TDAH = Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

lunes, 14 de noviembre de 2011

TÉCNICAS DE MODIFICACIÓN DE CONDUCTA (III)

TÉCNICAS DE DISCIPLINA POSITIVA: Los premios
Los premios son muy útiles cuando tu hijo está intentando desarrollar una nueva habilidad o cuando quieres promover un cambio de comportamiento positivo:
  • Recompensa a tus hijos por comportamientos positivos concretos y específicos. “Portarse bien” no es un comportamiento concreto, ya que puede interpretarse de muchísimas maneras. En cambio, “lavarse los dientes” es algo concreto.
  • Los comportamientos positivos deben premiarse inmediatamente después de que realicen el comportamiento positivo deseado. Hacerlo antes no es una recompensa, sino un soborno y no es tan efectivo como las recompensas que se dan inmediatamente después del comportamiento deseado.
  • De igual manera, la pérdida de privilegios tiene que ser inmediata. Asegúrate de explicarle al niño por qué perdió el privilegio y qué tiene que hacer para recuperarlo. Nunca debemos quitarle a nuestros hijos algo que es una necesidad y no un privilegio, como por ej., la comida.
  • Las recompensas no tienen que tener un valor monetario. Es más eficaz premiar con recompensas sociales, donde el premio sea, por ej., jugar contigo más tiempo. Si damos una recompensa no social tiene que tener un coste bajo (por ej., pegatinas, algunas golosinas, etc.). Las recompensas grandes y caras, como una video-consolar, son difíciles de conseguir, no se pueden dar de inmediato y harán que nuestro plan fracase.
  • Para alentar a los niños a mejorar su comportamiento o desarrollar una nueva habilidad hemos de premiar los pasos pequeños y no sólo el resultado final. Alentarles y premiar sus pequeños logros mantendrá a tus hijos motivados y les ayudará a querer seguir adelante con sus objetivos y a repetir las conductas premiadas.
  • Asegúrate de que las expectativas y comportamientos que fijas para recompensar son realistas y apropiados a la edad y nivel de desarrollo de tus hijos ya que, en caso contrario, les frustrará y les hará desistir. Por ej., esperar que una niña de dos años arregle su cuarto, guardando todos sus juguetes no es realista, pero esperar que te ayude a guardar uno o dos juguetes es algo en lo que puedes empezar a trabajar.
  • No uses recompensas para todo. Es mucho más recomendable usar elogios, aprobación, cariños y límites puestos con firmeza y amor que recompensas o premios únicamente. Las recompensas deben reservarse para alentar a los niños a realizar tareas que son difíciles para ellos o para alentarles a conseguir pequeños pasos hacia un objetivo.
  • Explícales a tus hijos siempre por qué les premias (por ej., "como has guardado todos tus juguetes, ahora puedes escoger uno para jugar conmigo un ratito").
  • No todos los premios funcionan para todos los niños. Por ej., a algunos, les encantan las pegatinas y a otros no les motiva. Habla con tu hijo y busca pequeñas recompensas (sociales y no) que le agraden.

LAS RECOMPENSAS SOCIALES: Los elogios
Una de las técnicas más efectivas para prevenir malos comportamientos es elogiar sinceramente los comportamientos positivos que hacen nuestros hijos.
Puntos a tener en cuenta:
  • Prestar más atención a los comportamientos positivos que a los negativos: nos fijamos frecuentemente cuando los niños se comportan de manera negativa, pero nos olvidamos de prestarles atención y elogiarles por sus comportamientos positivos. Si los niños reciben más atención por sus conductas negativas, tendrán más tendencia a comportarse así. A los niños les encanta recibir atención de sus padres y, si reciben atención por portarse mal, aunque sea para regañarles, continuarán reclamando atención de esta manera. Si ven que les dedicamos tiempo y reconocemos cuando se comportan de forma positiva, verán que pueden tener nuestra atención cuando sus conductas sean adecuadas. Por tanto, debemos ignorar los comportamientos negativos, a no ser que implique peligro para el niño o para otros.
  • Elogios sinceros y concretos: los elogios son positivos, siempre y cuando sean genuinos, transmitiendo a nuestro hijo que realmente apreciamos los esfuerzos que realiza. Igualmente, asegúrate de decirle claramente por qué le elogias. El propósito de elogiar es aumentar conductas deseables, de modo que es necesario hacer hincapié en qué conducta concreta se persigue. Cuanto más concreto sea el elogio, mejor comprenderá el niño qué es lo que hace bien y será más probable que lo repita. Si sólo se le dice, “hoy has sido bueno”, el niño no sabe a qué conducta se refieren los padres. Si, en cambio de le dice “me has ayudado mucho poniendo la mesa”. así aprenden exactamente los comportamientos que consideramos positivos. De esta manera, los elogios se transforman en guías de aprendizaje.
  • Prevenir el mal comportamiento: tener una rutina consistente, unas reglas claras de comportamiento en el hogar, tener en mente una serie de actividades interesantes para los momentos que generan conflicto (por ej., un viaje), son técnicas que te ayudarán a reducir la aparición de comportamientos negativos. Es aconsejable poner las reglas y los horarios en un papel situado en un lugar visible de la casa.
  • La importancia de sentirse capaz: para sentirse bien consigo mismo y desarrollar una autoestima saludable, los niños tienen que tener experiencias en las que puedan tener éxito. Esto no se consigue sólo a través de elogios, sino también, a través de experiencias en las que se enfrenten a problemas o desafíos que sean capaces de resolver.
  • Más que elogios: sentirse respaldados, escuchados y queridos también va a ayudarles a desarrollar una autoestima saludable. Si la gente de mi entorno me quiere y me lo demuestra es porque tengo cualidades positivas y, si por el contrario, me rechazan, no voy a sentirme bien conmigo mismo. Demostrar apoyo y cariño no se hace solamente a través de elogios, sino con afecto, respeto y con una escucha atenta.
  • Evitar presionar: debemos ir con cuidado para no transformar nuestros elogios en elementos de presión o estrés. Por ej., “me gusta cuando haces los problemas de matemáticas sin errores” o “qué bien que siempre tengas las notas más altas de tu clase”. Aunque queramos fomentar estos comportamientos, tenemos que comprender que hacerlo todo a la perfección conlleva un nivel de estrés importante. No podemos olvidarnos de elogiar cada pequeño paso dado hacia la conducta deseada
  • Los límites ayudan a desarrollar un autoconcepto saludable: los límites les demuestran qué es lo que pueden y no pueden hacer, les ayuda a sentirse seguros, les enseña a interactuar con su entorno y les transmiten el mensaje de que los adultos nos preocupamos por ellos.
LOS LÍMITES
Establecer límites forma parte de la enseñanza que debemos darles a nuestros hijos. No debemos pensar en los límites como una manera de regañarles, sino como una forma de prevenir el mal comportamiento y de guiar a nuestros hijos acerca de lo que es y lo que no es apropiado y aceptable.
Consejos básicos para establecer límites eficaces:
  • Establecer límites adecuados a la edad y nivel de desarrollo de nuestro hijo.
  • Usar frases simples y claras para establecer los límites. No debemos darles más de una orden por frase. Las órdenes múltiples confunden a los niños.
  • Definir las normas de manera positiva: en vez de decirles lo que no pueden hacer, debemos darles reglas que les digan lo que sí pueden hacer: por ej., en vez de decirle “no botes la pelota en casa”, podemos decirle “puedes jugar en casa rodando la pelota por el suelo”. Es más fácil para los niños seguir una orden de lo que sí pueden hacer.
  • Actuar con autoridad y seguridad: no hace falta gritar ni perder el control, pues esto te hará perder efectividad. Debemos dar una imagen de confianza, de que este límite es importante y que tú eres quien está al mando.
  • Ser consistentes: esta es una de las partes más importantes a la hora de establecer límites. Si tus hijos perciben que el límite se establece a veces, no van a cumplirlo, porque no lo verán como una regla, sino como una opción. La consistencia es esencial para que tus límites sean efectivos.
  • Aplicar consecuencias: advierte a tus hijos de las consecuencias si no cumplen con las normas establecidas. Sin consecuencias, las normas pierden su validez.
  • Establecer las normas en consenso: es aconsejable que las normas puedan establecerse entre todos. Si podemos darles opciones para poder escoger, los niños sienten que tienen algo de control en las decisiones que se toman en su entorno y es más probable que cumplan con las normas.
  • Respetar sus sentimientos: respeta sus sentimientos y hazle saber que le comprendes. Las reglas pueden generar mucha frustración en los niños. A nadie le gusta que le digan que no puede hacer algo. Debemos tener paciencia y ser firmes, pero con cariño y comprensión.
FUENTE:

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que aqui aconsejas estos pfesionales de la psicología, pues yo intento seguirlos desde que me lo daban a los 4 años de mi hija y desde luego la mejoría de la niña ha sido inmejorable, aunque desde luego es muy dificil llevarlos a la práctica como madre, pues es lo contrario de lo que pensamos todos y los reproches contínuos de los que no entienden anda del tema todavía peor, en fin, lo peor es el aislamiento social que ellos pueden llegar a sufrir y sus familias si no se cumple esto, sigan los consejos al pie de la letra, y ellos y sus familias serán FELICES, es lo importante, haganle caso, por muy disparado que algunas veces les parezca todo.

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