Muchos padres se preguntan qué tipo de desafíos y cambios experimentan los adolescentes con TDAH y si la pubertad conlleva cambios emocionales y físicos específicos en ellos.
Contrariamente a lo que se piensa, los adolescentes no siempre pasan por un “mal momento” cuando se ajustan a la pubertad y a los procesos de desarrollo. De acuerdo con el trabajo de Conger (1977) existen, al menos, cinco de dichos procesos que son considerados como “positivos” por el adolescente promedio:
- Independizarse de sus padres
- Establecer su propia identidad, quién es él y en qué cree
- Aprender a tener relaciones personales positivas con personas de los dos sexos
- Entender y aceptar su sexualidad emergente
- Completar su educación y escoger una carrera de la cual vivir.
Robin (1998) comenta que los adolescentes no sólo deben completar estos procesos con éxito sino que, además, deben tener una buena relación con sus familias.
Así, aunque la pubertad por sí misma no hace que los adolescentes con TDAH tengan problemas distintos a los adolescentes que no lo tienen, la adolescencia sí es un período del desarrollo que presenta más dificultades para los jóvenes que tienen TDAH.
¿LOS ADOLESCENTES CON TDAH TIENEN, HABITUALMENTE, CONFLICTOS CON LA ANSIEDAD Y LA ACEPTACIÓN DE SU TRASTORNO?
Cuando un niño con TDAH llega a la primera etapa de la adolescencia (entre los 11 y los 14 años), varios factores afectan a su habilidad para salir adelante. Estos factores incluyen:
- La severidad del TDAH
- El medio ambiente familiar
- La presencia de otros problemas o trastornos que el adolescente tenga. Estas otras condiciones pueden ser, por ej., problemas del aprendizaje, trastornos de la ansiedad, problemas de comportamiento como el Trastorno Negativista Desafiante o el Trastorno de la Conducta. Incluso, cuando un adolescente tiene estos trastornos asociados, él y su familia pueden tener dificultades adaptándose a esta etapa del desarrollo.
Los adolescentes más jóvenes, normalmente, son más reticentes a aceptar que tienen el TDAH y, usualmente, son menos cooperativos para tratar de salir adelante con los diferentes tratamientos, tales como la modificación de las pautas escolares, terapias para modificar su comportamiento o el tratamiento farmacológico. Los adolescentes mayores (de los 15 a los 19 años) aceptan su TDAH con más normalidad y son más activos buscando soluciones para sus problemas.
Aunque, por lo general, la mayoría de los adolescentes con TDAH no se preocupan mucho, empiezan a experimentar un mayor nivel de ansiedad que cuando eran más pequeños, ya que empiezan a notar que son “distintos” a sus amigos y que no afrontan de la misma manera las situaciones sociales, familiares o académicas. Cuando se enfrentan a una crisis o cuando tienen que hacer algo para lo cual, por sus dificultades, no están preparados, reaccionan emocionalmente y se dejan llevar por la preocupación, la inseguridad, la dificultad para decidir o por algún otro síntoma de la ansiedad.
¿CAMBIAN LOS SÍNTOMAS DEL TDAH DURANTE LA ADOLESCENCIA?
La mayoría de adolescentes con TDAH siguen teniendo problemas con la atención, la concentración y el control de sus impulsos. Estos problemas, posiblemente, continuarán deteriorando su funcionamiento escolar, familiar y social, impactando negativamente en su autoestima y en algunos de los procesos del desarrollo propios de la adolescencia.
Los adolescentes con TDAH pueden desarrollar patrones de comportamiento antisociales y pueden caer en el abuso de drogas y alcohol. Los adolescentes con mayor riesgo son aquellos cuyo TDAH no ha sido tratado adecuadamente. Los diagnósticos y tratamientos precoces disminuyen la posibilidad de este tipo de comportamientos en la pubertad.
¿HAY DIFERENCIAS ENTRE EL COMPORTAMIENTO DE LOS ADOLESCENTES Y EL DE LAS ADOLESCENTES CON TDAH?
Las niñas son diagnosticadas, habitualmente, con el TDAH subtipo inatento. Esto conlleva que las niñas puedan pasar por los años de escuela de manera desapercibida, aún teniendo severas dificultades académicas. Además, no suelen tener comportamientos disruptivos, por lo que no suele llamar la atención, a diferencia de los chicos que, aunque también pueden ser distraídos, son bulliciosos, impulsivos y no se quedan quietos ni un momento. Una niña con TDAH empezará a mostrar dificultades cuando las materias de estudio sean más difíciles y cuando mantener la atención, concentración y organización sean elementos importantes para el éxito escolar.
FACTORES A CONSIDERAR ANTES DE HABLAR CON LOS ADOLESCENTES SOBRE EL TDAH
Antes de conversar con su hijo adolescente sobre el TDAH, usted debe entender las causas y los efectos de este trastorno:
- El TDAH tiene una base biológica. Los neurotransmisores, elementos químicos del cerebros, conducen las señales que posibilitan que podamos auto-controlarnos, prestar atención y concentrarnos, entre otros procesos. Las personas con TDAH sufren un desequilibrio en la regulación de ciertos neurotransmisores (dopamina y noradrenalina).
- El TDAH conlleva dificultades para prestar atención de manera continuada, pensar antes de actuar y controlar su comportamiento, para organizarse, dificultades para regular su excesiva actividad, sus emociones, la motivación o para demorar recompensas, entre otras muchas.
- El entorno tiene mucho que ver con el grado de adaptación que la persona alcance con su trastorno. Las personas que conviven con estos niños (familia, profesores, amigos…) pueden ayudarles a salir adelante, con estrategias útiles en el ámbito educativo, familiar y social.
¿QUÉ DECIRLE A UN ADOLESCENTE CON TDAH?
- Nadie es culpable: ni su hijo, ni usted, ni los maestros.
- Las personas con TDAH no están locas. Casi todos tenemos problemas con la atención de vez en cuando. Lo que ocurre es que las personas con TDAH tienen más dificultades que el resto de la gente.
- El TDAH es crónico, pero los síntomas y cómo se manifiestan pueden cambiar con la edad. La hiperactividad se minimiza, quedando una sensación interna de inquietud, pero pueden permanecer la inatención y la impulsividad.
- El TDAH puede afectar muchas áreas de la vida, además del ámbito escolar. Puede influir en sus relaciones sociales, en su autoestima, en su forma de organizar las cosas y en cómo le vaya en el trabajo.
- El TDAH, habitualmente, se hereda, de modo que, posiblemente, alguien de la familia también lo tiene (aunque no haya sido diagnosticado) y, posiblemente, alguno de sus hijos lo herede igualmente.
- Es importante pensar en el TDAH como un reto y no como una disculpa. Su hijo es responsable de sus acciones, a pesar de que el trastorno haga que le sea mucho más difícil controlar sus comportamientos y mantener la atención.
- La salud física influye en el control que se tenga sobre los síntomas del TDAH. Cuanto más sano esté el cuerpo más fácil será adaptarse a los retos que demanda el vivir con TDAH. De esta manera, es importante alimentarse correctamente, dormir bien, hacer ejercicio y evitar el consumo de sustancias dañinas, como la nicotina, las drogas o el alcohol.
- De momento, no existe cura para el TDAH, pero existen tratamientos que ayudan a aprender a vivir con él. "Vamos a trabajar juntos con los profesionales médicos y educativos para ayudarte a ser lo mejor que tú puedas ser".
¿CUÁLES SON LAS ACCIONES DE RIESGO DE LOS ADOLESCENTES CON TDAH?
Los resultados de las investigaciones muestran que los adolescentes con TDAH tienen más posibilidades de sufrir accidentes automovilísticos, tienen la auto-estima más baja y presentan comportamientos arriesgados y perjudiciales (especialmente, el abuso de sustancias dañinas). Por todo esto, es muy importante que los niños sean evaluados y tratados de manera precoz.
¿QUÉ PUEDEN HACER LOS PADRES SI EL ADOLESCENTE NO QUIERE TOMAR LAS MEDICINAS PRESCRITAS PARA EL TDAH?
Los medicamentos son prescritos por los profesionales sanitarios si son necesarios.
Es muy importante que los adolescentes sepan que el tratamiento farmacológico, junto con el cognitivo-conductual, son una ayuda para poder mitigar los efectos del TDAH y que sus padres y otros adultos (como por ejemplo, los profesores) están cumpliendo un papel de apoyo.
El hecho de tomar medicación tiene un significado psicológico más profundo para los adolescentes. Los estudios sobre la percepción de los adolescentes de las medicinas estimulantes, muestran que los dos factores más importantes que van a influir en la decisión de tomar o no la medicación son:
- El concepto que puedan tener sobre la medicación: para algunos, tomar la medicación significa que existe algo malo o defectuoso en ellos.
- El sentirse avergonzados por tomar la medicación delante de otros.
Muchos médicos piensan que los adolescentes deben tener el derecho de tomar decisiones relacionadas con su medicación. Sin embargo, los padres también deben tener la posibilidad de limitar ciertas decisiones. Por ejemplo, por razones de seguridad, los padres deben evitar que el adolescente conduzca si no toma su medicación para el TDAH.
¿CÓMO PUEDEN LOS PADRES OFRECERLES A SUS HIJOS CON TDAH INDEPENDENCIA PERO, AL MISMO TIEMPO, DARLE LA ESTRUCTURA Y LA SUPERVISIÓN NECESARIAS?
Debemos darnos cuenta de que es muy normal que los adolescentes quieran ser independientes de sus padres. Esta es una etapa normal del desarrollo. Sin embargo, aunque los adolescentes con TDAH quieran tener las mismas reglas y privilegios que sus amigos que no tienen este trastorno, los padres deben ser más cuidadosos. Barkley (1995) y Robin (1998) ofrecen las siguientes sugerencias para la supervisión de los adolescentes con TDAH:
- Sea firme, pero discreto. Por ejemplo, intente acordar la hora en la que su hijo debe llegar a casa o, si va a recogerle, hágalo en un lugar discreto, lejos de la vista de sus amigos.
- Reúnase con su familia regularmente, para discutir los problemas y ofrecer soluciones a los conflictos familiares.
- Haga contratos de comportamiento en los que el adolescente tenga de posibilidad de ser recompensado por los comportamientos adecuados, incluso por aquellos en los que usted espera que realice apropiadamente de todas formas (por ej., ayudar en casa, portarse bien con sus hermanos o hablar respetuosamente a los adultos)
- Sea firme, pero trátele con respeto. Establezca reglas con la participación de sus hijos. Dé razones para sus normas; présteles atención y dedíqueles tiempo (no tiempo para discutir o para decirles lo que deben hacer). De esta forma, les dará independencia, pero manteniendo la estructura adecuada.
FUENTE:
Por Shashank V. Joshi, M.D.,FAAP. Pediatra y psiquiatra infantil
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