento una serie de procesos neurobiológicos que permiten almacenar
y recuperar información.
La memoria de trabajo es la memoria
mediata, es decir, la que guarda y procesa, durante un tiempo corto, la
información proveniente de la percepción de los diferentes sentidos. Es decir,
recibes un estímulo visual, auditivo, gustativo u olfativo, tu cuerpo lo
percibe y se transfiere a la memoria de trabajo. En otras palabras la memoria
de trabajo te permite recordar información, pero este recuerdo es limitado y
puede sufrir interferencias. Por esta razón, la memoria de trabajo es tan
importante para el aprendizaje, ya que de ella dependerá lo que puedas
almacenar y recordar en un momento determinado.
La memoria de trabajo tiene características
que tienes que tener en cuenta para mejorar el aprendizaje, como por ejemplo:
- Es necesaria para mantener objetivos a cumplir
- Te permite resolver un problema de diferentes formas
- Mejora el razonamiento
- Posibilita comprender lo que se lee, estudia o escucha.
- Lee párrafos cortos de no más de 5 o 6 renglones, para y recupera la información tratando de recordarla y comprendiendo cuál es el tema. Lo mismo puedes hacer a nivel auditivo y visual a través de un CD o DVD.
- Exprésate en voz alta. Cuando lees algo en voz alta no solo es más fácil recordarlo, sino que es más sencillo interpretarlo.
- Haz resúmenes, diagramas, esquemas que te ayuden a visualizar lo importante del tema. Utiliza lápices de colores y escribe con diferentes tamaños de letras.
- Si tienes que memorizar, debes leerlo en voz alta, intentando explicarlo con tus palabras y luego escribirlo. Si logras comprender lo que has memorizado, será más fácil recordarlo, especialmente en ciertos casos en los que necesitas realizar una serie de pasos para resolver una operación o comprender un texto.
- Sé ordenado y organizado. Si visualizas los textos o las operaciones claramente, las interferencias disminuyen. Pero si está borroneado y no está claro, la percepción y el almacenamiento de la información se perderán más rápidamente.
La memoria de trabajo se puede mejorar,
no tiene que ser tomado como un impedimento en el aprendizaje. Este se puede
fortalecer, especialmente no dejando caer la autoestima y valorado los pequeños
pasos que logras. De esta forma, con esfuerzo y dedicación la memoria de trabajo
y tu desempeño mejorará.
Si te interesa conocer más acerca de
cómo mejorar la memoria, puedes encontrar información interesante en:
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