Puede ser frecuente que tu hija o hijo
extravíe objetos. Según una especialista, estas sugerencias pueden contribuir a
mejorar el panorama.
"Mi hijo pierde sus cosas" es
una frase frecuente entre madres y padres. Celia Harris, profesora de Ciencias
Cognitivas de la Universidad de Western Sydney, y Penny Van Bergen, docente de
Psicología de la Educación de la Universidad Macquarie ofrecen una serie de
recomendaciones para revertir esta situación. O al menos intentarlo.
Con el próximo regreso a clases, madres, padres y
profesores afrontan una escena frecuente por parte de hijos, hijas y alumnos:
"No encuentro mi cartera", "Olvidé el cuaderno en casa".
Para quienes tienen a cargo adolescentes, el riesgo puede ser aún mayor: desde
la pérdida de teléfonos móviles y ordenadores hasta billeteras.
Niños y niñas desarrollan constantemente
sus habilidades de memoria: recuerdan dónde ponen las cosas, generan nuevos
conocimientos conceptuales y acatan rutinas necesarias para el día a día.
"La memoria prospectiva es la que
los menores utilizan cuando dejan una botella en el suelo durante el recreo y
deben acordarse de recogerla más tarde, o cuando reciben una nota de la maestra
y deben recordar mostrársela a sus padres después del colegio", explican
las profesoras Celia Harris y Penny Van Bergen
"El éxito en la memoria prospectiva
implica que múltiples procesos cognitivos funcionen correctamente",
agregan. "Si bien todos los niños mejoran su función ejecutiva a lo largo
de la infancia, esto ocurre a un ritmo diferente; algunos niños pueden ser más
olvidadizos que otros de su misma edad".
Una afección particularmente relacionada
con el olvido es el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Los niños con un subtipo de TDAH con falta de atención pueden ser más propensos
a perder objetos y a ser olvidadizos durante actividades cotidianas como las
tareas del hogar o los recados.
Recomendaciones para que tu hijo no
pierda sus cosas
Estas profesionales recomiendan
establecer rutinas y mantenerlas. Las investigaciones demuestran que las
rutinas ayudan a los niños a desarrollar habilidades cognitivas y
autorregulación. Los niños recuerdan mejor una rutina cuando está
"automatizada" (es decir, si se practica con la suficiente frecuencia
como para aprenderla sin pensar).
Estas profesionales recomiendan establecer rutinas y mantenerlas. También es bueno tener espacios precisos de guardado.
Asimismo sugieren no hacer las cosas por
ellos sino juntos, al menos hasta que puedan internalizar su rutina, por
ejemplo, la de revisar los cuadernos y útiles escolares que necesitan para el
día siguiente. Si estás realmente preocupado, busca apoyo profesional. El
diagnóstico puede ser útil para acceder a otro tipo de herramientas.
"No confíes en que los niños puedan
memorizar espontáneamente; ¡esa es la parte más difícil de la memoria
prospectiva! En su lugar, usa listas de verificación y ayudas para memorizar.
Por ejemplo, si siempre dejan su botella en la escuela, podrías ponerle una
etiqueta en su mochila que diga "¿Dónde está tu botella?". Usar
indicaciones no es hacer trampa, sino fomentar el éxito".
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