Las manifestaciones
clínicas del TDAH son diversas y pueden variar mucho de una persona a otra e
incluso en una misma persona a lo largo de la vida.
Según predomine un tipo u
otro de síntomas se habla de tres subtipos de TDAH:
- Predominantemente
hiperactivo – impulsivo.
- Predominantemente
inatento.
- Combinado. Consiste en
la presencia de ambas sintomatologías en un mismo niño.
La sintomatología suele
presentarse o llamar la atención a padres y/o a maestros de forma precoz en
Educación Infantil o en los primeros cursos de Primaria. Predomina en el sexo
masculino y las dificultades más importantes tienen relación con la conducta.
Suele decirse de estos niños que «no pueden estar quietos» o que «actúan sin
pensar».
La impulsividad es
la responsable de que las personas con TDAH sean incapaces de pensar antes de
actuar e interrumpen con frecuencia. Les cuesta pensar en las consecuencias de
sus actos en el momento que los realizan. Las manifestaciones son muy distintas
entre un niño y otro y van a ir cambiando con la edad.
La hiperactividad se
refiere al continuo movimiento de muchos de los niños con TDAH. Especialmente cuando son pequeños no pueden permanecer sentados más que unos pocos minutos y, cuando lo están, siempre tienen alguna parte del cuerpo en movimiento. Los niños con hiperactividad suelen tener siempre algo en las manos o
están tocando constantemente las cosas o personas que tienen a su alrededor.
Todo ello les lleva a ser niños especialmente ruidosos: gritan, se les caen las
cosas, mueven los objetos bruscamente, etc.
A pesar de que la
hiperactividad es frecuente en la mayoría de niños con TDAH, no es constante o
a veces no es externamente muy manifiesta. No hay que creer que el niño tiene
que saltar y escalar continuamente por las paredes o los muebles para
considerar que pueda padecer un TDAH. Hay niños con TDAH que no presentan una
gran actividad motriz aparente o que pueden parecer muy tranquilos o
incluso pasivos. La hiperactividad tiende a ir disminuyendo con los años
incluso para los que han sido muy movidos.
Suele manifestarse a
partir del segundo o tercer ciclo de Primaria o, incluso, en Educación
Secundaria. Se presenta en ambos sexos y las dificultades se encuentran más en
el rendimiento académico. Suele decirse que «están en las nubes» o simplemente
que "son vagos" y que no están motivados para estudiar.
El subtipo inatento, pasa
a menudo desapercibido porque no suele presentar problemas de conducta que
interfieran en la actividad escolar, familiar o social. Es una causa muy
frecuente de fracaso escolar ya que en Educación Secundaria no son capaces de
seguir las demandas de organización y planificación propias de esta etapa
educativa. Durante Educación Primaria no adquieren hábitos de trabajo ni de
estudio. Las demandas a corto plazo que se exigen en esta etapa, el seguimiento
de los maestros y de la familia les permite «ir tirando». Pero este mismo
alumno puede fracasar en Secundaria por las lagunas acumuladas y por la falta
de hábitos de estudio.
La falta de concentración
es una de las características que todo el mundo asocia al TDAH. Hay que tener
en cuenta, sin embargo, que no se trata de una falta de capacidad de
concentración sino de una dificultad para mantener la atención en tareas
tediosas o aburridas, especialmente si son largas. Esta dificultad aumenta
cuando la persona se encuentra en un ambiente con muchos estímulos que puedan
llamarle la atención. La atención en clase y todo aquello relacionado con las
tareas escolares son el ejemplo más claro.
Sus trabajos contienen a
menudo muchos errores y pocos detalles. Es muy característico de
estos niños que la primera parte de los trabajos o exámenes esté mucho mejor
realizada que el final, ya que no pueden mantener el esfuerzo que realizan para
estar concentrados durante mucho tiempo. La dificultad para mantener la
atención de forma persistente en las tareas que requieren un esfuerzo hace que
a menudo tiendan a posponer sus obligaciones: hacer los deberes, estudiar un examen, etc. Entonces, el estrés de ese último momento les empuja a actuar, llegando incluso a rendir mucho apremiados por el poco tiempo que les queda. Sin embargo, no es recomendable someter a estos niños a altos niveles de estrés para conseguir que se pongan en marcha.
Las personas con TDAH
pueden rendir muy bien y estar largos ratos concentrados en actividades que les
gusten y motiven, porque les resultan gratificantes. ¿Por qué no pueden entonces
concentrarse para hacer los deberes o cualquier otra tarea que requiera un
esfuerzo intelectual? La explicación a esta pregunta es que una motivación
fuerte y la gratificación inmediata les estimulan. Los juegos de las
videoconsolas estimulan a los niños y la gratificación inmediata cuando ganan
una carrera o han derribado unos marcianitos facilita que sigan manteniendo la
atención. En las tareas escolares, el estímulo, que es mucho menos intenso, y la
gratificación, a muy largo plazo, hacen que sea muy difícil mantener la
motivación necesaria para persistir en el esfuerzo.
Las dificultades de
organización y planificación son habituales en el TDAH. Muchos son los factores
que intervienen: mala gestión del tiempo, tendencia a posponer tareas que suponen
un esfuerzo, interrupción de las tareas para prestar atención a otras
actividades, dificultad para seguir tareas que requieren varios pasos sin
supervisión, etc.
Muchas de estas
características no son evidentes hasta que el niño debe tener una cierta autonomía
en las tareas escolares. El funcionamiento caótico de muchas personas con TDAH se debe a que realizan muchas tareas a la vez y tienen dificultad para
jerarquizar la importancia de cada una. Además, prestan atención a todos los
estímulos del entorno. Todo ello les lleva a olvidar las cosas y a menudo a
perder objetos cotidianos.
Como consecuencia de estas
dificultades descritas como nucleares del trastorno, los niños con TDAH pueden
presentar otras secundariamente: inflexibilidad y conducta explosiva, baja memoria de
trabajo, dificultades de aprendizaje, baja autoestima y alteraciones del sueño.
Inflexibilidad y
conducta explosiva: los
conflictos aparecen en la escuela y en casa cuando se les imponen normas
o hay cambios inesperados en las rutinas. Pueden reaccionar desproporcionadamente
ante una negativa o ante una situación novedosa, llegando a presentar un descontrol
de su conducta. Esto es debido a una pobre capacidad de adaptación ante
una situación nueva y/o impuesta y una baja flexibilidad de pensamiento,
aspectos que se desarrollan de forma muchísimo más lenta en el niño con
TDAH.
Baja memoria de
trabajo: la memoria
de trabajo (MT) es un tipo de memoria a corto plazo, imprescindible para
el razonamiento, la reflexión, la comprensión de demandas del entorno, etc.
Gracias a ella, podemos retener la información recibida y manejarla para
obtener una conclusión o seguir una conversación en nuestra vida
cotidiana. La MT es fundamental para cualquier actividad cognitiva y su
alteración en las personas que presentan TDAH es uno de los motivos del
bajo rendimiento académico.
En la etapa escolar, la
alteración de la MT se manifiesta en una baja comprensión lectora, dificultad
en los problemas de matemáticas y en las redacciones, así como en cualquier
demanda que contenga varias órdenes a seguir de manera secuencial. Subrayar un
texto, hacer esquemas, anotar los datos de un problema matemático son recursos
útiles para compensar esta dificultad.
Dificultades de
aprendizaje: son
muchos los motivos por los que los niños con TDAH tienen dificultades en el
rendimiento escolar. Las tareas basadas en el lenguaje les resultan complejas
ya que la organización de los contenidos en un texto escrito y la comprensión
lectora les supone un obstáculo para procesar la información. En el lenguaje
oral suelen presentar también limitaciones tanto a la hora de organizar el
discurso como de encontrar las palabras adecuadas. En la asignatura de
matemáticas, de nuevo, las dificultades de comprensión lectora, la baja memoria
de trabajo y la impulsividad les dificulta el progreso. Por último, la falta de
organización, de motivación y de concentración, los problemas de conducta en
clase, los conflictos con los compañeros y la baja autoestima influyen también
de forma negativa en el progreso académico.
Baja autoestima: cuando un niño oye constantemente
comentarios negativos de los adultos hacia su persona: «eres muy
desobediente», «no te esfuerzas», «si tuvieras más interés»… es fácil
comprender por qué con frecuencia tienen la autoestima baja. Los compañeros
también los rechazan para el juego o las tareas escolares en grupo. Estos
niños, al comprobar que por mucho que se esfuercen no consiguen que las
cosas salgan bien ni que el entorno valore su empeño, llegan a creerse
que son un desastre. No son niños problemáticos, son niños que tienen un
problema.
Alteraciones del sueño:
pueden existir
dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes, sonambulismo,
somniloquia (hablar en sueños), sueño intranquilo… El síndrome de las
piernas inquietas es más prevalente en las personas con TDAH que en la
población general. Con frecuencia les es difícil levantarse por la
mañana. No es un problema de vagancia, sino una dificultad debida al mal
funcionamiento de los sistemas cerebrales de alerta y de regulación del
ritmo de sueño/vigilia. No es inusual que los niños con TDAH consigan el
control del esfínter vesical más tarde que los niños sin TDAH.
A
nivel escolar, esta sintomatología característica se traduce, a su vez, en
dificultades para:
- Adquirir los hábitos de trabajo que el resto de alumnos adquieren de forma natural: apuntar en la agenda, coger los libros necesarios para estudiar o hacer los deberes en casa, tener un horario de estudio en casa, planificar la realización de un trabajo o el estudio de un tema a largo plazo, etc.
- Mantener el mismo ritmo de trabajo: presentan oscilaciones de rendimiento muy marcadas durante un día.
- Permanecer quieto en la silla, estar atento a las explicaciones del profesor.
- Comprender y extraer las ideas principales de una lectura.
- Adquirir la sistemática para resolver los problemas de matemáticas o para redactar un texto es para estos alumnos una tarea muy compleja.
A menudo van a necesitar
adaptaciones escolares. Acomodarles los procedimientos acostumbra a serles de gran
utilidad para que puedan asimilar los contenidos. No es una buena solución
adaptar los contenidos sin adaptar previamente los procedimientos.
Al niño con TDAH le cuesta
el aprendizaje:
- Cuando el trabajo es difícil
- Cuando el trabajo es largo y monótono
- Cuando hay poca supervisión directa.
Los maestros se enfrentan
al reto de cómo incorporar mayor actividad y novedad en sus métodos y
materiales.
Las adecuaciones para el
alumno con TDAH van a ser distintas según la edad en la que nos encontremos al
alumno:
- En niños pequeños vamos a incidir más en la conducta
- En los mayores (habitualmente a partir de 4º de Primaria) en los aspectos cognitivos y de aprendizaje.
Habrá algunas de ellas que serán comunes para todos los alumnos.
ADECUACIONES
QUE PUEDEN APLICARSE A TODOS LOS ALUMNOS
- La ubicación en el aula: siempre lo más cerca del profesorado y la pizarra y acompañado de alumnos más tranquilos y/o trabajadores.
- Cómo dar las órdenes-instrucciones: dar las instrucciones de forma breve, clara y concisa. Si es necesario dar las instrucciones de una en una y hacer que nos lo repita.
- Evitar penalizar los errores cometidos por inatención o debidos a la impulsividad y/o a la inquietud motriz.
- Refuerzo positivo ante un ejercicio/comportamiento bien realizado.
- Comenzar por los premios, no por los castigos. De por sí, son unos niños que están más castigados que otros. El castigo sólo funciona si es muy inmediato.
- Valorar los conocimientos aprendidos a lo largo de un período y no en un momento puntual, dado que ese momento puede no ser el idóneo para el niño, tirando por la borda todo el esfuerzo realizado durante un trimestre. Al niño con TDAH no se le debe evaluar con una sola nota, ya que generalmente les cuesta mantener la concentración necesaria para acabar el examen de forma satisfactoria y para no cometer errores tontos.
ADECUACIONES
PARA ESCOLARES EN LA EDUCACIÓN INFANTIL Y PRIMER CICLO DE PRIMARIA
Lo más importante a estas
edades es el control de la hiperactividad-impulsividad:
Impulsividad:
Definir las normas:
- Definir y trabajar las normas de la clase y las consecuencias de su incumplimiento, estando esta información a la vista.
- Recordar las normas frecuentemente.
- Definir y reestructurar normas personalizadas, como permitirle que muestre sus ejercicios al profesor.
Favorecer el autocontrol:
- Fragmentar las tareas en objetivos más cortos y supervisar con más frecuencia su consecución, de forma que el tiempo en el que tienen que inhibir su respuesta sea menor. Además, esto implica tiempos de atención más cortos, lo que favorece su aprendizaje al adaptarse a su capacidad atencional.
- Favorecer el uso de las autoinstrucciones para dirigir su conducta.
- Desglosarles el futuro, advertirles de lo que llega a través de la realización de tareas presentes. Desglosar el objetivo en pasos pequeños centrándoles en el aquí y ahora y guiarles en su actuación.
- Anticipar.
- Registros coordinados con la familia.
Premiar las conductas
adecuadas e ignorar las inadecuadas:
- Implantar un sistema de puntos en el que es premiado por la consecución de objetivos y con coste de respuesta por el incumplimiento.
- Ignorar las conductas inadecuadas como interrumpir, y en el caso de ser muy molesta, utilizar el tiempo fuera (hace referencia a la posibilidad de sacar al niño de esa situación).
- Reforzar las conductas adecuadas como ir despacio, terminar cada pequeño paso, etc. dándole más importancia a la calidad frente a la cantidad.
Hiperactividad:
- Intentar que su movimiento sea adaptativo haciendo pequeñas tareas que le faciliten la energía y tensión acumuladas por haber estado quieto. Para ello se le adjudican responsabilidades y/o ayudas al profesor, como repartir hojas, borrar la pizarra, etc.
- Que acuda a la mesa del profesor a mostrar sus tareas, servirá para descargar tensiones, disminuyendo la frecuencia con la que se levanta de la silla de forma inadecuada. El objetivo es que se levante de la silla en determinados momentos y de forma estructurada.
- Permitir el murmullo y el movimiento siempre y cuando no interfieran al resto de alumnos.
- Extinguir los movimientos que parezcan más incontrolados o inconsistentes, no prestando atención a los mismos. Contener o controlar estos movimientos para que no sean reforzados por otros niños. Reforzar el estar adecuadamente sentado, en silencio, escuchando, escogiendo para cada día una conducta concreta.
La
automatización de hábitos y rutinas:
- Poner la información de manera explícita, utilización de todo lo que pueda servir como pistas, recordatorios, señales. Estos niños no utilizan la «información en sus mentes».
- Utilizar marcadores de tiempo, no tienen conciencia del tiempo, por lo que no sirve darles más tiempo porque lo perderán igualmente. Convertir el tiempo en algo real con relojes, temporizadores, cronómetros, relojes de arena...
- Potenciar el uso de la agenda/ cartera/ recados para casa.
- Avisar con tiempo los cambios que se efectúen en relación con las rutinas.
ADECUACIONES
PARA ESCOLARES A PARTIR DEL CICLO MEDIO DE PRIMARIA Y SECUNDARIA
Más centrado en el Déficit
de Atención y en las adecuaciones de los aprendizajes/ materiales escolares.
El Déficit de Atención:
- Supervisión constante: tutorías individuales para ayudarles a planificar la semana que está empezando y para revisar la semana anterior: corregir exámenes, analizar situaciones donde ha habido algún altercado con algún profesor, etc. Hacer pactos...
- Dividir las actividades en pequeños pasos para que puedan hacer aprendizajes breves que su capacidad atencional pueda asumir. Las tareas cortas permiten que el niño no se canse, no entre en la monotonía o que no se distraiga.
- Planificar sus acciones: tener organizado su trabajo y sus descansos, para posteriormente enseñar al niño a planificarse sus tareas y a usar una agenda como medio de apoyo.
- Dar más tiempo para realizar las tareas con consignas claras.
- Evitar penalizar el cansancio o los olvidos en tareas y/o exámenes.
- Supervisión ante una prueba escrita. Sugerir que repase ciertos ejercicios.
- Hacerlo participar activamente en clase (mantenemos la atención).
- Permitir que un compañero les haga de supervisor para evitar errores o descuidos con el material escolar (la agenda, libros, fechas de entrega,..), previo pacto con ellos.
- Presentarle los exámenes con estilo de redactado y de presentación más visual y más sencilla (por ejemplo; una pregunta por página, separar las subpreguntas que puedan haber en un mismo enunciado, etc.).
- No penalizar toda la ortografía. Valorar si el alumno se ha centrado mucho en el redactado y no ha prestado atención a la ortografía o si no ha revisado la ortografía por falta de tiempo.
ADECUACIONES
PARA LOS APRENDIZAJES ACADÉMICOS, ORIENTADO
PRINCIPALMENTE A LA COMPRENSIÓN LECTORA, A LA ORTOGRÁFICA Y A LA RESOLUCIÓN DE
PROBLEMAS:
- En el caso de que se pueda ofrecer atención individualizada o en pequeño grupo.
- Insistir en el hábito de segundas lecturas.
- Ayudar a identificar las ideas principales y secundarias del texto. Proporcionar ayudas verbales a través de la formulación de preguntas básicas que le ayuden a estructurar el texto.
- Intentar que resuma los textos leídos con sus propias palabras.
- Completar esquemas y/o mapas conceptuales.
- Hacer consciente al alumno de que el objetivo de la lectura es obtener información y de que es necesario utilizar lo que ya sabe para comprenderlo.
- Abordar los problemas matemáticos como si fuera una lectura, intentando organizar la información, valorando incluso la posibilidad de utilizar recursos visuales.
- Redactado con frases cortas.
- Enunciados gramaticalmente sencillos y con una pregunta por frase.
En todos los casos y como
en cualquier alumno con dificultades de aprendizaje específicas:
- Coordinación con la familia.
- Facilitar y valorar mucho más el esfuerzo y la dedicación que realiza el niño con TDAH, que el resultado final.
FUENTE:
Hola me gustaría que alguien me dijera por favor que tengo que hacer, a donde debo de acudir(ya he ido en tres ocasiones a hablar con el inspector de mi comunidad, sin obtener muchos resultado por no decir ninguno. También he acudido a los orientadores de la misma y me dicen que ellos solo llegan hasta niños de 6º de primaria), si el centro donde estudia mi hijo 1ºE.S.O. no quiere hacerle las adaptaciones curriculares no significativas. Solo saben decirme que el niño puede más,que no tiene nada, que yo soy una exagerada y una pesada.Estoy muy cansada de tener que luchar contra el colegio. Gracias
ResponderEliminarHola de nuevo Mar
ResponderEliminarComo ya te dije en el comentario anterior, sugiero que te pongas en contacto con alguna de las asociaciones de tu comunidad, que supongo que es la murciana.
Te pongo los contactos, para que localices a la más cercana a tu domicilio:
La Asociación es Adahi Murcia:
CARTAGENA
Colegio San Carlos,
C/ Del Romeral, 8. Tentegorra
30205 - Cartagena
Telf.: 663086184
MURCIA
Universidad de Espinardo
Edificio C, Campus Espinardo, 2ª Planta
Telf.: 670985693
TORRE PACHECO
Centro Adahi
C/Río Turia Nº2 • 30700 - Torre Pacheco
Telf.: 637561131
Ellos podrán informarte mejor, ya que conocerán a las personas de la Administración que pueden recoger tu reclamación y las vías por las que puedes gestionarlas.
Tu caso, por desgracia, no es único y las asociaciones estamos acostumbradas a mediar con los centros escolares y a proporcionar profesionales especializados que pueden informar a los colegios y confirmar que las dificultades de las que hablan los padres son reales.
Desde mi comunidad, la información que pueda ofrecerte no es útil, ya que cada comunidad tiene autonomía para gestionar las consejerías.
Un abrazo