¿Qué es el TDAH?
Las siglas TDA o TDAH corresponden al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata del trastorno más importante dentro de la psiquiatría y/o psicopatología infantil.
Los síntomas más habituales producidos por este trastorno son:
Inatención: Dificultad para mantener la atención, sobre todo en situaciones de baja estimulación.
Hiperactividad: Falta de inhibición o control cognitivo sobre los impulsos asociado con inquietud motora.
Impulsividad: Falta de inhibición o control cognitivo sobre los impulsos.
¿Cómo comportarse ante un niño con TDAH?
Una vez diagnosticado el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad por un profesional médico especializado (pediatra, neurólogo, psiquiatra, psicólogo especialista infantil, etc.,), la mayor preocupación de padres y docentes debe ser responder a las Necesidades Educativas Especiales del niño. La sensibilización, la información e intervención aseguran el correcto tratamiento del trastorno.
Es especialmente importante para el niño con TDAH que se adapten espacios, itinerarios, actividades, horarios y profesorado especializado a sus necesidades específicas. Desde la ignorancia o el sentimiento de desorientación es difícil ayudar al niño.
¿Qué es TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH) es una afección neurobiológica que se caracteriza por un nivel inapropiado de inatención (concentración, distractibilidad), hiperactividad e impulsividad que es incoherente con el nivel de desarrollo del individuo y que se produce en varios entornos de la vida del niño: en la escuela, en casa y en contextos sociales.
¿Qué no es TDAH?
TDAH no es un retraso mental ni falta de inteligencia. Esta idea falsa ha surgido porque las dificultades atencionales pueden incidir negativamente en el rendimiento académico. El TDAH puede darse en personas de cualquier nivel de inteligencia.
TDAH no es:
No es pereza ni falta de motivación.
No es mala conducta intencionada.
No es ausencia total de capacidad para fijar y mantener la atención.
¿El TDAH es un trastorno inventado?
No. El TDAH fue descrito por primera vez en una publicación científica en el año 1902, no mucho después que trastornos como la Esquizofrenia o el Trastorno Bipolar. Existen además, en la literatura no científica, descripciones de niños que se corresponden con lo que hoy denominamos TDAH desde mucho antes.
El TDAH es un trastorno médico y está oficialmente reconocido por Instituciones (OMS, APA, AACAP, NICE) y expertos médicos.
¿Cuántos niños sufren TDAH en España?
El TDAH es el trastorno neurobiológico más común en niños. Se estima que entre el 3 y 7% de la población infanto-juvenil la sufre, lo que equivale a uno o dos niños por aula.
¿Quiénes son más propensos a padecer TDAH, los niños o las niñas?
En la población pediátrica, se identifica el TDAH más en varones que en mujeres. La mayoría de los expertos creen que se comunica una incidencia mucho menor de TDAH en niñas y mujeres adolescentes porque las niñas tienden a sufrir el subtipo con predominio de inatención y es el subtipo hiperactivo (y la perturbación asociada) el que llama la atención de los adultos y precipita la derivación del paciente para ser valuado. Por tanto, la relación de varones a niñas con un diagnóstico de TDAH es de más o menos 4:1 en la población general, (aunque, en realidad, la prevalencia se iguala).
¿El TDAH se manifiesta de la misma manera en todas las personas?
No, el TDAH es un trastorno complejo, cuyos síntomas están presentes en muy distinto grado en cada persona. Además, las consecuencias que estos síntomas pueden producir en un individuo son influidos por aspectos ambientales y personales.
¿Se hereda el TDAH?
El TDAH tiene un componente genético importante, que determina hasta el 75% del trastorno. Para hacerse una idea, la heredabilidad de la depresión es del 39%, la del cáncer de mama, del 27%, la de la altura, del 93%. Sin embargo, los factores biológicos no genéticos y ambientales juegan también un papel importante en su desarrollo y, sobre todo, en la forma de manifestarse. Aunque su presencia en algún miembro de la familia es un factor de riesgo para los descendientes, no todos los niños con TDAH tienen antecedentes familiares.
¿Cómo evoluciona el TDAH?
Se estima que más del 80% de los niños que presentan el trastorno continuarán padeciéndolo en la adolescencia y, entre el 30-65% lo presentarán también en la edad adulta. Sin embargo, las manifestaciones del trastorno irán variando notablemente a lo largo de la vida. Sólo un buen tratamiento podrá mejorar el comportamiento hiperactivo.
¿El niño con TDAH actúa con mala intención?
No, dado que, en gran parte, sus comportamientos dependen de los síntomas del trastorno y de su dificultad para retener lo aprendido y aplicar los aprendizajes (incluidos los de normas de conducta). Es evidente, entonces, que sus conductas negativas no son intencionadas.
¿Es bueno castigar a los niños con TDAH?
No, de hecho, se ha demostrado que el castigo sistemático es absolutamente ineficaz y perjudicial en la educación de los niños con TDAH. Estos niños tienen dificultades para retener y aplicar lo aprendido; esto no sólo ocurre en el ámbito académico, sino en general. Al niño con TDAH le cuesta entender lo que se puede o no se puede hacer; por ello, los castigos parecen ineficaces. En la mayor parte de los casos, les supone una forma de represión injusta que les incapacita para aprender las normas de comportamiento.
Por otra parte, su propia inquietud es muchas veces confundida con una mala conducta, lo que lleva a castigarle en exceso sin motivos reales, creando un acostumbramiento al castigo. Además, los comportamientos positivos muchas veces pasan desapercibidos, dando al niño la sensación de que sólo se le presta atención cuando se porta mal (de ahí que su comportamiento negativo pueda percibirse como 'una llamada de atención').
¿El TDAH es un trastorno incapacitante?
El TDAH supone dificultades en muchas facetas del desarrollo normal del niño. En el niño con TDAH existen alteraciones que producirán un rendimiento académico pobre, asociado a una baja autoestima, alteraciones emocionales y problemas en la integración social.
Si bien estos síntomas no suelen incapacitar a los niños con TDAH a alcanzar ciertas metas profesionales, éstos suponen verdaderas limitaciones con el paso del tiempo: en el rendimiento escolar, en las relaciones interpersonales, en el desarrollo de la personalidad.
¿Es culpa de los padres el TDAH de su hijo?
No, los padres no tienen la culpa. No acepte nunca que nadie le culpe de la enfermedad de su hijo, como tampoco se debe culpar si su hijo tiene diabetes o epilepsia. El TDAH no se produce por desacuerdos entre los padres, ni siquiera por separación o divorcio, ni por el nacimiento de un hermano menor, ni porque la madre o el padre se ponga a trabajar, o porque trabajen mucho y pase poco tiempo en casa, ni por tener niñera, ni porque le cambien de colegio, ni porque le cuiden sus abuelos. No se culpe por la enfermedad de su hijo y no deje que nadie lo haga.
¿Qué significa comorbilidad?
La presencia de enfermedades coexistentes o adicionales en relación con el diagnóstico inicial.
¿El TDAH suele coexistir con afecciones comórbidas?
Sí. Las comorbilidades más comunes en niños y adolescentes con TDAH incluyen:
Trastorno Negativista Desafiante (TND) (40%)
Trastorno de conducta (TC) (14%)
Trastornos de ansiedad/estado de ánimo (34%)
Tics (11%)
¿Son todos los niños con TDAH rebeldes, oposicionistas y desafiantes?
Estas conductas son muy frecuentes en los niños con TDAH (son desobedientes, contestan a los adultos, parecen no escuchar cuando se les manda hacer algo, discuten o interrumpen con frecuencia). Esto se debe a que estos niños tienen dificultades para percibir su propia realidad y la de su entorno, lo que provoca que se sientan incomprendidos y 'reprimidos' ante cualquier intento de corrección.
Sin embargo, las conductas oposicionistas y desafiantes no siempre están presentes. Un niño sin TDAH también puede presentar este tipo de conductas (aunque con mucha menos frecuencia).
¿Por qué el niño con TDAH tiene dificultades de aprendizaje?
Los niños con TDAH experimentan muchas dificultades para concentrarse y prestar atención; se aburren fácilmente y no terminan sus actividades correctamente. Esto hace que su rendimiento en clase sea menor de lo esperado con respecto a su capacidad intelectual.
¿El TDAH se cura con el tiempo?
El niño con TDAH no puede dejar de serlo, dado que no se puede hacer que desaparezcan las causas de su trastorno (una alteración evolutiva que afecta a la maduración de algunas de sus funciones mentales y a su desarrollo). Sin embargo, es posible mitigar o eliminar las consecuencias negativas o síntomas que produce este trastorno.
Un buen tratamiento, aplicado desde muy temprana edad, puede evitar los déficits en las capacidades afectadas por el trastorno y en el proceso de aprendizaje, que interfieren en la maduración del niño. En la mayor parte de los casos "dependiendo del tiempo de evolución del trastorno sin tratamiento", se pueden evitar las limitaciones en el rendimiento escolar, en la percepción de sí mismo y del entorno, el desarrollo de la competencia social, etc.
¿Qué cosas pueden mejorar o empeorar un TDAH?
Existen varios factores que ayudan a una buena evolución del trastorno:
Un diagnóstico precoz
Una educación coherente por parte de los padres
La transmisión de valores positivos y estabilidad familiar
El conocimiento por parte de los profesores y adaptación de las actividades educativas
La colaboración entre los padres y la escuela.
Por el contrario, los siguientes factores pueden empeorar el pronóstico de TDAH:
Un diagnóstico retardado
Fracaso escolar
Una educación demasiado permisiva o demasiado severa
Desavenencias y hostilidad entre los padres
Problemas de salud en el niño
Precedentes familiares de alcoholismo, conductas antisociales u otros trastornos mentales.
¿Qué puede suceder con un adolescente cuyo TDAH no haya sido tratado en la infancia?
El adolescente con TDAH que no reciba tratamiento durante la infancia tendrá unos síntomas más marcados y podría mostrar otras alteraciones asociadas, como:
Empezar múltiples proyectos de forma simultánea, pero rara vez los terminan
Tener dificultades para organizarse
Posponer proyectos que requieren que se preste mucha atención a los detalles
Tener problemas para recordar citas u obligaciones
Tener problemas para mantenerse sentados durante reuniones u otras actividades
Estar inquietos o moverse constantemente
Extraviar sus cosas con frecuencia
Una mayor dificultad para comenzar o llevar a cabo un tratamiento.
Por todo ello, una detección precoz es fundamental ya que esto posibilitará que los síntomas puedan paliarse o disminuir con el tiempo, permitiendo que el niño desarrolle plenamente todas sus potencialidades; Por eso, es muy importante entablar una buena relación entre el niño y el médico.
¿Qué puede hacer el colegio con los niños con TDAH?
Conocer el problema para poder comprender e intervenir adecuadamente. Esto implica asesorar a los padres en la derivación del niño a un especialista adecuado y comprender las necesidades específicas del niño.
La colaboración entre colegio y familia es fundamental para un tratamiento efectivo. En muchos casos, el niño necesitará una valoración pedagógica que determine sus necesidades académicas, así como un plan de intervención escolar personalizado. Por otra parte, el profesorado debe informar a los padres a lo largo de todo el curso escolar, intercambiando información y experiencias, fomentando la colaboración entre la escuela y la familia.
¿Qué pueden hacer los padres y familiares por su hijo con TDAH?
Cuanto más sepan, lean y pregunten sobre el TDAH, mejor podrán los padres y familiares ayudar al niño. Deben buscar un médico para que evalúe y trate al niño, un médico que sea experto en niños con TDAH y que tenga tiempo y paciencia para seguir al niño a lo largo de la enfermedad .Un médico que esté disponible. Además, los padres pueden:
Definir reglas claras de consecuencias y premios para ciertos comportamientos, ayudar al niño a terminar una tarea o encargo dividiéndolo en pasos menores, aumentar la estructura y el orden en casa; establecer rutinas estables y predecibles para estructurar el tiempo, eliminar ruidos y distracciones, modificar la conducta del niño, motivarles y establecer medidas adecuadas de disciplina para que el niño entienda las consecuencias de saltarse las normas.
¿Qué puede hacer el niño para mejorar su TDAH?
Los niños con TDAH tienen problemas para concentrarse y atender y para controlar su comportamiento, porque su cuerpo quiere moverse mucho. Existen algunas medidas generales que ayudarían al niño en sus actividades de la vida diaria, tales como:
Mejorar su concentración, dejar la ropa del colegio y la cartera preparada la noche anterior, para no hacerlo con prisas por la mañana. Es bueno dormir lo suficiente para concentrarse mejor al día siguiente. Debe tomar un buen desayuno y en el caso de que el médico haya iniciado algún medicamento, tomar su medicación por la mañana para poderse concentrar y tener energía. Puede hacer una lista de estas cosas para acordarse.
¿Qué es el efecto rebote?
Se produce cuando el efecto del medicamento es sólo de unas pocas horas, a veces deja de hacer efecto al final del día y el niño vuelve a tener los síntomas por la tarde o por la noche, notándose un claro empeoramiento. No es que el niño esté peor, sino que, de repente, deja de estar bien, y la diferencia se nota mucho.
¿Un adulto puede padecer TDAH?
Se estima que más del 80% de los niños que presentan el trastorno continuarán padeciéndolo en la adolescencia, y entre el 30-65% lo presentarán también en la edad adulta. Sin embargo, las manifestaciones del trastorno irán variando notablemente a lo largo de la vida.
Muchos de los adultos con TDAH han compensado sus deficiencias y han aprendido a controlar las consecuencias negativas, para que no constituyan un impedimento importante en el desarrollo de buena parte de su actividad. Sin embargo, otros no han desarrollado adecuadamente algunas de las facetas básicas de la persona, sufriendo trastornos de la personalidad, alteraciones emocionales graves, problemas afectivos o laborales, mayores tasas de accidentes de tráfico, dificultades en las relaciones sociales...
¿Cuál es la prevalencia de TDAH en adultos?
Las estimaciones actuales sitúan la prevalencia entorno a un 4%. Algunos de los síntomas y alteraciones asociadas con el TDAH se mantienen a lo largo de la vida del paciente.
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