Un estudio realizado en el 2009 muestra
que recurren al ajetreo para poder mantenerse alertas.
Limitar sus movimientos
puede resultar contraproducente.
Si a un niño se le pide que resuelva una
suma o explique qué es un monosílabo se moverá inquieto en su silla. Este
ajetreo es un acto reflejo que le permite fijar la atención y recurrir a su
memoria. Gracias a un trabajo realizado en marzo de 2009, se sabe que los
menores diagnosticados de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
(TDAH) son mucho más movidos que los chicos que no padecen este tipo de trastorno
cuando tienen que realizar determinadas labores.
El TDAH, que afecta hasta el 6% de la
población infantil española, se caracteriza por dificultades para mantener la
atención, hiperactividad o exceso de movimiento e impulsividad o dificultades
en el control de los impulsos.
"Nuestros hallazgos ilustran de
forma indirecta los comentarios de padres y profesores sobre cómo los niños
hiperactivos no paran cuando se involucran en ciertas actividades que,
aparentemente, no requieren movimiento, cómo jugar al ordenador, al LEGO (juego
de construcciones) o ver la televisión, y cómo este ajetreo aumenta cuando
hacen los deberes en casa o tienen que aprender alguna lección en al
aula", comenta Mark Rapport, del Departamento de Psicología, de la
Universidad de California (EEUU) y autor principal de la investigación.
El trabajo, publicado en el Journal of
Abnormal Child Psychology midió de forma objetiva los niveles de actividad
de un grupo de 12 menores de entre ocho y 12 años diagnosticados de TDAH que
fueron comparados con otros 11 chavales de las mismas edades pero que no
padecían ningún trastorno mental.
A todos ellos se les colocó unas
muñequeras y tobilleras con sensores actigraphs, capaces de registrar su
actividad motora, midiendo la frecuencia e intensidad de movimiento, 16 veces
por minuto, de cada niño. Los participantes fueron sometidos a pruebas
fonológicas, problemas de matemáticas y de memorización.
"Colectivamente, los chicos con
TDAH mostraban una actividad motora desproporcionada en comparación con los del
grupo control sin TDAH cuando se les encomiaba alguna tarea en la que estaba
involucrada la memoria. Este es el primer experimento que demuestra una
asociación funcional entre el típico exceso de movimiento de los hiperactivos y
la realización de tareas que involucran la memoria visual y verbal",
declaran los investigadores. En una de las pruebas los niños tenían que volver
a ordenar y recordar la ubicación de unos puntos en una pantalla de ordenador,
y en otra tenían que volver a ordenar y recordar secuencias de números y
letras.
Para los autores del trabajo,
"estos resultados indican que los hiperactivos necesitan moverse más para
mantener los niveles requeridos de alerta mientras que realizan tareas que
desafían su memoria de trabajo".
Además, estos estudios indican que
"existen déficits en ambos tipos de memoria (visual y verbal) en chavales
afectados por el trastorno en comparación con sus homólogos sanos".
Para Cesar Soutullo, director de la
Unidad de Psiquiatría Infantil y del Adolescente de la Clínica de Navarra,
"el estudio es muy interesante, porque ya sabíamos que los niños con TDAH
tienen problemas en el sistema ejecutivo y en la memoria de trabajo que
explicaba su inatención, pero lo importante ahora es ver cómo la hiperactividad
aumenta cuando los niños hacen tareas que tienen mucha demanda de atención
(estudiar), pero no son tan hiperactivos si la tarea es menos demandante".
Este especialista argumenta que es
"como si el sistema ejecutivo, reducido en su capacidad en el TDAH, les llegara para atender o controlar la hiperactividad, pero no para hacer dos
cosas a la vez. Esto es trascendente porque esta discordancia en la
hiperactividad según la tarea que se le encomiende, se suele interpretar como
falta de voluntad, culpabilizando al niño".
Tal vez por estos motivos, el
investigador Rapport aconseja a los padres y a los profesores que utilicen
"distintas estrategias para minimizar los fallos de la memoria de trabajo: proporcionarles las instrucciones por escrito, utilizar notas para chequear si han
realizado todas las tareas, dividir las tareas en pasos más simples, puede
ayudar a los niños con TDAH en el aprendizaje sin sobrecargar la memoria de
trabajo. Además, cuando estén haciendo las tareas en casa déjele que se levante
o que mastique chicle. A no ser que su comportamiento sea destructivo, limitar
extremadamente su actividad puede ser contraproducente".
Estos hallazgos también explican por qué
los medicamentos estimulantes mejoran el comportamiento de la mayoría de los
niños con TDAH ya que, al aumentar su estado de alerta, se consigue mejorar la
excitación fisiológica. De la misma manera, los estimulantes mejoran
temporalmente la capacidad de la memoria de trabajo.
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