TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

miércoles, 8 de febrero de 2012

MI HIJO/A NO HACE CASO



La mamá de José Miguel acaba cada jornada exhausta. Su hijo de 5 años no le da un respiro. Ella misma lo dice: pasa el día dando órdenes, regañando, llamando la atención y lo peor, la mayoría de las veces, sin conseguir nada.
“José Miguel apaga la luz del baño”; “José Miguel recoge tus juguetes... ven a comer... baja la tele... límpiate los dientes..”.
Pero José Miguel no apaga la luz, los juguetes los termina recogiendo ella y se hace “el sueco” para limpiarse los dientes antes de dormir.
Al final, solo consigue que obedezca si le grita o le amenaza.

¿POR QUÉ NO HACEN CASO?
El caso de José Miguel describe la situación que muchos padres padecen.
Los niños no hacen caso por diferentes razones y, a continuación, se exponen las más frecuentes:
  • No comprenden las órdenes.
  • Se dan muchas órdenes seguidas.
  • Las órdenes no se dan convenientemente:
    • Se transmite inseguridad y poco convencimiento al darlas.
    • En lugar de dar la orden, se pregunta: “¿Quieres lavarte ya las manos?”
    • La orden es poco clara o demasiado abstracta: “Sé bueno; pórtate bien”.
  • No hay normas o si las hay, son incoherentes. Se permite hacer lo que no estaba permitido.
  • Las medidas que se adoptan cuando no hace caso, se incumplen.
  • Hay diferentes cuidadores, con diferentes normas.
  • También puede ser un niño más tozudo y difícil de manejar.
Sobre todo, los niños se han acostumbrado a desobedecer y que eso no tenga consecuencias. De alguna forma se ha venido “premiando” el hecho de no hacer caso, al conseguir casi siempre salirse con la suya.

QUÉ HACER PARA QUE OBEDEZCA:
ESTABLECER NORMAS
El niño debe disponer de unas normas claras y concretas.
Las normas estarán referidas a los diferentes tiempos, espacios, trato con las personas y objetos.
Las normas se adaptarán a la edad y madurez del niño.
Las órdenes que se le den al niño, no serán caprichos personales, sino que estarán referidas a esas normas básicas y sólo serán un recordatorio.
Algunos ejemplos de normas son:
  • Los juguetes se recogen al terminar
  • El abrigo se cuelga en la percha
  • Se come sentado en la silla
  • Al volver del parque te bañas
  • Las cosas se piden prestadas al hermano
  • A las 10 te vas a la cama
  • Se cruza la calle cogido de la mano
CÓMO DAR LAS ÓRDENES
Hay que asegurarse de que nos escuchan y atienden cuando le damos una orden. Si es preciso, nos ponemos a la altura de sus ojos y le miramos mientras le hablamos, asegurándonos de que nos presta atención. Después, le pedimos que nos repita la instrucción que le hemos dado.
Las órdenes:
  • Deben ser claras y concretas, expresar claramente qué estamos esperando que hagan.
  • Deben darse con seguridad y contundencia. La orden no puede ser una pregunta: “¿Quieres recoger?”
  • Dar las órdenes de una en una, evitar dar muchas a la vez y no atosigar.
  • Dejar un tiempo prudencial para que la lleven a cabo.
  • Supervisar que las órdenes se cumplen adecuadamente.
  • Elogiar al niño cuando las cumpla
PRESTAR MÁS ATENCIÓN
El niño debe descubrir que se le presta mucha más atención cuando se porta bien que cuando se porta mal.
Igualmente, debemos prestarle atención cuando cumpla las normas y obedece.
De esta forma aumentaremos la probabilidad de que se vuelva a comportar así y le indicaremos de manera concreta cómo esperamos que se comporte la próxima vez.

QUÉ HACER SI DESOBEDECE
LLAMARLE LA ATENCIÓN
Si a pesar de lo anterior el niño desobedece, se le llamará la atención un máximo de tres veces.
  • La primera vez se le recordará la orden.
  • La segunda llamada se hará con más contundencia.
  • La tercera y última, se le anticiparán las consecuencias si no obedece.
OBLIGAR
Cuando no ha atendido las llamadas de atención, se acudirá y se le obligará a lo que se le ha mandado: recoger, ordenar, ir a cenar…
REPRIMENDA
Cuando desobedecer tiene una consecuencia negativa, se le dirá una reprimenda breve, contundente e inmediata, recordándole cuál es la norma.
RETIRADA DE PRIVILEGIOS
Cuando la desobediencia es muy reiterativa, se le puede retirar algún privilegio: por ejemplo, retirarle un juguete o una actividad que le guste.
  • Se debe aplicar lo antes posible (inmediatamente)
  • El tiempo de retirada debe ser breve: es igual de efectivo retirarle un juguete durante una hora (en niños pequeños) o una tarde (en más mayores) y será más fácil de llevar a cabo.
SER COHERENTES
Es importante que los hijos vean que sus padres son coherentes con las normas.
  • Si decimos que “no” tiene que ser “no”.
NO PREMIAR LA DESOBEDIENCIA
  • El niño no puede aprender que con su mal comportamiento e insistencia consigue cambiar las decisiones de sus padres.
  • Si el niño desobedece y se sale con la suya, estaremos “premiando” su mal comportamiento y aumentará la probabilidad de que vuelva a hacerlo en una situación similar.
ACUERDO ENTRE LA PAREJA
Los niños deben recibir el mismo mensaje de papá y de mamá. Si existen discrepancias, nunca deben mostrarse delante del niño o niña.
FUENTE:
Jesús Jarque García

3 comentarios:

  1. Buenísimo!! Es muy concreto y práctico. Gracias por compartirlo

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  2. Muy bueno. Felicidades por explicar las cosas que parecen complicadas de una manera tan sencilla. Sólo añadir un pequeño apunte:
    el niño debe conocer de ante mano las consecuencias de no obedecer a determinadas normas.
    Saludos

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  3. En efecto Anónimo, los niños deben saber de antemano qué se espera de ellos. Muchas gracias por tu aportación.
    Un abrazo

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