A. de la
Paz/Toledo - lunes, 24 de junio de 2019
La presidenta
de la regional FACAM TDAH, Gloria López, reclama extender las adaptaciones
metodológicas para un grupo de alumnos sometidos a «sobreesfuerzo» para poder
aprobar
La
convivencia con el TDAH marca el día a día de miles de familias. El trastorno
es una realidad compleja, ardua y muchas veces difícil de encarar. La dolencia
nunca se cura, pero es posible mejorar las manifestaciones más habituales que
provoca en quienes la padecen. La respuesta de las familias, el personal
sanitario y la comunidad educativa es determinante para mejorar la calidad de
vida. Los menores en edad escolar constituyen un grupo especialmente sensible.
«Los niños son los más perjudicados», remarca Gloria López, presidenta de la
Federación de Asociaciones de Ayuda al TDAH de Castilla-La Mancha (FACAM TDAH).
El
aprendizaje de este grupo, el más afectado por el trastorno, es lento y
costoso. Su falta de recorrido vital, además, les impide desarrollar fórmulas
para adaptarse al entorno. «Los adultos van aprendiendo estrategias de manera
autodidacta», cuenta López. Sin embargo, los niños y los adolescentes padecen
esa dificultad de aprendizaje tanto escolar como social. «Con los años y la
maduración cerebral, van aprendiendo». Pero hasta que no pasa el tiempo, los
inconvenientes no cesan.
La escuela es
el epicentro de buena parte de los conflictos. «Es el punto más vulnerable»,
asegura la responsable de FACAM TDAH. La función de colegios e institutos como
transmisores de conocimientos y centros para la generación de redes y roles
sociales topa con la realidad de un trastorno que tiene en las dificultades del
aprendizaje y en las complicaciones para tejer relaciones dos de sus más claros
síntomas. Los alumnos hiperactivos padecen las rigideces de una estructura
pensada para el estudiante promedio y que, aunque trata de atender a la
diversidad, choca con determinadas carencias de tiempo y medios.
López pide
extender las adaptaciones metodológicas como método para las pruebas de estos
alumnos. El cambio no afectaría a los contenidos enseñados ni al nivel de los
mismos (adaptación curricular), sino a pequeños cambios en el procedimiento con
el que se realizan. Las modificaciones incluirían «más tiempo para que hagan
los exámenes» o «señales como negritas o subrayado para que puedan detectar
cuál es la idea clave de una pregunta».
La Consejería
de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha creó en febrero de 2017
un nuevo protocolo para la intervención con el alumnado TDAH. La Junta lo
define como «un instrumento que surge para mejorar la coordinación y el
intercambio de información entre los profesionales de los ámbitos sanitario,
social y educativo, así como de agilizar y potenciar los procesos de detección,
intervención y seguimiento, y de garantizar una respuesta integral y de
calidad».
Pese al
esfuerzo de la administración, la experiencia educativa de los niños con TDAH
no resulta sencilla. López lamenta «un sobreesfuerzo que ningún niño merece»
para este colectivo. Los resultados académicos dependen «de una cantidad de
horas increíbles». Los extras que han de asumir para obtener un aprobado mínimo
redundan en «bajos autoestima y autoconcepto». Es «un camino cuesta arriba»
para alumnos, docentes y progenitores.
Su condición
de «impulsivos, inoportunos y poco dados a seguir las reglas» lastran las
relaciones con sus compañeros. «Los hay con muchos amigos, pero también hay
quienes apenan tienen». El papel del profesorado suele suponer una ayuda,
aunque la falta de conocimiento sobre el protocolo para detectar a los alumnos
TDAH o su no implementación en clase puede terminar agravando los problemas. En
ocasiones, se les atribuye conductas de «vagos, peligrosos y que no quieren
estudiar», en vez de investigar la probable existencia del trastorno.
Desde FACAM
TDAH defienden la intervención psicológica y la medicación siempre que «el
profesional que está tratando al niño lo estime; aunque en muchos casos es muy
recomendable». López recuerda «el diagnóstico es siempre clínico, pero no
siempre es claro».
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